Estos son los datos históricos de tres burbujas inmobiliarias con su tres consecuentes rescates financieros.
Mirando esta tabla se nos vienen varias preguntas a la mente:
¿Cómo ha conseguido España convertir una crisis inmobiliaria del calibre de la irlandesa en una factura del rescate bancario de la talla del sistema financiero del Reino Unido? ¿Qué han conseguido los banqueros españoles que no han conseguido los irlandeses? El crecimiento y posterior caída de los precios inmobiliarios en España se parece mucho a lo vivido en Irlanda, pero la factura de la reforma bancaria española es aproximadamente una décima parte de la irlandesa.
¿Es esto convincente? El informe publicado por el FMI el pasado mes de julio sobre el progreso de la Reforma del Sistema Financiero Español, apuntaba entre otros temas pendientes el tratamiento de los impuestos diferidos (DTAs, Deferred Tax Assets).
Los DTAs se auto-destruirán en tu balance en 3, 2, 1 …
Estos activos fiscales se pueden generar tanto por pérdidas presentes (cuyas bases imponibles generan futuras deducciones o compensaciones en caso de beneficios) como por las provisiones genéricas o jubilaciones anticipadas. El escollo surge porque con Basilea II esos activos podían incluirse como “core capital” o capital de máxima calidad (CT1). Pero Basilea III, que entra en vigor en 2014, propone mayor rigor a las consideraciones para formar parte del capital más estable de las entidades financieras. El informe del Fondo cifra el importe de DTAs en el 5% del PIB y el 37% del CT1 a finales de 2012.
Para interpretar este gráfico asumamos por un momento los DTAs como deducciones por pérdidas en ejercicios pasados que se podrán compensar en beneficios futuros. El gran paradigma de banco descapitalizado en España por una reclasificación de los DTAs fue Bankia. Por entonces ya Rodrigo Rato afirmó que contaba en sus planes con tener beneficio en su entidad en los ejercicios futuros y que por tanto veía consistente contar con esa deducción en su capital.
Si ahora Basilea III elimina esta posibilidad entonces los bancos que tengan minusvalías en un ejercicio tienen que empezar de asumir el poder compensarlas con futuras plusvalías. Esto es grave implica una cuenta atrás para la descapitilización programada de las entidades. En el gráfico superior vemos que para Bankia cerca del 70% de su capital de mejor calidad (CT1) está compuesto por DTAs. En del Sabadell representan el 60% de su capital, pero es que tampoco se salvan entidades como el Santander, donde el 30% de su CT1 se compone de DTAs ¿qué sucederá si a partir de 2014 dejan de contabilizar? Sencillamente que su solvencia regulatoria caerá en picado.
Implicaciones para la solvencia de las entidades
Las importantes pérdidas y el aumento de provisiones en 2012 han hecho aumentar los DTAs de las entidades financieras españolas y el mercado ha comenzado a percatarse de la incertidumbre que esta cuestión plantea sobre su solvencia. El gobierno se ha comprometido a llegar a una solución a finales de verano, pero por ahora seguimos con la incertidumbre. La normativa de Basilea III mantiene la posibilidad incorporar los DTAs por diferencias temporales (como la provisión genérica o las jubilaciones anticipadas hasta un 10% del capital) pero elimina las compensaciones por pérdidas al considerarlas como no aseguradas.
Un informe publicado recientemente por Morgan Stanley cifra en 50.000 millones de euros las deducciones de Basilea III que van a reducir el capital de máxima calidad. De esta cifra, menos de la mitad se corresponde con diferencias temporales y, por lo tanto, se podrán mantener como CT1.
El mismo informe apunta a que el impacto sobre las entidades financieras es diverso, aunque destaca el caso de Banco Sabadell cuyo CT1 se reduciría el 7,2% al 4,7%. Fuentes periodísticas cifran en 5.000 millones de euros los DTAs de la entidad debido a la absorción de varios bancos nacionalizados. Consciente de su delicada situación, Banco Sabadell ha convocado una ampliación de capital en dos fases, una por 650 millones de euros de capital extranjero y otra por hasta 732 millones de euros ofrecida a sus accionistas.
Efectos sobre la deuda
Una de las propuestas que permitirían continuar contabilizando los impuestos diferidos como CT1 sería si éstos pasasen a ser considerados créditos fiscales frente a la Administración Tributaria. El mayor problema es que, en el improbable caso de que una entidad se liquidara, obligaría al Tesoro a pagar a los acreedores. Fácilmente se puede adelantar que la banca nacionalizada tiene un abultado importe de DTAs y que su atractivo aumentaría notablemente.
El efecto que el reconocimiento de esos créditos fiscales como deuda por parte de Hacienda tendría un impacto directo sobre la deuda pública, aunque mantendría dichos activos dentro del cómputo de CT1 bajo Basilea III.
¿Y qué han hecho otros?
Si miramos hacia otros países, se observa que Italia y Brasil han optado por el reconocimiento de créditos fiscales. Pero que otros países hayan optado por esta solución no significa que esté bien valorada. Financial Times publicaba un artículo (Inside Business: “DTAs no longer pass common sense test”, Patrick Jenkins) en el que criticaba duramente la posibilidad de adopción de los créditos fiscales como solución al problema.
En cambio, Alemania, Francia, Holanda, Reino Unido y EEUU han optado por el reembolso por parte de Hacienda de importes pagados anteriormente o carry back fiscal.
El caso español, teniendo como precedente la cesión de Montoro en el déficit tarifario, y con el fuerte lobby que supone la banca, no parece que se imponga una solución muy desfavorable a los intereses de la banca. Sin embargo, el secretario de estado de Economía español, Fernando Jiménez Latorre, ha declarado recientemente que el tratamiento sobre DTA´s no tendrá impacto sobre la deuda ni sobre el déficit del Estado y que se prevé una solución antes del final de 2013.
El hecho de que Banco Sabadell haya comenzado a reforzar su capital quizá indique que el Ministerio de Hacienda no se vaya a muestrar muy favorable a empeorar los datos de deuda y déficit. Por cierto, esta carrera a contra corriente por mantener la capitalización está recuperando la «innovación» en el sector bancario. Recordemos el CoCo (Contigent Convertible) que acaba de emitir Banco Popular. Emisión subordinada bajo la cual Popular puede ejercitar la opción de cancelación anticipada y capitalizar el efectivo de la misma cuando ¡su CT1 cae de 5,75%! «Interesante» apuesta para el inversor, ¿no creen? Desde luego «back to basics is over«. Hemos vuelto a la era de la innovación financiera…
3 Comentarios
Muy bueno.
Respecto al Banco Sabadell se podría ampliar el impacto una vez conseguida la ampliación de capital?
Muchas gracias por tu comentario Alejandro, me temo que no dispongo de más información sobre Banco Sabadell (no sé si habrá publicado algo). Creo que los test de estrés que se llevarán a cabo a final de año podrán de manifiesto la evolución de todas las entidades, porque la última publicación de resultados y su aplicación, por ejemplo en el caso de Santander, es también una gran cuestión.
Queria llamar la atención sobre el (oscuro) caso de NovaCaixaGalicia. El negocio de fuera de Galicia lo manejaba con la marca Evobanco
Fue nacionalizada por su falta de capital que le llevaba a la quiebra técnica. En un primer momento se le hizo una aportación de capital (con dinero de los impuestos, claro).
Ahora el gobierno (a través del FROB) ha vendido lo que operaba fuera de Galicia (la marca Evo) a un fondo de EE.UU. y sigue con los restos de NCG a ver si alguien los compra.
Pero, y ahí está la cosa, no ha vendido todo Evo, sino sólo depósitos y cuentas, no créditos e hipotecas.
Así el comprador de Evo se queda con un banco super-saneado (sin créditos ni hipotecas) y el Estado, que es el propietario de lo que queda se queda con todo lo que tiene en Galicia más millones de euros en préstamos e hipotecas fuera de Galicia
¿Qué cantidad de capital va a necesitar ahora que va a ver disminuir brutalmente depósitos, sin reducir créditos?
Pues prepárense para otra inyección de dinero público.