¿Qué es esto del aprendizaje permanente? Te lo explico. Hubo un tiempo donde en el mercado laboral existía algo parecido a esto: tu carrera profesional empezaba con estudiar una habilidad específica en una Universidad o Instituto de Formación Profesional, quizás un Máster. Después, buscabas un empleo relacionado a eso que habías estudiado y aplicabas tus conocimientos hasta la jubilación. A veces, incluso, era posible que se produjese un cambio de rumbo y ¡hasta te cambiases a otra empresa! Hubo una vez donde el número de lugares en los que habrías trabajado, sin incluir los pequeños trabajos durante tus estudios, rara vez superaría los tres.
Pero lo siento, esto es cosa del pasado. Las cosas son muy diferentes.
En una generación, la permanencia media en el empleo ha pasado de diez años a menos de tres.
La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos nos informa de cosas como esta: los trabajadores en su última fase laboral, entre 60 a 64 años, en su mayoría — el 54%— han estado, de media, 10 años con su actual empleador (2020). Como se puede observar, cuanto más jóvenes menos posibilidades de tiempo medio en una empresa.
Además, muchas personas optan por carreras no tradicionales, optando por el trabajo autónomo o el emprendimiento.
‘Un título universitario al inicio de la carrera laboral no responde a la necesidad de adquirir continuamente nuevas competencias, sobre todo porque la duración de la carrera es cada vez más larga. (…) En muchas profesiones, los trabajadores en nómina se enfrentan a la perspectiva de que sus competencias actuales queden obsoletas, pero a menudo no es evidente cómo pueden adquirir otras nuevas’, escribe A. Palmer en un interesante especial publicado por The Economist.
Dado que el aprendizaje permanente parece ser una necesidad más que una opción, ¿cómo podemos convertirnos en aprendices permanentes eficaces? ¿Y cómo podemos hacer que el proceso sea agradable?
Para muchos, el aprendizaje permanente se ha convertido en una necesidad para adaptarse a este entorno tan acelerado.
Los beneficios del aprendizaje permanente
Los beneficios más obvios del aprendizaje permanente son de tipo educativo, ya que apoya las necesidades, objetivos e intereses de las personas a lo largo de toda su vida. En este sentido, el aprendizaje permanente no es nada nuevo.
Aprender a tocar un nuevo instrumento, un nuevo idioma, una nueva habilidad, ya sea dibujar, cocinar o escribir, nunca se ha limitado a la educación infantil; es algo que hacemos durante toda la vida. Vivir es aprender, es desafiar nuevos límites a tu conocimiento, es asociar, absorber, crear en base a unos ingredientes que se van enriqueciendo con el aprendizaje.
El aprendizaje permanente, por lo tanto, es una receta inacabada, una necesidad imperiosa de buscar adaptarte a un mundo complejo, cada vez más difícil, pero a la vez apasionante.
El aprendizaje permanente no es un capricho, es tan necesario como alimentarte.
Además de estos beneficios educativos, el aprendizaje permanente moderno también ofrece muchos incentivos económicos.
Adaptarse a un entorno en constante cambio
Hoy en día, se espera que los profesionales del marketing sepan utilizar herramientas sin código, que los jefes de producto sepan de UX, y que los empresarios… sepan un poco de todo. Algunos trabajos se están automatizando, mientras que otros se están creando. Desarrollador de apps, especialista en SEO, productor de podcasts… Son todos trabajos que no existían hace muy poco.
Ser un aprendiz, o ‘aprendedor’ como yo le llamo, permanente significa que serás capaz de adaptarte cuando el mercado cambie, si tu trabajo se vuelve menos necesario, o cambia de naturaleza.
Detectar nuevas oportunidades
La creatividad es de naturaleza combinatoria. Al exponernos a más conocimientos en diversos campos, aumentamos nuestras posibilidades de descubrir una necesidad o un hueco que hay que cubrir.
El conocimiento es un verdadero poder cuando se trata de tener nuevas ideas. Rara vez sale bien cuando los fundadores de, por ejemplo, una startup intentan idear un producto al azar sin saber mucho sobre el mercado, los usuarios y las limitaciones tecnológicas.
Explorar diferentes trayectorias profesionales
El aprendizaje permanente es una forma de hacer el viaje más interesante al abrir nuevas puertas —a veces inesperadas— durante tu carrera.
Desarrollar habilidades adyacentes es una gran manera de ampliar tu perspectiva profesional. De nuevo, es muy poco probable que te quedes en el mismo trabajo durante toda tu vida. En lugar de limitarse a cambiar de empresa para realizar el mismo trabajo, ¿por qué no probar algo nuevo?
En general, ser un aprendiz permanente hará que tu perfil sea más atractivo para los posibles empleadores y que tu conjunto de habilidades sea más potente como autónomo o Emprendedor. Por ejemplo, los diseñadores que saben programar, los vendedores que saben de sociología y los creadores de contenidos que saben de gestión de proyectos tienen más probabilidades de alcanzar sus objetivos.
Por último, pero no por ello menos importante, el aprendizaje permanente puede ser una auténtica oportunidad para disfrutar a través de los retos intelectuales, hacer nuevas amistades y cultivar y potenciar tu curiosidad.
Un enfoque ampliado del aprendizaje permanente
Las investigaciones más antiguas utilizaban una definición restringida del aprendizaje permanente, centrada en los programas de desarrollo profesional ofrecidos por los centros de formación de las empresas y la formación continua en las universidades. Pero el aprendizaje permanente va más allá de la educación formal de adultos.
Cursos online
Una de las formas más evidentes en que el aprendizaje permanente ha cambiado en los últimos años es la explosión de cursos en línea, tanto de educadores independientes como de instituciones establecidas. Harvard, Yale, Stanford y Oxford ofrecen cursos en línea en plataformas como Coursera o Edx, pero también lo hacen, por ejemplo, más de 50.000 instructores que enseñan en Udemy. Los famosos también se han convertido en profesores en plataformas como Masterclass.
Se acabaron los años en los que el acceso a la formación permanente requería un carné de estudiante o una economía holgada.
Los estudiantes tienen acceso de por vida a material educativo de las mejores fuentes al alcance de su mano.
Trabajo del conocimiento
El principal capital de los trabajadores del conocimiento es, por supuesto, y valga la redundancia, su conocimiento. La forma de ganarnos la vida requiere, queramos o no, resolver problemas —desde los más sencillos a los más complejos—, generar ideas y estar en la frontera (si no quieres caer en el olvido).
Por ello, no es de extrañar que los trabajadores del conocimiento necesiten seguir aprendiendo a lo largo de su vida. En lugar de una formación formal, suelen utilizar el aprendizaje autodirigido para adquirir los conocimientos que necesitan para realizar su trabajo actual y mantenerse a la vanguardia.
Entornos personales de aprendizaje
En lugar de depender de planes de estudio preestablecidos, muchos adultos optan por diseñar sus propios entornos personales de aprendizaje. Ya sea utilizando una aplicación para tomar notas, comprando un lector electrónico o uniéndose a comunidades de aprendizaje. Estos estudiantes autodirigidos están creando un espacio personalizado con las herramientas y el contenido que necesitan para optimizar su experiencia de aprendizaje.
También hay tecnologías emergentes que ayudan a aprender durante toda la vida e incluso decirnos a qué deberíamos dedicarnos, en base a nuestros conocimientos y competencias, como Singularity Experts, o ayudándonos en el diseño de un itinerario formativo. Existen sistemas adaptativos que ofrecen una experiencia de aprendizaje a medida basada en las necesidades del estudiante adulto, los entornos de aprendizaje basados en Realidad Virtual y Aumentada… o programas específicos sobre cómo aprender a aprender como Learnhabilityhub y que así cojamos las riendas y autolideremos con garantías todo el proceso.
Cómo convertirse en un ‘lifelong learner’ eficaz
Aunque hay muchas Universidades que ofrecen formación continua, el aprendizaje permanente suele requerir pasar de un enfoque pedagógico, dirigido por el profesor, a uno andragógico, dirigido por el alumno… un cambio de chip en toda regla que requiere una serie de pasos para crear un hábito de aprendizaje exitoso.
Se me ocurren algunos puntos a tener en cuenta:
Decide tu objetivo de aprendizaje actual
Tus objetivos de aprendizaje no tienen que estar grabados en mármol, pero suele ser útil centrarse en uno o dos objetivos a la vez, especialmente si no eres un estudiante a tiempo completo y tienes otros compromisos en tu vida.
No tengas miedo de ser ambicioso: te estás comprometiendo a aprender, no a llegar a una línea de meta imaginaria.
Además, tus objetivos de aprendizaje pueden ser profesionales o personales. Cualquier cosa que te haga sentir curiosidad es un gran objetivo de aprendizaje.
Haz una hoja de ruta con tus limitaciones de aprendizaje
Una vez decidido el objetivo de aprendizaje, puedes empezar a investigar. ¿Qué hay disponible ahí fuera? Tal vez descubras que lo que quieres aprender es algo muy especializado y sólo hay un curso en línea disponible. O tal vez sea un tema muy popular y tenga muchas opciones entre las que elegir. ¿Cuál es tu presupuesto? ¿Cuánto tiempo puedes dedicar? Todas estas son limitaciones importantes para el aprendizaje que determinarán cómo diseñar tu plan de aprendizaje.
Diseña tu entorno personal de aprendizaje
Ahora deberías tener una mejor idea de lo que tienes a tu disposición en términos de contenido, presupuesto y tiempo. Es hora de comprometerse. Elige un curso, un libro, un mentor o cualquier otra forma de trabajar para conseguir tu objetivo de aprendizaje. Incluso puedes combinar diferentes opciones en función de tus necesidades y retos. Elige las herramientas que vas a utilizar. Dependiendo de la estrategia que hayas elegido para estudiar tu tema, es posible que necesites conseguir herramientas específicas. Pero no te vuelvas muy loco diseñando tu entorno de aprendizaje, ya que el paso más importante es empezar, y podrás hacer ajustes sobre la marcha.
Practica la metacognición
Una vez que hayas empezado el programa, no te limites a repetir la misma rutina o a utilizar las mismas estrategias. Practica la metacognición para entender en qué se puede mejorar. Tomar notas sobre ello es una buena forma de reflexionar. Con el tiempo, tu forma de aprender y tu entorno personal de aprendizaje irán mejorando. Y si aprendes en público, compartiendo tus pensamientos y desafíos con los demás, te llevarás puntos extra…
Hazlo agradable
No te olvides de divertirte. Como no tienes un plan de estudios fijo, puedes mezclar y combinar diferentes medios para mantener el interés. También puede ser más motivador aprender con otros. Considera la posibilidad de formar grupos de estudio, comunidades de aprendizaje o estudiar con algún amigo. Y si después de un tiempo no te gusta un tema o lo encuentras irrelevante, buenas noticias: ningún profesor te obligará a seguir.
No pasa nada por dejar de lado un objetivo de aprendizaje cuando ya no es una buena opción. Puedes elegir uno nuevo. ¡Pero tampoco andes dando saltos cada tres días! ¡Constancia!
El aprendizaje permanente no se limita a los objetivos educativos, sino que se ha convertido en una necesidad socioeconómica. Por suerte para nosotros, puede ser divertido seguir ampliando nuestro conjunto de habilidades, generar nuevas ideas… El aprendizaje permanente puede ser un catalizador de muchas oportunidades. Tanto si quieres ampliar tus opciones profesionales como cultivar tu curiosidad, invertir en educación y en crecimiento personal jamás ha sido una mala elección.