Hace unos años Seth Godin publicó un artículo, casi un haiku, que creo que es clave para comprender muchos de los enfoques necesarios en un modelo de gestión excelente. El artículo decía así:
My definition of art contains three elements:
1.- Art is made by a human being.
2.- Art is created to have an impact, to change someone else.
3.- Art is a gift. You can sell the souvenir, the canvas, the recording… but the idea itself is free, and the generosity is a critical part of making art.
By my definition, most art has nothing to do with oil paint or marble. Art is what we’re doing when we do our best work.
Ya hablé hace un tiempo de la importancia que tiene el trabajo, en concreto el trabajo artesano, para comprender la innovación. La importancia de “mancharse las manos” de “hacer”, además de “pensar”, parece clara para mí. Lo que hace Godin es cambiar de perspectiva y poner el foco en la trascendencia del trabajo, del hacer “a pie de calle”, en la importancia del trabajo por sí mismo. Es éste un enfoque muy artesano, como digo, muy cercano al objetivo de desarrollar una motivación de artesano en la que el objeto en sí es lo relevante, en la que el proceso de creación tiene el suficiente valor como para que sea un objetivo en sí mismo.
Me gusta el enfoque de Godin porque creo que es relevante para un enfoque de empresa innovadora. Potenciar los tres puntos que señala el autor implica apostar por un modelo de gestión con un objetivo profundamente transformador.
Art is made by a human being
Estamos acostumbrados a pensar en las personas como mercado, como porcentajes o estadísticas. Agrupamos a los seres humanos en segmentos, en escalas, en modelos más o menos gestionables y que, dentro de lo posible, nos permitan desarrollar unas economías de escala adecuadas. Es lógico, pero al mismo tiempo es peligroso. Y es peligroso porque perdemos comprensión, nos alejamos del objetivo tratando de dominarlo. Modelos de gestión y comprensión como el Lean Startup o Design Thinking buscan ir de lo particular a lo general, de la comprensión individual a la gestión económicamente rentable, del ser humano a la innovación. Son modelos que tratan de recorrer el camino inverso al tradicional, y lo hacen.
Es una visión antropológica del ser humano, que tan necesaria es para la economía, lo que vuelve a poner al ser humano en el centro de la reflexión. Dice Freud en su magnífico libro El Malestar en la Cultura, que el ser humano vive en un estado permanente de tensión entre sus pulsiones y deseos naturales, como animal que es, y sus obligaciones como individuo que vive en un entorno social y cultural con unas determinadas normas y reglas que cumplir. Esta tensión es clave, pero al mismo tiempo es profundamente poderosa para, cuando la vencemos, definirnos como seres humanos. Digo esto porque para comprender al ser humano no basta con agruparlo en estadísticas o segmentos, también debemos comprenderlo desde su unicidad, desde su entorno cultural lo más concreto posible, porque es ahí donde está el ser humano, donde podemos encontrar a esa persona que tiene necesidades y problemas sobre los que podemos trabajar y sobre los que diseñar soluciones innovadoras.
Art is created to have an impact, to change someone else
¿Por qué trabajamos? ¿Por qué innovamos? ¿Qué buscamos en nuestro quehacer diario? Cambiar el mundo, o al menos esa parte del mundo que a mí me afecta. Buscamos el impacto de nuestro trabajo. El arte busca la sorpresa, la extrañeza, el cambio en la mente del observador. Un artesano centra su trabajo en el objeto, en el resultado de lo que tiene entre las manos, pero busca un cambio posterior, pretende que el receptor de ese objeto tenga una vida mejor gracias a su trabajo.
En realidad el arte se centra en el ser humano como objetivo sobre el que influir. El artista busca una conversación permanente con “el otro” que le permita potenciar su influencia como agente de cambio. Marcel Duchamp no transformó un urinario en una fuente sólo porque quisiera sorprender, también quería que el observador reflexionara sobre el significado de los objetos, sobre el poder del ser humano para interpretar la realidad desde su propia perspectiva, para comprender el impacto que el conocimiento y las ideas tienen sobre la persona.
El arte reinterpreta la realidad, ofrece libertad utilizando los mismos símbolos que otro tipo de lenguajes. La innovación busca también reinterpretar esa realidad desde los mismos materiales pero con perspectivas distintas. Busca generar un impacto en el entorno, en el mercado, en la sociedad. No partimos de la nada, partimos de lo que ya existe, como el arte, que se alimenta de su historia, para a partir de ahí reinterpretar el futuro. Como la innovación.
A través del trabajo que se convierte en innovación generamos cambios, puede que pequeños y muy controlados, pero con un claro objetivo de reinterpretar el entorno, más cercano o más lejano, en el que vivimos o en el que podemos influir.
Art is a gift
Y es importante comprender que las ideas de las que nace la innovación no nos pertenecen, por mucho que parezcan haber nacido de nosotros, siempre han sido alimentadas por una acumulación de ideas previas, por una historia de conocimiento que hemos sabido interpretar para construir una solución, un modelo o una idea innovadora. La innovación nos enseña el poco valor de las ideas por sí solas, la importancia que tiene nuestra capacidad de interpretarlas y gestionarlas.
El arte es un regalo porque no hay intermediarios, porque el artista es capaz de comunicar directamente al espectador sus ideas, su visión del mundo. El arte es un regalo porque utiliza las ideas como materia prima, porque el artista es consciente de que sólo cuando es capaz de compartir su obra es cuando ésta está completa.
El trabajo, y la innovación que se puede derivar de ese trabajo, se nutren de ideas sin dueño, de información y conocimiento cada vez más abundante y que podemos recoger de más fuentes. “No dejes que te roben las ideas, regálalas”, dijo Ken Robinson, y en esa frase dio la clave de la gestión del conocimiento.
Al final Seth Godin crea un haiku sobre el conocimiento, sobre la gestión relevante de las empresas creativas e innovadoras. Al final Godin nos da claves para comprender mejor la forma de gestionar estratégicamente equipos innovadores. Una gestión centrada en el ser humano, con un claro objetivo de impacto positivo tanto en la organización como en el mercado objetivo y con un uso libre del conocimiento y las ideas que permita crear estructuras y modelos inteligentes de gestión y de relación.