América Latina afronta un año interesante marcado por la potencial consolidación de la recuperación económica y las citas electorales en Brasil, Colombia y Venezuela, tras las presidenciales chilenas. La crisis financiera ha golpeado la región con menor virulencia que episodios previos y no ha generado graves revueltas sociales que pudieran tensar la estabilidad institucional. Con todo, el comportamiento no ha sido homogéneo. Argentina o Venezuela parece insertas en un entorno político y económico bien distinto y, aún a pesar de la recuperación económica global, sus perspectivas presentan una elevada incertidumbre. Aún así, en términos agregados, la región ha sabido enfrentar la crisis internacional con un notable éxito.
El pasado año, la economía latinoamericana registró un contracción del 2%, muy por debajo del promedio de las economías desarrolladas (-3,4%). La contracción se centró casi exclusivamente en el primer trimestre (-2,4% trimestral), debido al cierre de los mercados de capitales y a la abrupta caída del comercio internacional. La reducción de la confianza afectó muy negativamente también a la evolución de la inversión y, aún cuando el empleo no sufrió duros ajustes, el consumo desaceleró notablemente su expansión. Asimismo, los ingresos vía remesas y turismo han afectado muy negativamente a la evolución de la renta. Con todo, América Latina registró crecimientos trimestrales positivos en el resto del año, asentando la recuperación sobre la demanda interna y la mejora paulatina del comercio internacional. La región ha cerrado un año en que su economía no ha amplificado la contracción producida fuera de sus fronteras.
Para el ejercicio en curso las previsiones vuelven al tramo positivo y adelantan un crecimiento del 3,8%, asentado en los fundamentales de los últimos meses (demanda interna) con la mejora paulatina del comercio internacional, tanto en precios como cantidades. Esta mejora de la demanda externa ayudará a Argentina y Venezuela a salir del atolladero pero sus profundos desequilibrios internos podrían impedir la recuperación. Con este escenario, los bancos centrales deberán iniciar en los próximos meses una revisión de sus políticas monetarias, una vez iniciado el proceso de consolidación fiscal en aquellos países que más activamente han podido desplegar políticas de gasto contra-cíclicas. Con todo, la incertidumbre en torno a la evolución de la economía mundial continúa siendo muy elevada de modo que cualquier revisión de las políticas económicas deberá estar muy bien delineada.
En el ámbito político, la normalidad democrática ha marcado el ejercicio, aún a pesar del golpe de Estado en Honduras que ha tenido un salida moderadamente razonable y esperamos sea un hecho aislado. Felipe Calderón y Cristina Fernández han visto perder sus cómodas mayorías en el Legislativo, el Frente Amplio ha renovado victoria en Uruguay con José Mujica al frente. Para este ejercicio, tras la victoria de Sebastián Piñera en Chile, las elecciones de Colombia y Brasil, junto a las legislativas de Venezuela marcan la agenda del año. Las previsiones apuntan a una victoria del centro-derecha en los dos primeros países, si bien la candidatura de Uribe aún no es firme, y la diferencia entre José Serra y Dilma Rousseff empieza a estrecharse, anunciando una intensa campaña. No se verán grandes revisiones estratégicas en Chile, Colombia y Brasil. Sin embargo, Venezuela y Argentina presentan elevados riesgos motivados por el carácter autócrata de sus mandatarios en un escenario político en el que su poder sobre el Legislativo será sensiblemente menor.
América Latina inicia 2010 tras superar con buena nota, en términos agregados, uno de sus años más complicados. La región volverá a crecer, veremos convocatorias electorales y cambios presidenciales con normalidad y la inversión extranjera fluirá con fuerza hacia el continente. Un cuadro que invita al optimismo, aún con la presencia de algunas serias incertidumbres.
Jonás Fernández, director del Servicio de Estudios de Solchaga Recio & asociados y profesor asociado de Economía, Universidad Carlos III de Madrid.