Aprovechando la anonimidad que me otorga esta serie de “Miserias Corporativas”, voy a contaros un secreto que pocos conocen, y menos se atreven a reconocer. En realidad, está delante de todos nosotros, delante de nuestras narices, pero nadie se da cuenta. Hay una aplicación que mueve el mundo. Yo diría que es el producto tecnológico más importante en la historia de la humanidad. La aplicación más utilizada y la más importante, y no, no es el buscaminas.
Y esa aplicación es…. [reverb y echo, por favor]: ¡¡¡El EXCEL!!!
Pues sí, da igual que seas un autónomo, o la mayor empresa del mundo. De hecho, creo que da igual, incluso si eres la CIA. TODA tu información más importante está en una hoja de Excel.
Empezando por las cosas obvias. Todo el mundo tiene sus presupuestos, planes de ventas, comisiones, informes de venta en una hoja de Excel. Pero es que, además es probable que por mucho CMR, ERP o aplicación supermegachuli de gestión de clientes, al final, lo que de verdad mirará el jefe será la información que esté en una hoja de Excel. De hecho, y volviendo a la CIA, me jugaría una cena a que hay una hoja de Excel con los nombres de todos sus espías… Vale, en la CIA quizá no, pero en el CNI seguro.
Pero ahí no se queda todo. Todas las agendas del mundo se preparan en una hoja de Excel. Bien sea para un evento, o bien sea para la visita del VP Mundial de tu empresa. Los presupuestos de marketing, los supuestos cálculos de ROI, y hasta hojas de ruta de producto o de campañas. De todo. Y de contabilidad o recursos humanos ni hablamos.
Creo que he visto usos que desafían el sentido común de las hojas de Excel. Pero uno que me dejó alucinado fue leer que Ken Follet lo utiliza para escribir sus libros. Aunque si lo pienso bien… no me debería sorprender, porque hasta Dios lo utilizó para dar a Moisés sus Mandamientos… Las tablas, ¿lo pilláis? Qué chistoso…
Pero a mí, lo que realmente me alucina del Excel es la cantidad de fanáticos que hay. No son fanáticos de esos de twittear cuando han conseguido crear una fórmula compleja con una oscura función, o tampoco cuando consiguen descubrir un nuevo atajo de teclado, ni tampoco de esos que ponen un aviso automático en facebook cuando su análisis acaba de correr, o cuándo la función corre sin errores, son fans en la sombra.
Son gente, cómo un buen amigo, que si en su momento hubiera habido una tienda Excel en la Puerta del Sol, habría ido a hacer cola el día del lanzamiento del Office 2007 para ser el primero de España en tener el Excel 2007 y ser capaz de hacer hojas de cálculo de más de 65.000 filas.
Pero es que además el Excel ha hecho feliz al tunero que llevamos todos dentro. De hecho, podríamos enunciar el corolario de la personalización de Excel. Cuánto más alto estés en la jerarquía de tu empresa, más a medida querrás tus documentos de Excel.
¿Qué hay un cuadro de mando que tu equipo ha consensuado y que todo el mundo entiende y usa? Da igual, tú querrás que los semáforos tengan un determinado pantone y que estén colocados de forma diferente. Ni que decir tiene, que tú querrás un indicador diferente. Esto tiene un montón de derivadas muy divertidas, cómo por ejemplo que empezarán a existir diferentes versiones del mismo cuadro de mandos dependiendo de para qué sea. Esto por supuesto es un motivo de satisfacción para el que lo genera.
Pero el afan tuneador no acaba ahí. ¿Qué jefe que se precie no tiene su propio informe con sus propias fórmulas y colocado de una forma determinada? Lo más divertido es que será imposible convencer a ese jefe de que utilice informes estándar, y que habrá gente cuyo trabajo será mantener esos informes con el orden de columnas apropiado.
Y claro, la personalización extrema a la que nos lleva el Excel significa que es fácil que nadie más que el propio autor entienda una hoja de Excel en concreto. Tú tienes la tuya, que la entiendes perfectamente, que es muy lógica y, claro, se la mandas a tu jefe, y él no la entiende. Su hoja de Excel es diferente a la tuya, y entonces pollo que te crió. Eres un desastre, eso no hay quien lo entienda…
Pero lo mejor, ¿no os ha llegado nunca una reunión con título “Reunión para análisis de indicadores”? En realidad debería llamarse Reunión para entender el puto Excel que me has mandado. Muy típica de jefes con un cariño especial a sus propias versiones de las hojas, le mandas una que no encaja en la suya, y reunión, pero no para entender la tuya, sino para convencerte de que la suya es mejor.
Y ahí viene lo más divertido, con tantas versiones diferentes, con datos diferentes y con fórmulas diferentes, es imposible tener cierta integridad en los datos. Y claro, de repente, se estropea el disco duro del ordenador del jefe, ¿y qué pasa? No hay backup ni posibilidad de recuperar esa hoja de datos con ninguna otra, porque era única.
Hay también grandes momentos tipo la teoría de los 6 grados. Recibir una hoja de Excel que tú preparaste pero que ha pasado por muchas manos, y que no se parece en nada a la original. De hecho, ni siquiera coge los datos de la base de datos original, por lo que depende de quien sea esa nueva versión de tu hoja, puede que tengas que cambiar tú la tuya a la nueva.
Las hojas de Excel, también tienen la habilidad de sacar el Golum que llevamos dentro. Son un tesoro que no queremos compartir con nadie. Todos tenemos nuestras fórmulas complejas favoritas, que sólo nosotros conocemos en la oficina, y que no queremos compartir con nadie. Nos encantan, y las utilizamos siempre que podemos, pero nunca contaremos a nadie cómo se hacen.
Y qué decir de las columnas o filas ocultas… Son nuestras armas favoritas para ocultar información. En el pasado la gente tenía tintas invisibles, nosotros tenemos las filas ocultas. No hay nada parecido a ver que alguien se está volviendo loco para entender una hoja de Excel y llegar y decir, pero alma de cántaro, ¿no has visto estas celdas? Y entonces descubrir las celdas ocultas con una sonrisilla de superioridad…
Y esto afecta también al mundo científico. La Mars Climate Orbiter fue una nave que se estrelló en Marte porque los ingenieros se estuvieron pasando datos (me juego otra cena a que era una Excel) en diferentes unidades. Seguro los americanos tenían una plantilla, los europeos otra, y puf, desastre planetario…
Supongo que si un día hubiera una invasión extraterrestre, los gobiernos del mundo lo primero que nacionalizarían serían el Excel. La economía mundial depende de ello.
Autor:
Uno más de la Generación X que en 2012 es directivo en una gran corporación