«Pocos géneros periodísticos permiten trasladar todos los matices del pensamiento como la entrevista. Cuestionando y conversando con diferentes personajes de relevancia, acabamos construyendo un mosaico de ideas plural y dinámico. Ése es el proceso creativo que ha guiado la elaboración de Sin Medias Tintas«. No puedo estar más de acuerdo con Diego Sánchez de la Cruz, el entrevistador entrevistado :). Diego acaba de publicar recientemente un magistral libro compuesto por un número muy diverso de entrevistas en profundidad con profesionales, economistas, nacionales e internacionales y, como mínimo común denominador, la Gran Recesión que nos invade desde finales del 2007. Diego Sánchez de la Cruz es periodista especializado en Economía, además de profesor en el IE Business School. Tiene importantes aportaciones en diversos medios de comunicación y es un gran defensor de la libertad como poderoso instrumento para hacer progresar a la sociedad.
Como él mismo declaró en una intervención presentando su libro:
«Sin libertad la sociedad no conseguirá prosperar ni mejorar su bienestar. Existen datos demoledores de cómo hasta ahora gracias a la libertad económica, social e intelectual que hemos conseguido, estamos en la mejor situación histórica en cuanto al bienestar social que disfrutamos. Indicadores como el consumo el acceso a la electricidad e internet, la libertad política, o el simple consumo de agua potable por mas del 90% de la población demuestran que la libertad es fundamental para una mayor prosperidad».
En la siguiente entrevista, trataremos de abordar algunas de las ideas fuerza que autores tan destacados como Luis Garicano, Benito Arruñada, Arthur Laffer, Peter Schiff…y un largo etcétera. Ahhh, y no se pierdan el prólogo de Daniel Lacalle, tiene muchos matices e ideas de gran interés 🙂
:: Diego, una primera directa, “Sin Medias Tintas”, es un libro que se compone de 20 entrevistas sobre la Gran Recesión. ¿Crees que la actual crisis es comparable a la Gran Depresión…que hasta ahora todos asimilábamos al crack del 29?
Si analizamos el efecto de la Gran Depresión en términos de destrucción de empleo, caídas salariales, derrumbe de la producción… vemos que los efectos de aquella crisis fueron mayores a los que estamos sufriendo ahora. También comparando las reacciones políticas podemos establecer diferencias. Por ejemplo, tras el “crack del 29” se produjeron graves desordenes internacionales en el ámbito del comercio, mientras que hoy no identificamos giros proteccionistas comparables con los de entonces.
Es importante destacar también que la Gran Recesión no ha tenido un impacto significativo en las economías emergentes. De hecho, muchos países en vías de desarrollo se han beneficiado de flujos crecientes de capitales que, en parte, se explican por la incertidumbre que han introducido en los mercados de la OCDE las políticas monetarias no convencionales.
:: Daniel Lacalle en el prefacio de tu libro nos dice que “el liberalismo no es lo que nos han vendido en el pasado, que suele ser el capitalismo corporativista, sino una forma de pensar y ver la economía y la sociedad de un modo más justo, social y creador de riqueza que las soluciones mágicas que nos vende el consenso, que no es más que la repetición de los errores de antaño”. ¿Usamos la etiqueta “liberal” mal? ¿Qué es para ti el liberalismo y sus fundamentos más importantes?
El liberalismo no es únicamente un planteamiento económico. De hecho, algunos de sus ingredientes esenciales son institucionales: seguridad jurídica, igualdad ante la ley, reconocimiento de la propiedad y de los contratos… A esto se unen aspectos sociales como la tolerancia, el respeto al pluralismo, la libertad de expresión, las libertades civiles, etc.
A todo lo anterior se unen otras consideraciones económicas que podemos resumir analizando tres grandes campos. El primero es la política fiscal, donde el liberalismo defiende unos impuestos bajos y una gestión eficiente del gasto. El segundo es el paradigma regulatorio, donde debe primar la competencia y la flexibilidad. El tercero tiene que ver con la apertura de los mercados, algo que exige apertura comercial y facilidad para invertir. A todo esto se une un último elemento: la necesidad de un marco monetario decente, capaz de conservar el valor del dinero a lo largo del tiempo.
:: La entrevista con Benito Arruñada no tiene desperdicio. Me gustaría que nos pudieras resumir algunas ideas sobre los siguientes temas:
1.- ¿Las leyes pueden crear “incentivos perversos” o no deseados para los que fueron creados? ¿Y cuáles son las consecuencias fundamentales por ello?
A menudo asumimos que los llamados “fallos del mercado” pueden ser corregidos por el poder político con esa varita mágica que es la regulación. Sin embargo, a menudo comprobamos que las normativas introducidas no solamente no solucionan aquello que pretenden arreglar, sino que también pueden acabar alimentando nuevos desequilibrios en el mercado.
Pensemos, por ejemplo, en la evolución del mercado del alquiler en España. Hace un siglo, los políticos empezaron a regularlo y controlarlo. Por supuesto, lo que querían hacer era “corregir” los “fallos del mercado”. Sin embargo, las decisiones tomadas desde entonces han generado un panorama tan intervenido, complejo y costoso que, a menudo, el alquiler se acaba pactando “en B”.
2.- Benito dice que “queda mucho franquismo económico en ámbitos como la regulación laboral”. ¿Y cuáles son esas herencias?
Decía Keynes que muchos economistas que se creen exentos de cualquier influencia intelectual son a menudo esclavos de algún teórico ya difunto. Sin duda, las tesis económicas del fascismo italiano forman parte de esa herencia intelectual que, desgraciadamente, fue importada a nuestro país durante el régimen de Franco y sigue presente hoy en muchas leyes y normas.
Podemos citar como ejemplo el mercado laboral, donde España se ha caracterizado históricamente por mantener un paradigma muy rígido e intervenido. La lejanía entre estas normas y las necesidades de una economía capitalista moderna explica que, a lo largo del último siglo, nuestro país no ha sido capaz de evitar grandes crisis de empleo cada vez que el crecimiento se detenía. De ahí las tasas de paro que superan el 25%, la salida de trabajadores al extranjero o el gran peso de la “economía sumergida”.
Hay más ejemplos del peso que aún tienen las ideas económicas del fascismo italiano en la España del siglo XXI. Por ejemplo, muchas veces se habla de la “desigualdad de ingresos” apelando a las teorías de Corrado Gini, un economista de referencia entre los teóricos de aquel régimen. Otro ejemplo lo tenemos en las leyes del suelo, que aún hoy siguen inspiradas en las ideas de planificación de Dino Grandi.
Como el franquismo importó todo aquello y los gobiernos democráticos no han desmantelado lo suficiente dichas normativas, nuestra economía aún no ha completado su transición hacia un paradigma regulatorio adaptado a la realidad española. Nuestra libertad económica acumula medio siglo de avances, pero es necesario corregir estas anomalías para seguir avanzando.
3.- ¿Qué papel desempeñan los derechos de propiedad (o su ausencia) en el desarrollo de una economía de mercado?
Hernando de Soto ha explicado que la ausencia de derechos de propiedad castiga enormemente a los pobres del mundo, pues su capital permanece en la informalidad y no puede participar en el juego económico de forma activa y segura. La consecuencia es una profundización de la “economía sumergida” que genera desigualdad, precariedad y desencanto.
Para que una economía de mercado pueda avanzar, la seguridad de los derechos de propiedad es irrenunciable. El profesor Leandro Prados de la Escosura ha explicado que, a lo largo de los últimos ciento cincuenta años, el aumento de la libertad económica en la OCDE debe más a la protección de los derechos de propiedad que a cualquier otro factor. Por tanto, el reto que enfrentamos es doble: entre las economías más avanzadas es fundamental seguir avanzando en la dirección correcta y no socavar en ningún caso los derechos de propiedad; entre las economías en vías de desarrollo, la clave es mejorar la protección y el reconocimiento de los derechos de propiedad para así permitir que sirvan como palanca para el crecimiento y la prosperidad.
:: En el caso de Juan Castañeda, su entrevista aporta muchas ideas para la reflexión, y te pediría el esfuerzo de sintetizarnos algunas de sus ideas principales:
1.- ¿Cuáles fueron las raíces de esta crisis económica que estamos aún sufriendo, según el profesor Castañeda?
En esencia, la “fatal arrogancia” de los banqueros centrales ha tenido mucho que ver con esta crisis, ya que la continua inyección de liquidez orientada a “suavizar los ciclos económicos” ha acabado alimentando deformaciones significativas en nuestros mercados financieros y crediticios. Todo esto acaba llegando a la economía real y generando desajustes y “burbujas” que ahora estamos depurando, con un alto coste en términos de destrucción de riqueza y sufrimiento humano.
2.- “El euro era un proyecto de naturaleza política”. ¿Tendrá larga vida el euro?
El euro seguirá en pie y la gran batalla pasa por asegurar que las tesis monetarias que respaldan un dinero fuerte siguen actuando como contrapeso ante las ideas que favorecen la depreciación de la divisa.
3.- ¿Hasta qué punto los rescates, las exigencias que exigen una moneda única (con países con bastante heterogeneidad e intereses) no acaba afectando seriamente al estado del bienestar?
El “Estado del Bienestar” fue una creación sueca y murió en los años 90. En otros países vamos con décadas de retraso, pero poco a poco vemos que aquel esquema socioeconómico no da más de sí. Por suerte, la misma Suecia que nos sirve como ejemplo de colapso también nos vale como modelo de reconversión, pues el país nórdico ha sido capaz de darle la vuelta a la tortilla y consolidar ahora un sistema mucho más flexible y dinámico, apoyando en un menor gasto público, una mayor presencia privada en la prestación de servicios, etc.
El euro está actuando como catalizador de estos cambios en la Eurozona. En “Sin Medias Tintas” hablo de estas cuestiones con figuras de primer nivel como Luis Garicano o Johan Norberg. Todos ellos subrayan la importancia de dar un salto adelante en materia de flexibilidad y apertura económica como condición esencial para pasar del maltrecho “Estado del Bienestar” a una “Economía del Bienestar” adaptada al siglo XXI.
¿Qué camino seguirá España? La verdad es que el sector privado ya está orientándose hacia un marco más competitivo. El euro ha actuado como una camisa de fuerza benigna, obligándonos a internacionalizar nuestra producción, aumentar nuestra competitividad, reordenar nuestras fuerzas productivas, etc. Lamentablemente, las trabas fiscales y regulatorias impiden que este ajuste sea rápido y eficiente, por eso me temo que nuestra recuperación está llegando tarde y con menos fuerza de la necesaria.
:: Tu conversación con el economista alemán Juergen Donges o con Phillip Coggan aportan una gran visión de Europa y España con un grado de distancia que lo hace muy interesante. Cómo valoran estos economistas, que son grandes firmas en medios de comunicación de medios de gran influencia:
1..-¿Las medidas fiscales que se están adoptando en España desde el inicio de la crisis?
Tanto el alemán como el británico destacaron que el ajuste desarrollado ha llegado tarde y se ha centrado principalmente en subir impuestos para mantener el gasto de los años de la “burbuja”. Como ha explicado Alberto Alesina, este es el tipo de enfoque que peor funciona a la hora de reducir la deuda y relanzar el crecimiento. Con esta crisis lo hemos vuelto a comprobar: la apuesta por la “austeridad pública” de Alemania, Suecia o los Países Bálticos da mucho mejor resultado que la imposición de la “austeridad privada” que hemos visto en España, Francia, Italia… con continuas subidas de impuestos pero tímidos retoques del gasto.
2.- Nuestra capacidad de reacción ante la crisis, ¿dónde creen que estamos fallando?
Coggan cree que España pospuso reformas esenciales durante años, lo que no ha hecho sino empeorar los problemas que enfrenta España. En nuestra entrevista, el periodista de la revista The Economist destacó que le llamó mucha la atención la lentitud del ajuste asumido por nuestro país y, centrándose en el problema de paro que estamos sufriendo, puso como ejemplo a seguir las reformas laborales de la era Schröeder.
Donges me trasladó una idea similar. En su opinión, hemos perdido años dedicándonos a buscar chivos expiatorios en vez de a solucionar nuestros problemas. En su opinión, las Administraciones Públicas no se han ajustado el cinturón lo suficiente y las subidas de impuestos han retrasado la recuperación.
:: ¿Cómo está cambiando la geografía económica mundial, con un desarrollo cada vez más notable de economías emergentes y, sobre todo cómo esto está afectando a Europa?
La pobreza mundial se ha reducido a la mitad en las dos últimas décadas y el crecimiento de muchos países en vías de desarrollo se ha acelerado de forma notable. Conforme la globalización aumenta, los avances sanitarios y las dinámicas capitalistas llegan a mucha más gente. Un mundo más rico y con más bienestar es una gran noticia para Europa, pero tenemos que abordar el reto de forma inteligente: en vez de cerrarnos al mundo, hay que integrarnos más en él, por la vía de más apertura comercial y más libertad económica.
En las últimas décadas, el crecimiento en Europa se ha estancado. Hemos estrangulado la innovación capitalista a golpe de subidas impositivas y regulaciones anti-económicas. La Unión Europea necesita cambiar de rumbo, y pasar de la “euroesclerosis” a un marco más dinámico y competitivo.
:: ¿Por qué en la Economía cada vez hay marcadas tendencias políticas? ¿En qué crees que discrepan más los economistas entre sí y en qué hay más consensos?
En general, creo que el debate económico serio en el siglo XXI ya no cuestiona el capitalismo como un sistema superable, sino que se centra en analizar sus fortalezas y sus debilidades. En este sentido, entiendo que el debate económico actual se mueve entre consensos más amplios que antaño. Por ejemplo, las ideas del proteccionismo o las propuestas favorables a la eliminación de la propiedad privada cada vez resultan más exóticas, extravagantes y desnortadas.
Dicho esto, me preocupa que los grandes debates económicos se contaminen de tendencias políticas y pierdan rigor. Es importante que esto no ocurra.
:: ¿Podrías sintetizar para nuestros lectores la propuesta que Dan Mitchell describe en tu libro sobre el flat tax o impuesto de tipo único? ¿Crees que en España tiene sentido una medida de este tipo?
Decenas de países y jurisdicciones en todo el mundo han eliminado los complejos códigos fiscales para adoptar en su lugar esquemas impositivos en los que solamente se aplica un tipo único. Esta propuesta fue estudiada por PP y PSOE hace ahora una década, por lo que no hablamos de una medida ajena a nuestro debate político.
Personalmente, creo que España puede beneficiarse mucho de adoptar un esquema de “flat tax” en el Impuesto sobre la Renta y el Impuesto de Sociedades. De hecho, este mismo año tengo previsto presentar una propuesta de reforma fiscal que va en esta dirección.
:: ¿Qué 3 reformas crees que son imprescindibles para atraer empresas e inversiones a España?
Menos impuestos, menos y mejor regulación y más flexibilidad laboral.
:: ¿Cómo valoras el debate sobre la desigualdad que Piketty ha introducido casi a escala global?
«El Capital en el siglo XXI» es ya el libro de economía más comentado del año, pero eso no significa que su visión de la desigualdad sea irreprochable. De entrada, el trabajo presenta errores de cálculo que han sido identificados por el Financial Times. A eso se une la naturaleza hipotética de sus predicciones sobre la evolución de la desigualdad en el futuro. Sin embargo, el principal problema que encuentro en su trabajo es su visión estática de la riqueza.
He tratado este tema en más de sesenta artículos y, entre otras cosas, he destacado que es equivocado hablar del 20% más rico o del 20% más pobre como si se tratase de las mismas personas. En realidad, la movilidad social es elevada en muchos de los países analizados por Piketty, pero eso apenas parece preocuparle al economista galo…
Y hay más. Por ejemplo, sus estudios sobre la desigualdad de ingresos toman como referencia series estadísticas que no consideran la retribución en especie, los impuestos o las transferencias derivadas del gasto social. Así, sus trabajos apenas recogen el 62% de la renta que realmente disponen los hogares estadounidenses.
Eso sí: lo que me parece indiscutible es que las rentas del capital no deben convertirse en un juguete de las élites, sino que deben estar al alcance de todos. Por eso abogo por la capitalización del sistema de pensiones y por la introducción de una rebaja sustancial en las tasas fiscales que gravan el ahorro
:: Por último, me gustaría que acabaras las siguientes frases:
- Un autor histórico de referencia para mí es… Hay muchos, pero el primero que me marcó fue Milton Friedman.
- Me sorprendió en la entrevista de “Sin Medias Tintas”… Anthony de Jasay.
- La divulgación del debate económico en España es… Mejorable.
- El concepto económico peor entendido es… La creación de riqueza, a menudo se interpretada como algo estático, como un juego de suma cero.
- Mi proyecto para los próximos 2 años es… Seguir debatiendo sobre el apasionante mundo de la economía, siempre desde un respeto profundo a la libertad.
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Estoy convencida de la credibilidad de este artículo y me anima comprobar que hay personas capacitadas para guiarnos hacia un futuro mejor concienciando para hacer fuerza con un conocimiento acertado de la situación y su recuperación, muchas gracias por animarnos a seguir.