A los economistas nos obsesiona la tecnología, es la que mueve el crecimiento y, por tanto, la riqueza, a largo plazo. Pero pocos de nosotros conocemos las tripas de verdad de la tecnología digital, de la inteligencia artificial, de cómo impregnan estas tecnologías en la creación de valor de las empresas y, general de las economías y nuestras sociedades.
Pocos economistas se han dedicado en cuerpo y alma a comprender los procesos de la tecnología. Pocos, muy pocos, han dado el paso a crear empresas. Pocos, muy pocos, han podido estar en proyectos emblemáticos a nivel global y, a la vez, en el corazón del conocimiento. Pues bien, Andrés Pedeño, es una de esas personas. Fue Rector de la Universidad de Alicante, Co-fundador y presidente no ejecutivo de IT&IS, LAB experimental que agrupa startups digitales.
Director el Observatorio para el Análisis y Desarrollo Económico de Internet en. España (ADEI) ADEI, apoyado entre otros por Google en España. Presidente de AlicanTEC asociación sin ánimo de lucro para el desarrollo de la economía digital y los sectores de futuro. Director del Observatorio Fintech. Director del Observatorio de Inteligencia artificial.. Miembro del Comité de Expertos del Gobierno para la Elaboración del Libro Blanco sobre la Inteligencia Artificial y el Big Data. Impulsor de la Innovación y transformación universitaria en España: fundador, gestor e impulsor de la primera biblioteca digital (Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes), primera plataforma universitaria internacional (Universia), primeros MOOCs (Unimooc) y primer IA-Chatbot universitario (Lola en UMU).
Y su último gran proyecto, que tengo el lujo de conocer en profundidad, Torre Juana, ayuda a la preservación y sostenibilidad del Patrimonio de las Torres de la Huerta, ¿y cómo lo hace? Creando uno de los lugares para que los nómadas digitales y profesionales del conocimiento creen, piensen, debatan y construyan.
Un día Guy Kawasaki me dijo: “al final de nuestra vida, no somos más que un conjunto de elementos químicos valorados en unos 85 centavos. El legado que dejas no es el dinero que has acumulado, sino cuanto has sido capaz de mejorar el mundo”.
Como puedes comprobar, Andrés Pedreño, se lo ha tomado muy en serio ?. Hoy hablamos con él a propósito de su último bebé, una joya de imprescindible lectura: Europa frente a EEUU y China: Prevenir el declive en la era de la inteligencia artificial. Un libre imprescindible para un cambio muy necesario. Como ha dicho hace poco Xavier Ferrás, un día nos despertaremos después de esta pandemia, la pregunta es, ¿y después qué? ¿Cómo reflotamos esta economía que se ha frenado en seco y no sabemos si podrá o no volver a funcionar a pleno rendimiento? Pensemos… con Andrés.
Un honor contar con el prólogo de Vinton Cerf para la edición inglesa de nuestro libro «Europa frente a EE.UU y China. Prevenir el declive en la era de la Inteligencia Artificial». @luismoreno_tw Para los que queráis leerlo, traducido al español: https://t.co/DDVxbKMb0l pic.twitter.com/O748DSYjGa
— Andrés Pedreño (@andres_pedreno) October 15, 2020
Europa rezagada, pero España está rezagada respecto a Europa…
—Andrés, déjame que empiece por el principio, el título, Prevenir el Declive, que además lleva el nombre de un proyecto magnífico (https://www.prevenireldeclive.com/). ¿Cuáles son los principales síntomas de ese declive y que os motivó a escribir el libro?
Europa no está en la era digital y casi ni se le espera. Un dato fundamental y muy básico: ausencia de empresas relevantes europeas a nivel mundial en economía digital. En Europa no hay gigantes tecnológicos, hay muy pocos “unicornios” y las empresas existentes tienen problemas de escalabilidad.
China y Estados Unidos acaparan las grandes empresas disruptivas para una economía del siglo XXI.
El insuficiente empuje digital europeo se va manifestando a través de crecientes síntomas: pérdida de peso en el PIB global, fuerte volumen desempleo juvenil en muchos países, problemas de empleabilidad universitaria, ineficiencia de las políticas de I+D…
La motivación a la hora de escribir el libro fue la ausencia de debate. No exento de cierta prepotencia europea a la hora de hablar de cosas como el “efecto Bruselas” creyendo que la regulación lo arregla todo. Mientras, el paro juvenil no desciende y nuestros jóvenes tienen que vender sus startups a empresas extranjeras porque en Europa no escalan (crecen).
La “Europa de los funcionarios” (con todo respeto, yo soy funcionario) podría fagocitar a la Europa de los emprendedores. El libro -y sus verdades incómodas- es un intento de salir de un discurso grandilocuente europeo y de una “zona de confort” peligrosa, invitarnos a hacer una autocrítica más honesta.
—Siempre hablamos de que Europa tiene problemas para converger en lo digital, en la I+D, incluso en sectores clave industriales. Si tuvieras que indicar las 3 causas (de las distintas que estudiáis en el libro), ¿cuáles serían?
1.- Una regulación digital ineficiente. Esto perjudica a las startups digitales europeas y distrae de los grandes objetivos y apuestas que debería hacer Europa: creación de un sólido y potente mercado digital único o una estrategia y apuesta ambiciosa en tecnologías como la Inteligencia Artificial.
2.- La debilidad de los ecosistemas digitales europeos, escasamente relevantes y poco conectados entre sí.
Serían vitales ecosistemas potentes que integren a emprendedores, centros universitarios y Administraciones Públicas eficientes.
3.- La insuficiente capacidad para la puesta en valor del talento, su atracción, desarrollo y retención. Talento emprendedor, talento STEM… Ni las políticas educativas actuales lo favorecen suficientemente, ni tampoco los incentivos que deberíamos dar a los emprendedores.
—Lo penoso es que España siempre está a varios escalones por debajo de Europa en muchas cosas, ¿le estamos dando la importancia que se merece a esta brecha digital, en I+D e industrial?
En España y en el sur de Europa se va configurando una gran brecha digital, ya no solo con el norte, sino sobre todo con las grandes potencias digitales: EE.UU. y China o pequeños países como Israel.
Es fácil sumarse a las corrientes reivindicativas en torno al I+D, pero en el libro llamamos la atención sobre el hecho de que una parte de este gasto es ineficiente e incluso corremos el riesgo de que los beneficiarios del I+D se sitúen fuera de nuestras fronteras.
Si no se hacen reformas estructurales importantes un mayor gasto del I+D actual difícilmente desembocará en una industria 4.0 o en una economía digital más potente.
Superar el gap actual no es solo una cuestión de I+D, es más complejo y conforme pasa el tiempo, será cada vez más costoso y difícil.
La geopolítica del conocimiento y la tecnología está cambiando
—Recuerdo que me decían que no había que preocuparse por China, sólo fabricaban barato y de poco valor… ahora ya dices en el libro que son “el cerebro del mundo”. El libro es una magnífica aportación de datos y reflexiones sobre esta cuestión. Podrías resumirnos 3 claves que consideras imprescindibles en este cambio geopolítico que supone China para Europa.
China es ya el líder mundial en tecnologías disruptivas como el 5G, el IoT o la IA. Y hay que seguir de cerca otras como la robótica, blockchain o la computación cuántica. La aplicación de estas tecnologías en algunos sectores le confiere una competitividad creciente en muchas industrias y servicios. Desde el transporte a la salud pasando por la agricultura o un gran número de servicios. Ya estamos comprobando claramente su liderazgo sobre Europa.
- La entidad del mercado chino le confiere una ventaja enorme tanto para el desarrollo de productos como de tecnologías, especialmente las basadas en datos. Esto último es crucial. China está desarrollando un sector de la IA mucho más potente que Europa donde las restricciones sobre el acceso a los datos son muy relevantes.
- Europa necesita colaborar inteligentemente con China y Estados Unidos. Comprender la nueva China es fundamental. Hay que profundizar antes de “recelar” o asumir muchos tópicos de los que no sabemos casi nada.
En Europa miramos altivamente al resto del mundo y vemos a veces excesivas amenazas y no las oportunidades.
— ¿Quién gana en la batalla del conocimiento entre Estados Unidos y Europa?
Si preguntaras sobre tecnología digital no habría duda: Estados Unidos. La pugna ahora es claramente entre Estados Unidos y China. Pero el conocimiento es un tema más amplio. El acelerador de partículas o el conocimiento de la materia oscura hacen que la respuesta no sea tan fácil.
Hay que recordar que Internet fue posible gracias a la investigación europea, en torno al CERN. Pero las grandes empresas de Internet están hoy en EE.UU. y China.
Con la IA vamos camino de algo parecido. Los orígenes son europeos e incluso una tecnología disruptiva como el “deep learning” se desarrolla primigeniamente en Europa (Reino Unido). Pero al final EE.UU. capitaliza y lidera de forma absoluta estos avances en su economía.
—¿Cuál es tu visión de la Globalización: es el enemigo a batir, es un aliado o, simplemente, hay que saber gestionar sus efectos adversos?
Quizás perdemos mucha energía en debates infructuosos. ¿Cuál es la alternativa a corto plazo a la globalización o a la digitalización?
De la globalización podría decirse aquello que Churchill decía de la democracia “es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado”.
Si nuestra energía la empleamos en torno a cómo aplicar la IA a ámbitos ambientales o a la agricultura quizás encontráramos un atajo real para afrontar el cambio climático o la carencia de alimentos en los países más atrasados.
No tenemos una alternativa real a la globalización a corto plazo, y efectivamente debemos tratar de maximizar las oportunidades y beneficios y minimizar sus efectos adversos.
El rector apasionado por la Inteligencia Artificial
—¿Cómo llegaste al apasionante mundo de la Inteligencia Artificial y cómo ha evolucionado hasta ahora?
Progresivamente con mucho esfuerzo y por varios caminos. En el ámbito de la economía en los últimos quince años he tenido la suerte de trabajar con un grupo joven del Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante, obsesionado con la economía digital, la prospectiva y la identificación de avances tecnológicos relevantes. Los profesores Luis Moreno -coautor del libro- y Ana Ramón han contribuido a crear un grupo crítico y con la mentalidad muy abierta para “reinventarse”.
Mi visión académica no hubiera sido la misma sin mi experiencia en el sector privado y como emprendedor.
He participado en grandes proyectos como Universia (Banco Santander y un millar de universidades). Pero con lo que más he aprendido ha sido impulsando startups digitales o un pequeño “hub digital”.
Es la mejor escuela. Generar una propuesta de valor, hacerla viable en el mercado, afrontar una ronda de financiación, pivotar y reinventarse, generar redes de colaboración… Todo esto me ha llevado a la IA por “instinto de supervivencia”.
Digamos que mi “choque multidisciplinar” fue asesorar al Gobierno Español (2017) dentro de un excelente Grupo de Expertos para la elaboración del Libro Blanco sobre Inteligencia Artificial con Nuría Oliver y otros “números 1” y la “prueba de fuego” fundar e impulsar una empresa de IA aplicada al PLN (chatbots) que hoy es referente nacional e incluso internacional.
El libro ha sido un trabajo muy intensivo con Luis Moreno de dos años, que nos ha servido para profundizar y aclarar muchas ideas con respecto a la IA en Europa comparando su situación con otros países.
—En un futuro, más próximo de lo que imaginamos, ¿La Inteligencia Artificial estará en prácticamente todos los sectores y actividades de nuestra vida cotidiana?
Ya está en todo. En nuestro móvil, nuestras aplicaciones y cada día interviene en multitud de procesos, productos y servicios. Hay que esperar que su impacto en muchos sectores será muy relevante, quizás en 10 años algunos sectores nos costará trabajo reconocerlos. Hay que reflexionar sobre el potencial disruptor que hay detrás del reconocimiento de imágenes, la conducción autónoma o GPT-3…
Quizás lo más ilusionante es la posibilidad de acometer retos como los medioambientales mediante la simulación, o la complejidad de enfermedades como el cáncer, o la comprensión de muchos campos de la ciencia y la tecnología que van desde la materia oscura a la nanotecnología.
La economía digital es una economía de nodos hiper-conectados
— Andrés, ¿Por dónde empezamos a trabajar? España, y cada una de sus Comunidades Autónomas, necesita un shock, y cuanto antes, pero muchas veces observamos una incapacidad de acción política, ¿Cuáles son los mayores déficit a los que hay que atacar primero?
Lo más urgente es la toma de conciencia de la clase política y empresarial.
Necesitamos una cultura ilusionante en torno a la tecnología y abrazar la digitalización como una gran oportunidad para superar muchas de nuestras debilidades: envejecimiento, paro juvenil, riesgos para la sostenibilidad del estado de bienestar, vulnerabilidad ante las pandemias, medios ambiente, incluso cierta tecnofobia…
El libro recoge al final de cada uno de los catorce capítulos -con la mayor claridad y concreción posible- más de 200 propuestas en torno a temas como el I+D, los sectores tradicionales, el empleo, la educación, la apuesta por el emprendimiento, los ecosistemas, las administraciones públicas y la necesidad de comprender los fundamentos de la propia economía digital.
Aparte de una ambiciosa apuesta del Gobierno Español por la IA -uno de los pocos países que no han publicado su estrategia- y la digitalización y por revolucionar sus políticas educativas (pensamiento computacional, STEM, empleabilidad universitaria…), las Comunidades Autónomas deben incrementar mucho la colaboración entre sí.
En economía digital hay que relacionar “nodos”. Somos un país muy pequeño. Hay que olvidarse del “síndrome de creación del Silicon Valley”. Por ejemplo, Valencia, Baleares, Murcia… deberían forman un mismo ecosistema digital muy relacionado e integrado, incentivador de la economía colaborativa. Y conectarnos como espacio digital con masa crítica y reputación suficiente con otros de Europa: el Valle del Zug (Suiza), Londres, Helsinki… O fuera de Europa: San Francisco, Bangalore, Shenzhen o Tel Aviv…
—Me gusta especialmente tu visión de la I+D. ¿Cuáles son los 3 síntomas de una visión trasnochada de la I+D?
- La debilidad del I+D privado
- El insuficiente foco de un I+D de tecnologías de propósito general
- Las métricas, incentivos e indicadores relacionados con los resultados de la actividad vinculada al I+D.
—Has sido rector, llevas la educación en las venas, ¿Qué grandes desafíos tiene actualmente nuestro sistema educativo para enfrentarse a todas estas reflexiones de las que estamos hablando hoy?
Corresponder a las exigencias de nuestra sociedad actual. Responder con diligencia y urgencia a un cambio de entidad, complejo y muy rápido. La educación es absolutamente vital para responder a los actuales retos.
Necesitamos menos regulación y mucha más educación. Es urgente la introducción del Pensamiento computacional en la educación primaria y secundaria. También hibridar todas las disciplinas universitarias con la computación.
Llevamos más de 800 años de un elevado conservadurismo en la educación y sus métodos. Aquellos países que no adapten sus estructuras educativas quedarán muy rezagados. Y aquí sí desempeña un papel fundamental la filosofía moral y el humanismo en la más genuina tradición europea, pero integrado con una fuerte apuesta para digerir correctamente las tecnologías de nuestro tiempo.
La tecnología ayuda a fomentar la igualdad de oportunidades
—¿Qué hacemos con aquella parte de la población que es prácticamente imposible de que se sumen a esta oleada de tecnología, tecnificación y economía de inteligencia artificial?
No debería ser imposible. Y hay muchos roles. No toda la población tiene que diseñar algoritmos para entrenar a la IA.
La tecnología simplifica y hace más fáciles muchos trabajos y procesos. La sencilla banca de Kenia y las zonas rurales de la India basada en el móvil quizás sea la más eficiente y avanzada. La tecnología ha permitido que nuestra casa pueda ser hotel o nuestro coche parte del transporte público. El teletrabajo, la educación online, el open source han incrementado la igualdad de oportunidades. Se intenta vincular la tecnificación y la IA a la complejidad y no es así. La IA y la automatización sustituirán las tareas más rutinarias y repetitivas. Pero ello nos permitirá concentrarnos en la creatividad y sobretodo en nuestras actividades más emocionales. Hay que construir un nuevo concepto de trabajo más lúdico, humanista y creativo.
—¿Qué papel juega nuestro humanismo en Europa, en toda esta batalla tecnológica y económica? ¿Son compatibles o excluyentes?
Absolutamente fundamental. Pero cómo vengo insistiendo el humanismo no debería ser un subterfugio tras el que se esconde la impotencia tecnológica europea. Hablamos de “regulación” cuando estamos haciendo en realidad “proteccionismo”; Proponemos una ética digital que no tiene parangón en el mundo analógico.
Es realmente sorprendente que tengamos grandes debates y propuestas sobre la ética de los algoritmos y nos desayunemos día tras día con manifiestos casos de falta de ética en los negocios o en la política en general. Grandes desvelos por regular y multar la falta de protección de una dirección de correo… e impunidad cuando se vulneran algunos de los derechos más flagrantes relacionados con la intimidad. No tiene sentido. Es contradictorio.
Europa debe recuperar su ambición de liderazgo real. No un proteccionismo disimulado de valores humanistas y morales. ¡Claro que nuestra filosofía moral es esencial y nuestro signo de identidad! Por respeto a estos mismos valores y a la tradición europea en su reivindicación y desarrollo no debemos corromper su justificación y motivación.
— De los cientos de datos que aportáis en el libro, que para mí ya se ha convertido en un lugar de consulta y cita indiscutible, te planteo dos retos para acabar:
1.- El dato que más te preocupa:
El desempleo juvenil y el mileurismo y la frustración que conlleva para los jóvenes tras muchos años de preparación.
2.- El dato que más optimismo te genera:
El creciente número de emprendedores y su actitud valiente ante los obstáculos a los que se enfrentan.