¿Qué tienen en común Paul Gasol, Ágatha Ruiz de la Prada o Carmen Posadas? Y en el mundo de la economía, ¿qué tienen en común José Carlos Díez, Daniel Lacalle, Juan Ramón Rallo y Niño Becerra? Todos comparten algo, su capacidad de liderazgo, y forman parte de los Top 100 conferenciantes de Thinking Heads.
Este caladero inagotable de conocimiento, buena comunicación e inspiración surgió de una semilla que plantó nuestro invitado de hoy, Daniel Romero-Abreu.
Daniel es un abogado y economista con ADN emprendedor múltiple. Comenzó su carrera empresarial mientras acababa sus estudios universitarios en el 2003 montando lo que sería en aquel momento la primera agencia de conferenciantes de España: Thinking Heads. Su concepto empresarial creció rápidamente hasta convertirse en pocos años en un referente en el mundo hispanohablante (España, América Latina y Estados Unidos).
En torno a este proyecto surgieron otros, como una agencia literaria de no ficción, posicionamiento digital para expertos y conferenciantes, creación de contenidos audiovisuales y una unidad de inteligencia.
Me gusta su concepto de operar con éxito en el «mercado de las ideas”. Junto a su equipo, han creado una metodología para el posicionamiento de líderes y la reputación corporativa. Lo que ha colocado a Thinking Heads como consultora especializada en la creación de ventajas competitivas para empresas, gobiernos, ONG e Instituciones Multilaterales a través del posicionamiento de la reputación de sus líderes en base a su conocimiento y a lo que pueden aportar a la sociedad.
Entre sus clientes están presidentes de gobierno, deportistas de élite, presidentes y CEO de grandes compañías cotizadas, así como grandes pensadores.
¿Quién da más? Hablar con Daniel es puro oxígeno mental.
La semilla de la que emergió Thinking Heads
— Daniel, ¿cuándo y cómo surgió Thinking Heads? ¿Qué historia hay detrás de esta fábrica de posicionamiento de líderes?
La idea surgió de un pequeño artículo que leí en el 2002 que decía: “Compre gurús online”. En ese momento yo organizaba en el colegio mayor y en la universidad muchas conferencias y pensé que podía hacer eso, conocía a mucha gente y podía poner en contacto a los organizadores con los ponentes.
Y así es cómo surgió Thinking Heads, en los pasillos de la Universidad de ICADE, mientras terminaba mis estudios.
Fundé la agencia de conferenciantes en 2003, con 23 años. Cuando trabajas con personalidades de primer nivel, lo primero que te piden es que les gestiones las conferencias y encuentres nuevos foros donde puedan impartirlas. Aunque por encima de eso, lo que realmente más les interesa es seguir siendo influyentes.
Empecé a ayudarles a vender no solo sus conferencias, sino sus ideas y conceptos.
Esta decisión de enfocar su proyección pública hizo apostar por crear una agencia literaria para gestionar también la publicación de sus libros.
Después creamos una unidad de posicionamiento digital para que sus ideas se transmitieran por Internet y el entorno de las redes sociales y para cuidar la identidad y el posicionamiento digital de los pensadores.
También, una plataforma de contenidos audiovisuales para reforzar la difusión de sus ideas a través de formatos multimedia en los que priman las microconferencias de entre 4 y 5 minutos. Y, por último, una pequeña unidad de inteligencia para identificar anticipadamente los debates públicos.
— Y ahora,… ¿cuál es vuestro gran reto para estos próximos años?
La compañía ha experimentado una evolución muy interesante, de ser agencia de conferenciantes en 2003 a consultoría de reputación corporativa y posicionamiento de líderes pionera en su campo capaz de potenciar el talento y el liderazgo de forma efectiva para que nuestros clientes puedan obtener el máximo impacto en términos de proyección pública de sus ideas, reputación personal, institucional, profesional y económicas.
Operamos desde Madrid, Miami y Seúl. Vamos a revolucionar la gestión de la reputación corporativa, apoyándonos en herramientas de medición y enfoques que mejoran en gran parte la toma de decisiones. La medición de la reputación corporativa y el impulso del Modelo de Líderes con Propósito son los nuevos servicios integrados de Thinking Heads.
Liderazgo en contextos de incertidumbre
—Es el liderazgo, en un contexto de incertidumbre y división social (en el mundo), ¿más necesario que nunca?
Sin ninguna duda. El liderazgo es clave para terminar con la incertidumbre y asentar la recuperación económica.
En mi opinión, el liderazgo más demandado por la sociedad es el de la credibilidad de conocimiento experto.
Es una pena que en España no hayamos tenido ningún portavoz científico para traducir el conocimiento que hemos tenido de la pandemia. La clave del éxito de Christian Drosten —virólogo berlinés que se ha convertido en una persona de referencia por su capacidad de traducir información científica y compleja para un público sin conocimiento técnico—, reside en la capacidad de traducir el conocimiento hipertécnico para una sociedad que busca esa información en cosas concretas.
La gente busca certidumbres, pero no hay que tratarla como si fuera tonta. Es importante empoderar a la gente y el líder tiene que estar para eso.
—¿Ha cambiado el liderazgo en las últimas décadas? ¿Ser líder hoy es distinto a hace 100 años y, lo será, dentro de otros 100?
Socialmente es posible confundir los liderazgos. Es decir, que se tome en consideración la opinión de una persona para más ámbitos fuera de su área de su conocimiento. La realidad es que no hay, ni nunca ha habido, un líder en todo para todo.
El liderazgo trata a las personas como adultos y responsables. Creo que en España hacen falta referentes con conocimiento técnico, pero que además apuesten por el consenso.
Y un ámbito de consenso se crea cuando todos gritan, uno aguanta y habla con calma, y manteniendo ese conocimiento frente a las críticas.
Nuestro país ahora mismo necesita un liderazgo pausado y reposado que busque puntos de consenso, puntos comunes sobre los que construir frente a dividir.
—¿Cuál es el recuerdo más bonito que tienes de vuestra trayectoria en Thinking Heads?
Es muy difícil destacar un solo momento en más de dieciocho años de trayectoria pero sin duda todas las personas con las que hemos trabajado de una forma o de otra, han dejado anécdotas o recuerdos imborrables con un gran aprendizaje. Sería injusto señalar uno y olvidar todos los demás…
—La buena comunicación, es crítica. Vosotros trabajáis con líderes donde la comunicación es una divisa fundamental. Quería preguntarte varias cuestiones:
1.- ¿Cuáles son los 3 elementos que debe tener una buena comunicación para que sea efectiva, para que inspire?
En Thinking Heads trabajamos tres principios de la reputación:
- lo que eres,
- lo que haces
- y lo que dices.
La comunicación tradicional trabaja siempre en esto último. Pero el mundo ya no funciona así. Lo que hace nuestra metodología es incidir en el ser y en el hacer. El decir, que es una herramienta de comunicación, la usamos para amplificar nuestro trabajo; pero está al servicio de lo primero. Esta aproximación es lo que creo que nos hace únicos.
El conocimiento es la principal dimensión con la que se construye la credibilidad de una persona.
2.- ¿Qué 3 errores jamás debes cometer cuando quieres tener una buena comunicación?
Recurrimos a referentes porque creemos y confiamos en ellos, porque el rigor y la calidad están presentes en su desempeño. La credibilidad es ese valioso intangible en el que se basa el posicionamiento personal y la reputación de todos aquellos expertos y, si bien depende de componentes subjetivos, el conocimiento es un componente objetivo que depende solo de uno mismo.
Si quieres tener una buena comunicación no puedes permitirte obviar el rigor, la calidad y la credibilidad en tus mensajes.
Tony Robbins uno de los mejores comunicadores de nuestro siglo
3.- ¿Quién es para ti uno de los grandes comunicadores de nuestro siglo? Porfa, recomiéndanos un vídeo.
Como comunicación inspiracional, Tony Robbins, escritor de libros de desarrollo personal, finanzas personales y orador motivacional estadounidense es seguramente el mejor ejemplo mundial. Recomendaría su conferencia de TED titulada: “Por qué hacemos lo que hacemos”. Y por su capacidad de resumir conceptos complejos en ideas sencillas y fáciles de accionar, destacaría a Simon Sinek, escritor y motivador inglés, conocido por su concepto de “El círculo dorado”.
El liderazgo con propósito
—Hoy más que nunca hablamos de capitalismo con propósito, con valores, colocar a la persona en el centro, más allá de la tecnología. ¿Estamos ante un nuevo renacimiento empresarial?
Desde hace algunos años, hemos visto como las políticas de ESG (Environmental, Social and Governance) que ahora también han llegado al ámbito de las inversiones, han supuesto un cambio en la cultura empresarial, que se ha visto fomentado con el relevo generacional. Defiendo que este tipo de gobernanza tiene que estar metida en el sistema, no puede ser un departamento aparte.
En una empresa, el CEO tiene que liderar realmente con propósito. Los consumidores ya no toleran que una empresa no funcione a través de una serie de valores.
—¿Crees que la pandemia del COVID nos ha permitido tomar conciencia sobre el valor de la tecnología, pero también de los valores colectivos?
Este periodo de crisis debería ser aprovechado para la creación de un nuevo marco o una suerte de “contrato social». Un contexto diferente que pasa por modificar la cultura empresarial y, a mayor escala, avanzar en generar un impacto positivo en la sociedad, lo que se conoce como ‘capitalismo humanista’ o ‘capitalismo responsable’.
El liderazgo resulta, por tanto, clave para la gestión de las empresas, asumir la dirección en momentos de crisis y generar impactos positivos para impulsar a la sociedad.
—¿Cómo defines la reputación y por qué debería de importarnos cada vez más?
Vivimos momentos muy inciertos que provocan que las empresas consideren entre sus prioridades la gestión de la reputación, que entendemos como medición de la marca y reputación en tiempo real. Nuestra metodología (métrica homologada científicamente) está basada en 5 variables:
- liderazgo personal,
- transparencia,
- gestión empresarial,
- comunicación,
- y ciudadanía (entendido sobre cómo lo perciben los ciudadanos tanto al directivo/a como a la compañía).
Como afirma la filósofa Gloria Origgi, ahora todo se trata de reputación. Los ciudadanos utilizamos y nos recostamos sobre dispositivos reputacionales para evaluar la realidad que vivimos. Es decir, buscamos las opiniones de terceras personas que tienen credibilidad para nosotros.
—Una vez escuché a un amigo decir que el verdadero Community Manager de una empresa es su CEO. ¿Están los directivos y los fundadores de las empresas aún poco relacionados con abrirse al mundo y comunicar?
Tenemos evidencia empírica de que cuando se trabaja la reputación del líder enfocada en impulsar el propósito corporativo, mejora la reputación de la compañía. Nuestro Modelo de Líderes con Propósito permite alinear la estrategia del líder de la compañía con el fin de impactar positivamente en la reputación de la misma.
Al identificar las palancas de reputación del líder con propósito, mejoramos la efectividad del diagnóstico de la reputación de la compañía en un +31,3% comparado con las técnicas de reputación tradicional. El índice es más sensible en las tres dimensiones críticas en la gestión actual: la responsabilidad social y medioambiental, el liderazgo y la capacidad de gestión.
El compromiso del CEO con el propósito corporativo está asociado a su prestigio y reconocimiento, y el líder con propósito potencia el valor para la empresa.
Networking de calidad es igual a aportar información de valor al mercado de las ideas
—Eres un apasionado del networking. ¿Qué es para ti el networking de calidad y cuáles son algunas de las claves para construirlo?
No hablamos de ser percibido sino de aportar. Creo que esa es la clave. Es indudable la importancia que tiene para el desarrollo de cada empresa, pertenecer a grupos que logren dar visibilidad y hacer crecer los negocios de cada uno, desarrollando las competencias personales y profesionales de sus socios.
Para practicar networking de calidad resulta fundamental aportar información de valor al mercado de las ideas, para lo que es imprescindible saber en qué destacamos. Yo siempre digo que para descubrir cuáles son tus fuertes, pregúntate para qué consultas te llaman tus amigos.
—Considero que la marca personal es uno de nuestros activos más importantes a escala profesional. Pero me cansa ver tanto experto en marca personal… como tanto experto en emprendimiento, en innovación y en palabras que se desgastan por tanto usarlas, ¿doctor qué me pasa jeje? ¿Qué opinas sobre tanto ‘gurú’ en las redes?
Es importante trabajar la credibilidad, no la celebridad y para ello es esencial opinar exclusivamente de aquellos temas en los que eres experto, así como compartir conocimiento con autenticidad. Se debe diferenciar entre la información publicada por los medios, seria, veraz y contrastada y la opinión de la gente a través de las Redes Sociales. Es decir, distinguir entre infobesidad y la opinión de expertos.
Ser conferenciante NO es una profesión es la consecuencia de un trabajo previo
—No puedo dejarte marchar sin hacerte una pregunta que me vuelve loco desde hace mucho tiempo. Me genera cierto asombro ver que uno así mismo se autodefina como “Conferenciante”, como si esto fuera una profesión. Pregunta: ¿ser conferenciante es una consecuencia —aportar valor y experiencia en un campo y transmitirla— o es un trabajo en sí mismo para el que uno se prepara?
Para posicionarte como un experto, primero debes serlo de verdad y luego tienes que ganarte la credibilidad de una determinada audiencia.
Ser conferenciante es una consecuencia de un trabajo previo. Es decir, uno no es conferenciante porque sí. El psicólogo Anders Ericsson señala en un estudio que una persona requiere al menos 10.000 horas de práctica continuada en una materia para poder destacar en ella, es decir, para ser considerado un experto.
En mi opinión, ser conferenciante ya no es una profesión porque la conferencia, hoy en día, no es más que uno de los múltiples canales de divulgación de ideas que cualquier experto ha de tener para difundir su conocimiento.
—Déjame acabar con unas frases cortas para que las termines:
- Un libro al que siempre acudo para inspirarme… El arte de la prudencia de Baltasar Gracián.
- Los intangibles… representan más de 85% del valor de una organización y los valores son las columnas que sustentan esos intangibles.
- El líder que me gustaría conocer sería (presente o histórico)… muchas personas son héroes cotidianos, líderes diarios que se enfrentan a muchísimas adversidades y van avanzando y desarrollándose. Teniendo en cuenta que a lo largo de nuestra vida conocemos un porcentaje pequeñísimo de la realidad, me gustaría poder tener la capacidad de conocer más historias tan maravillosas como las que tratamos en Thinking Heads y aprehender de esos líderes diarios capaces de superar grandes y pequeños retos personales que tiene cada uno en su vida cotidiana. Creo que esa suma de pequeños liderazgos es la que conforma y hace avanzar una sociedad.
- Sueño para ver a Thinking Heads… lograr cumplir nuestro propósito que es aumentar el nivel de consciencia de la humanidad a través del pensamiento y la reflexión cada vez en más sitios y con más impacto.
- El directivo del futuro… cada vez será más consciente de su labor como ser humano y persona y no como un engranaje pequeño de una maquinaria más grande que es una empresa. Será cada vez más consciente del rol que tiene su organización y del suyo para esta, así como del servicio que debe prestar a la sociedad.