Guillermo López Lluch es Catedrático del Área de Biología Celular de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla desde 2018. Se licenció en Biología en 1992 y posteriormente se Doctoró en Ciencias Biológicas por la Universidad de Córdoba en 1997. Ha realizado una estancia posdoctoral en el Rayne Institute del University College of London gracias a la obtención de una beca Marie Curie de la Comisión Europea entre los años 1999 y 2000. Es investigador Asociado en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, centro mixto de la Universidad Pablo de Olavide, CSIC y la Junta de Andalucía. Su investigación se centra en el estudio del papel del metabolismo celular en el proceso de envejecimiento y la actividad física. Columnista en “Cordoba hoy”
.: ¿Cómo se debe afrontar el reto de las superbacterias, las bacterias que cada vez se muestran más resistentes? ¿Cómo se podría explicar fácilmente a la población, en un lenguaje no científico?
Las superbacterias no son más que el producto de haber introducido un factor como los antibióticos de forma masiva. Alexander Fleming descubre la penicilina casi por error al observar que allí dónde se había producido una contaminación con hongos del género Penicillium, las bacterias no crecían.
A partir del uso general de los antibióticos hicimos que las bacterias patogénicas de los humanos y los animales se enfrentasen con sustancias a las que no se habían enfrentado antes. Lo que ha ocurrido a partir de ahí es una simple respuesta evolutiva.
Las bacterias se duplican muy rápidamente y tienen mecanismos de transferencia de genes de unos individuos a otros.
Estas dos particularidades de las bacterias permiten que, a pesar de que muchas mueran por el tratamiento, si quedan algunas vivas, éstas puedan desarrollar resistencia y, además, transferir los genes mutados que la permiten de unas a otras. En los hospitales, donde se acumulan bacterias y personas infectadas esta posibilidad aumenta aún más.
Por ello debemos racionalizar el uso de los antibióticos y especialmente las sustancias que sean nuevas para reducir la posibilidad de que aparezcan resistencias y, esencialmente, no utilizarlos para infecciones no bacterianas como resfriados o gripe ya que para eso no sirven.
:: En muchos de tus artículos abordas la cuestión de las llamadas pseudoterapias. Como biólogo, ¿qué consecuencias podría tener la moda de tomar leche cruda, por ejemplo? ¿Qué diría Pasteur si nos oyera?
Las pseudoterapias son un gran problema, agravado por la enorme difusión de bulos y tratamientos sin base científica que permiten las redes sociales, blogs, publicaciones digitales de dudosa ética y cualquier forma de difusión dependiente de Internet.
Los conocidos como charlatanes de feria de la historia ahora tienen a su disposición un escenario mundial para difundir sus productos, ungüentos o pases mágicos con la única limitación del idioma.
Además, se pueden fabricar sus propias referencias para revestir sus procedimientos de cierto aura científica, por eso las pseudoterapias van acompañadas de pseudociencia.
El problema que tienen es que son peligrosas por acción y por omisión. Por acción cuando lo que proponen es peligroso para la salud como, entre otros, el famoso MMS que no es más que lejía o ciertos métodos de acupuntura o de osteopatía que pueden producir daño físico. Por omisión porque las personas que las siguen pueden dejar de seguir las verdaderas terapias basadas en la evidencia y el conocimiento científico y agravar su enfermedad hasta llegar a la muerte.
Respecto a la leche cruda, es una consecuencia más de la moda que considera que todo aquello natural es bueno mientras que lo artificial produce daño. Quienes siguen esta particularidad nutricional consideran que los tratamientos esterilizantes de la leche hacen que ésta pierda propiedades e incluso se vuelva peligrosa para la salud.
El problema es que no entienden que lo natural está lleno de sustancias y organismos que pueden producir mucho daño a los seres vivos. De hecho, estos días tenemos una grave infección con listeriosis en personas que han comido carne infectada con esta bacteria, pero también ha habido casos de infección a partir de productos lácteos.
Los métodos de esterilización de la leche evitan que estos organismos puedan infectarnos. No es preciso explicar nada más, el mismo Pasteur podría explicarlo de una manera muy simple: sin contaminación por microorganismos, no hay enfermedad.
:: Muchas veces lo has citado. Háblenos del resveratrol. ¿Va a ser cierto que tomar una copa de vino al día ayuda a vivir más?
Pues no. Vamos a vivir más si cuidamos nuestra salud manteniéndonos activos en todos los sentidos durante más tiempo.
Con mejor alimentación, más actividad física y más actividad social podemos mantenernos con salud y vitalidad durante más tiempo. El resveratrol es una sustancia de una amplia familia conocida como polifenoles y muchos de sus miembros tienen actividades sobre nuestro cuerpo y actividades interesantes que activan los mecanismos que mejoran la actividad celular. El problema es que los alimentos contienen poca cantidad de estos polifenoles y el vino y la uva, bayas o nueces poca cantidad del resveratrol.
No hay que olvidar que el vino contiene en gran cantidad otro compuesto, el alcohol, que es conocido por producir efectos nocivos, así que no sugeriría tomarlo para envejecer menos, aunque he de confesar que considero interesante tomarlo con una buena y variada comida.
:: ¿Podría hablarnos de la paradoja francesa y cuál es la situación actual si relacionamos salud y alimentación?
La famosa paradoja francesa viene de estudios sobre el efecto de la dieta en la salud cardiovascular. Los estudios eran estadounidenses esencialmente y centrados en las poblaciones humanas. Se dieron cuenta que en Europa, especialmente en Francia donde hicieron el estudio de población, el consumo de grasa era alto pero las enfermedades cardiovasculares eran menores que en la población estadounidense. La conclusión fue que el tipo de dieta era mejor que el de los Estados Unidos y otros países del norte de Europa y ahí nace la Dieta Mediterránea.
De haberse realizado el estudio en el levante y sur de España tal vez tendríamos una Paradoja Española. Simplemente, esta paradoja está basada en que la dieta mediterránea rica en aceite de oliva y en productos vegetales contiene componentes nutricionales que mejoran la salud del sistema circulatorio y el corazón respecto a otras dietas.
:: ¿Por qué opina que si gracias a la epigenética retrasamos el envejecimiento el precio por esa juventud efímera se pagaría con fallos celulares y cáncer?
Todas las células de nuestro cuerpo contienen la misma información genética, aquella que se originó cuando óvulo materno y espermatozoide paterno se fusionaron.
A partir de ahí, esa información, en forma de ADN, va recibiendo instrucciones de manera que el ADN y las proteínas sobre las que se pliega, las histonas, van recibiendo marcas que indican de qué forma se debe leer la información genética.
Las marcas sirven para que las células respondan de la manera más adecuada a las condiciones ambientales de cada persona, a su edad y según el tejido y la función que tengan. Si esas marcas las borramos, las células pierden la capacidad de “recordar” qué historia han tenido, cómo deben comportarse según las condiciones de la persona e incluso de qué tejido forman parte y qué función cumplen. En este último caso, las células pueden responder convirtiéndose en células tumorales.
:: Volviendo al resveratrol, para los apasionados a la cosmética, ¿funcionan mejor las cremas que lo incorporan?
No. No hay estudios que indiquen que el resveratrol tiene una función interesante en la piel y menos que pueda protegerla. Las cremas que afectan a la piel contienen algunos componentes básicos que funcionan: la vaselina o la base grasa sobre la que se crea la crema y que protege la piel de la desecación, algunos compuestos activos que actúan sobre la regeneración de la piel, especialmente vitamina D y vitamina A (retinol) y antioxidantes que sí pueden atravesar las capas externas y formadas por células muertas de la piel como versiones grasas de la vitamina C, vitamina E y coenzima Q10. El resto son añadidos con poca o nula capacidad sobre la piel.
:: Recomiéndenos un libro de ciencia para no científicos.
Recomendaría cualquiera de J.M. Mulet Salort. El último publicado titulado ¿Qué es comer sano?, está lleno de sensatez, de información y de evidencias para aclarar lo que es importante y lo que no son más que falsedades o malas interpretaciones relacionadas con la nutrición. Publicará otro pronto titulado, ¿Qué es la vida saludable?, que estoy esperando para poder leer, creo que promete ser muy interesante.