Sí, y se llama AAA, y es la fórmula que Rafael Martínez Alonso, autor del aclamado libro El manual del estratega, publicado por Gestión 2000, ha derivado de la ley general del cambio que el doctor en física Jorge Wagensberg, a quien tuve la suerte de tener como profesor en la facultad, nos propone como modo de vencer a la incertidumbre. Según esta fórmula, el ideal es conseguir empresas AAA: que Anticipen, se Adapten y den forma al entorno Actuando sobre él como modo de sobrevivir a la incertidumbre.
Anticipación, Adaptación y Acción son las armas estratégicas que nos permiten soportar los embates de la incertidumbre que golpea más fuerte cuanto más complejo es el entorno. Distintas personas y distintas empresas utilizan y han utilizado distintas combinaciones de la fórmula AAA.
Lo más común es que cada empresa sea más fuerte en alguna de las tres respuestas a la incertidumbre. Hay empresas cuya anticipación les ha permitido iniciar a tiempo los cambios que a otras les han salido más caros o les han resultado mortales. Hay empresas bien gestionadas que se adaptan para superar cualquier crisis o mantener su diferenciación ante cualquier otra. Hay empresas conocidas por su proactividad y por imponer las reglas del juego en sus entornos.
En un entorno cada vez más incierto la Anticipación debe ir más allá de la predicción. Porque a pesar de que nuestros sistemas de cálculo nos permiten mejorar año tras año la predicción de los cambios climáticos, la anticipación empresarial basada en la predicción cada vez dura menos tiempo y es menos fiable.
La vida media de una empresa en el índice S&P 500 era de unos 75 años en 1937. Hoy en día es de 15 años, con lo que el conseguimiento de la ventaja competitiva sostenible que propugnaba Porter en 1980 ya no es posible en el mundo de hoy. Cuanto más rápido se mueve el mundo, cuanto más interconectado está, menos predecible es. Cuando haya acabado de leer esta frase es posible que en su organización haya pasado algo que afecte a su futuro. Cualquier enfoque estratégico realista debe tener en cuenta este hecho. Contemplarlo nos lleva a darnos cuenta de la importancia que tiene mantenernos flexibles para poder adaptarnos al entorno gracias a generar una rápida reacción ante sus cambios.
No obstante, aunque la capacidad de respuesta es útil, no resuelve el problema subyacente. De ahí nace la necesidad de, en palabras de Herb Kelleher, ex CEO Southwest Airlines, “tener un plan estratégico que consista en hacer cosas”. Un plan estratégico cuyo propósito sea inducirnos a actuar.
¿Actuar cómo? Actuar guiados por una Visión de futuro (Anticipación) y por el empeño en superar los mercados y las funcionalidades actuales. Este nuevo modo de actuar ha dado lugar por ejemplo, a la estrategia del océano azul por un lado y también a la mentalidad superadora doble, capaz de imaginar opciones y fórmulas que creen experiencias de gran valor para el cliente a la vez que generan bajos costes para la empresa. Easyjet, IKEA, Medtronic, Cucinella y Zara son empresas que han actuado guiadas por una visión bajo una mentalidad superadora doble que les ha permitido superar los mercados y sus respectivas funcionalidades esperadas por su sector.
Las empresas que pueden hacer frente a la incertidumbre, combinando adecuadamente las A’s de la fórmula AAA, son empresas que prestan atención a las dimensiones de talento, creatividad e iniciativa, y son empresas que incentivan y premian la curiosidad, el entusiasmo, la diversidad, las preguntas atrevidas.
Y ello es así porque por más disruptiva que sea una innovación tecnológica hay dos elementos que siempre la sobrepasan: la obsesión por entender, satisfacer y maravillar al cliente, y el saber alinear la energía creativa de las personas en pos de un objetivo, gracias principalmente a una visión compartida.
Además, entender al cliente y usar la energía creativa configura organizaciones abiertas que saben sacar provecho del valor que el cliente encuentra en participar, que saben sacar provecho de las innovaciones de los demás, -sean los empleados o sean personas y organizaciones externas: innovación abierta-, y que son maestras en crear situaciones de mercado que garantizan su propia mejora y competitividad al mismo tiempo promueven un mercado cada vez más retador –coopetición-.
Es posible una estrategia ganadora sobre la incertidumbre. Y que lo sea además por goleada. Esta estrategia, a diferencia de las anteriores, exige presencia constante en cuerpo y en alma, pide fe (visión) y pide compromiso compartido. Pero también, a diferencia de las anteriores puede conseguir abundancia para todos: empresas, empleados, clientes y competencia.
Es posible y podemos. ¡Feliz cambio!
Sobre la autora
Juna Albert.
Fundadora y presidenta de Inno +
Síguela en Twitter
Consultora, conferenciante y escritora especialista en Management, Innovación y Emprendeduría.
Autora de ¡Sincroniza tu Vida! y de ¡Feliz Vida!
2 Comentarios
La aplicación de la gerencia de riesgos, como estrategia de dirección tiene en cuenta este aspecto.
Dado que considera el riesgo, como el impacto de la incertidumbre sobre la consecución de los objetivos. Y ¿Que es una empresa si no una organización enfocada en objetivos?
Estoy de acuerdo. Pero a no olvidar lo fundamental e imprescindible : OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN. Es decir, OBTENER INTELIGENCIA. Luego SABER ANALIZARLA. Recién ahí, y no antes, cabe lo que este artículo explica.
Por ende, en cada empresa debe haber una UIC Unidad Inteligencia Competitiva. Y es mi especialidad. En ello asesoro a Empresas y a Líderes tanto en Chile como fuera.
Contactar en [email protected]