En un artículo reciente decía: «A veces pensamos que medimos porque tenemos muchos datos, pero en realidad creamos ruido. Muchos datos no es igual a buenos datos. Sin una estrategia y un profundo conocimiento sobre qué hacer con esos datos, recopilarlos y mostrarlos sin más no sirve de gran cosa. Y esto es especialmente importante en el mundo de las finanzas». Economistas y bigdata es una combinación cada vez más potente. Y no sólo para quien investiga o hace trabajos “académicos”. Saber trabajar con datos, y sacarles partido y valor es algo francamente complejo pero será tan necesario como tener nociones básicas de contabilidad (para un economista).
Por eso me ha gustado especialmente la iniciativa de lanzar un Grado en Inteligencia de Negocios que ha lanzado la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo. Me entrevisto con su Decana, Carmen Calderón Patier, para hablar de ello.
:: Decana, ¿está preparada la Universidad española para formar a los empresarios y economistas en la llamada revolución digital?
Pues la respuesta es no, y por eso las universidades –y particularmente la nuestra- está dando un nuevo enfoque a la enseñanza de la Economía y la Empresa. Y esto no puede esperar, nuestro reto es preparar profesionales capaces de adaptarse, enfrentarse y mejorar el mundo actual y el futuro; debemos preparar a los alumnos para afrontar cualquier cambio, y cuando digo cualquiera es tanto los que son previsibles como los que pueden parecer difusos a día de hoy.
Lo que no puede ser es que demos la espalda a la realidad que tenemos delante, estamos ante un escenario condicionado por la transformación tecnológica y por eso en nuestro enfoque como formadores de futuros economistas y empresarios
estamos integrando a la gestión de empresas y el emprendimiento la estructura y el análisis de datos; el estudio del comportamiento del consumidor y el diseño de productos; además de los aspectos legales y éticos de los procesos.
:: ¿Cuál crees que es el papel de manejar grandes bases de datos para futuros economistas?
Estamos inundados de datos sobre todo tipo de comportamientos, tipologías, patrones, gustos, tendencias y casi deseos… que ni nosotros mismos conocemos o somos conscientes de ellos. Hay quien llega a afirmar que el hombre se ha convertido en un conjunto de datos, datos de los que se saca una rentabilidad altísima.
Pero no nos engañemos, el dato por sí mismo no tiene valor, lo que es importante a todos los efectos es la interpretación, es decir la Gestión de la Información o lo que es lo mismo la analítica de los datos. Y si aceptamos que esto es así, ¿cómo no vamos a dar relevancia en la Universidad al “valor de los datos”?
:: ¿Nacen nuevas profesiones para los economistas?.
La pregunta tiene mucho que ver con la decisión que nos ha llevado en la Universidad CEU San Pablo a incorporar con carácter urgente la formación en Gestión de la Información, los denominados actualmente Científicos de datos. Yo no hablaría en ningún caso de riesgo de que los economistas y los empresarios acaben siendo meros “gestores de Información”,
pero estamos seguros de que no habrá empleabilidad para aquellos economistas que no tengan un conocimiento de la analítica de Datos.
:: Por su contacto con el mundo empresarial, ¿qué carencias detectan los empresarios a la hora de contratar a un graduado en Económicas o en ADE?
Hace bastante tiempo que el empresario nos viene trasladando a la Universidad que los titulados que les llegan no tienen las competencias que la realidad empresarial demanda, y muchas empresas optaban por formar (o mejor dicho, volver a formar) a los empleados. Poco a poco, al menos en la Universidad CEU San Pablo, hemos ido incrementando la relación con el mundo empresarial, y estamos escuchándoles para que nos orienten en la formación que damos a nuestros alumnos.
Los empresarios valoran de los titulados la formación en conocimientos, la capacidad de trabajo y esfuerzo… también la formación en valores; pero coinciden en que los jóvenes titulados necesitan un dominio total de uno o dos idiomas extranjeros; habilidades digitales, y habilidades sociales (trabajar en grupo, hablar en público, liderazgo…).
En el caso de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, estamos trabajando en facilitar el manejo de todas las herramientas digitales, porque las empresas ya no se conforman con conocimientos básicos.
:: ¿Deben las empresas implicarse en la docencia, bien induciendo nuevos contenidos curriculares o aportando personal cualificado como profesores?.
Desde mi punto de vista es imprescindible, nosotros hemos abierto un cauce permanente para escuchar las necesidades de las empresas, y les pedimos que aporten criterios, que nos pongan retos y que –si les parece interesante— nos “presten” a sus expertos, con el fin de complementar la labor de nuestro profesorado.
:: El conocimiento digital de los alumnos se da por hecho, pero ¿los profesores están cualificados para afrontar el reto de la nueva cultura digital?.
Estamos trabajando intensamente en formar a los profesores, porque la velocidad de los cambios en un corto período de tiempo nos ha alejado de la excelencia. Particularmente estamos atendiendo a las carencias en la formación digital. Los jóvenes manejan una cultura en la que son nativos, mientras los profesores tienen que adaptarse; que no es lo mismo. Y, ¿cómo vamos a trasladar conocimientos en un lenguaje que no conecta con los alumnos? Estamos formando a los profesores para que utilicen el “lenguaje digital” para conectar mejor con los estudiantes, al tiempo que se ponen al día de las habilidades digitales que están exigiendo las empresas.
:: He leído que Telefónica ha tomado la iniciativa de colaborar con vuestra Facultad para un Grado de “Business Intelligence”. ¿Cuál ha sido la participación de Telefónica?.
Son bastantes las empresas de distintos sectores que nos trasladan sus demandas reales de titulados en Económicas y Empresariales, y a modo de ejemplo del nuevo paradigma, Telefónica ha participado decisivamente en el primer Grado oficial en España de Business Intelligence, que se ha puesto en marcha este Curso 2018/2019.
Es el primer Grado oficial en España que se ha elaborado conjuntamente con una gran empresa para dar respuesta a las necesidades que nos ha trasladado esta gran multinacional española.
Telefónica ha sido decisiva en su diseño, ya que ha trasladado las necesidades reales y actuales que demandan las empresas a nuestros egresados.
De tal forma, que por primera vez en nuestro país, un Grado oficial se ha hecho a la inversa, es decir, desde la empresa a la universidad, con un intercambio y fluidez absoluta entre ambas Instituciones, y el resultado ha sido un magnífico Grado Oficial en Inteligencia de Negocios, sin temor a equivocarme, el mejor que actualmente existe en el mercado español.
:: Además de la colaboración con Telefónica en el Grado de “Business Intelligence”, ¿se prepara a los alumnos de CEU San Pablo en la analítica de datos?.
Precisamente la colaboración con Telefónica ha fructificado en un Título Propio de Inteligencia de los Negocios que permitirá completar su formación en analítica de Datos a nuestros estudiantes de los Grados de Administración y Dirección de Empresas, Marketing o Economía. Volviendo a tu pregunta inicial, desde luego el empresario o el economista que no tenga formación en análisis de Datos corre el riesgo de quedarse al margen.
:: ¿Cuál es la actitud de los estudiantes ante los cambios que se vienen produciendo en su formación? ¿Tienen “voluntad de aprender” o estamos ante unas generaciones más bien soft?
En mi opinión, haríamos un flaco favor a nuestros alumnos si aceptamos que aprender no requiere –como actividad básica— el estudio. Por supuesto que el esfuerzo será más efectivo si se dominan ciertas técnicas y hay un apoyo a la motivación por parte de la Universidad, por hablar “su mismo idioma” … pero
la motivación tiene que ponerse al servicio del esfuerzo deliberado y perseverante del alumno.
Somos conscientes de que el alumno actual no sólo ha cambiado “digitalmente”, sino que ha cambiado totalmente su actitud ante el estudio y ante su rol universitario.
Pero no hay “atajos”, los alumnos tienen que tomar conciencia de que los cambios de vértigo a los que están asistiendo, tanto en la Sociedad como en su formación, deben afrontarse desde la cultura del esfuerzo.
Y sobre todo tienen que ser conscientes de que van a seguir aprendiendo a lo largo de su vida, porque la necesidad de adaptación y aprendizaje continua a los nuevos procesos, tecnologías y empresas es y va a seguir siendo una constante para todos.