Crear una marca, con un propósito, con algo que ofrecer diferente al mundo, parece que se cuece a fuego muy lento. Esto le pasa a Four Lions. Esos cuatro leones rugían como marca en la cabeza de un emprendedor que estudió, trabajó y diseñó su vida para ser… arquitecto: Francisco Javier Gutiérrez. Pero mientras ese arquitecto se formaba en el norte de Italia descubrió un nuevo mundo: la cerveza puede ser un producto apasionante, lleno de matices, de olores y sabores.
La cerveza puede ser elaborada con el mimo de un panadero artesano: con sus recetas precisas, su materia prima muy bien elegida y con la pasión de querer crear el ‘caldo’ perfecto, natural y diferente dirigido a paladares cada vez más exquisitos y exigentes.
La cerveza es nuestra aliada como bebida en un sinfín de posibilidades, pero sobre todo fuera de nuestros hogares, y compartiendo. De hecho, 7 de cada 10 litros de cerveza se bebe fuera de nuestras casas. Ahora podemos imaginar el impacto tan terrible que está sintiendo el sector durante la pandemia el COVID-19.
Si el mundo se organizara por consumo de cerveza, los checos serían los líderes. De media, cada checo consume más de 140 litros al año de cerveza. Los españoles no lo hacemos mal, somos el puesto duodécimo, con casi 85 litros por persona.
Pero ¿qué se está cocinando en el mundo de la cerveza? Lo primero que podemos preguntarnos es por qué un país, como España, puede pasar de tener 41 fábricas de cerveza a superar las 520 desde 2008, en plena crisis financiera mundial el sector explota.
Evolución de las empresas de cerveza en España.
¿Cómo es posible que un mercado en máximos históricos de consumo de cerveza importada (más de 4.800 millones de hectolitros al año) genere, además, incentivos para que surjan nuevas empresas de cerveza?
La respuesta está en la artesanía. La artesanía está cambiando las reglas de un sector repleto de grandes empresas, muchas de ellas multinacionales que lideran el mercado de varios países al mismo tiempo.
En cambio, la artesana es una empresa más pequeña, con un producto muy diferente, que cuida al máximo los ingredientes, que innova en recetas, que coloca en el centro y pone todo el mimo en el paladar de un consumidor sabio, exigente, que quiere mucho más que una ‘caña’. Busca algo sofisticado, y está dispuesto a pagarlo. Al igual que sabemos que no todo el vino es igual (no es lo mismo un tetrabrik que un Vega Sicilia), en la cerveza hay toda una gran sofisticación llena de sabores y posibilidades que millones de consumidores ya lo están descubriendo en todo el mundo.
Hay toda una oleada ‘craft’ (artesana), que está generando un crecimiento y un recibimiento que ya es digno de estudio en las escuelas de negocio. Frente a lo global y lo uniforme (la misma bebida en cualquier punto del planeta), hay quien apuesta por lo singular, lo local y la cercanía de su comunidad como negocio. Y el negocio funciona, mueve más de 500.000 millones de dólares en el mundo y crece cada año un 20%, y se estima lo seguirá haciendo a este ritmo hasta 2025.
Casi el 14% de la cerveza que se consume en Estados Unidos (el mayor mercado craft, junto al Reino Unido e Irlanda) es de cerveza artesana. El público desea, valora y está dispuesto a pagar por la calidad, el mimo y el cuidado de los maestros cerveceros.
Antes del confinamiento estuve en Sudáfrica, y visité dos locales de cerveza artesana. Repletos de turistas, sabores, aromas y de experiencias muy difíciles de imitar. He vivido en el Reino Unido y el sabor artesano de su cerveza lo lleva la gente en sus venas. Y lo mismo me ha ocurrido en varios países del norte de Europa por los que viajé.
Es un movimiento que sigo y por eso he puesto foco en algo que me llamó la atención en España: los cuatro leones de Paco Gutiérrez. Four Lions nació como una especie de hobby. Diseñó al milímetro su primera pequeña fábrica —cada máquina y cada proceso—, en el casco antiguo de León. Ayudó a fundar el local donde todo el mundo podría probar su artesanía, cuidando todos los detalles, como buen arquitecto: música, colores, diseño, espíritu cervecero al máximo nivel. Y el resultado explotó. Hoy es un local de referencia de la ciudad. Y de ahí logró dar el salto y exportar la idea a Valladolid, Burgos, Cantabria y próximamente en Asturias donde pronto dará noticias porque está acabando de pulir su nueva joya de la corona: una fábrica artesana, puntera, con una variedad de productos y posibilidades con el que poder dar de beber a cientos de miles de consumidores sin perder ni un ápice de su artesanía.
Podrías pensar: dame levadura, lúpulo, agua y cebada y te hago una cerveza. Pero esto no es así de fácil. Todos sabemos que un mismo arroz puede hacer dos paellas absolutamente diferentes. ¿Por qué? Porque hay diferencias mínimas que a veces generan diferencias abismales en los resultados.
Así que, como siempre digo: «donde hay una cerveza artesana, hay al menos una diferencia». La diferencia está en la variedad y calidad del cereal elegido para su elaboración, y sobre todo del proceso del malteo que es crítico para lograr una cerveza de calidad. Pero, sin duda, el aditivo principal de la cerveza es el lúpulo.
¿Y sabes dónde se encuentra el lugar de España donde se cultiva casi la mayor parte de nuestro lúpulo, por su microclima su tierra y calidad? En el Valle del Órbigo, a unos minutos de León. Para marcar la diferencia en el mercado artesanal de la cerveza el lúpulo es el alma mater. ¿Qué ha hecho Four Lions? Tener su propia empresa y plantaciones de lúpulo en el mismo valle, de hecho, su empresa se llama Órbigo Valley. Allí cuida su cultivo y experimenta con las especies que adquiere en todas las partes del mundo.
Allí se concentra un campo de minas de la innovación del lúpulo; porque también participa en una empresa de base tecnológica, con la Universidad de León, con el objetivo de obtener sabores, variedades o lograr que las plantas sean más resistentes a las enfermedades o al temporal. Por eso la calidad del lúpulo es algo a controlar al máximo desde cero. Eso es una diferencia muy importante en Four Lions.
Otra gran diferencia de una cerveza artesana, casi por definición, es su versatilidad y variedad. Y ahí también Four Lions impresiona por su trabajo. Tiene ahora mismo 11 referencias de cervezas que he tenido el placer de saborear con detalle (no todos a la vez, ni el mismo día :))
Una de las cosas que más me impresiona de las empresas artesanas es que crean ‘audiencia’, ‘fans’ y no sólo clientes. Ahora mismo tienen más de 8.000 personas en Facebook muy activos, que comparten sus opiniones, fotos y esa pasión por la cerveza no-industrial.
Hay una revolución silenciosa de los amantes de lo singular, único y que comparten con personas con esos mismos intereses. Son tribus, en marketing, son esenciales. Y en el mundo artesano es decisivo.
Four Lions se va a convertir, sin duda, en una referencia en el mercado artesano de cerveza en España. Ese joven estudiante ha aparcado el hobby y lo ha transformado con su pasión emprendedora: ahora su visión es llevar la artesanía de su cerveza a las principales ciudades de nuestro país, cuidando los sabores y todo hasta el más mínimo detalle.
Fíjate si cuida los detalles que hasta el vehículo para transportar esa cerveza es, en sí mismo, singular y artesano también:
Un fallo en el almacenamiento, transporte y servicio del producto y cambiarían la calidad del producto y la experiencia sería distinta. Y eso no se puede tolerar para un artesano.
“Su frescura y sabor” deben marcar la diferencia y para ello requiere un transporte para ello. El diseño lo impulsó el propio maestro cervecero y arquitecto y fundador de la marca. Consta de una cisterna, con una capacidad de 1.000 litros, presión constante y estable, camisa de refuerzo doble y siempre refrigerado, desde el trasvase de la cerveza hasta la llegada a su destino, a presión y temperaturas siempre estables y controladas, completamente aislada del circuito externo impidiendo verse afectada por el vaivén del transporte o variaciones de temperatura. Y, además, es un vehículo sostenible (está patentado y todo).
Y otra gran diferencia que me gusta especialmente de Lions Beer es que ha sido la primera marca de cerveza artesanal en enlatar en España. Su lata no es cualquier lata. Su diseño lo dice todo, y está pensada al máximo detalle (desde la cantidad hasta el material de la propia lata). La lata es uno de los formatos más versátiles y elegidos en Europa por los consumidores, además es una buena forma para cuidar la marca.
Y una nueva diferencia, recién salida del horno, es llevarte el trabajo del artesano en un click. Han lanzado su tienda online para sortear y hacernos llegar a nuestras casas una experiencia de bebida que ahora la mayoría de nosotros disfrutábamos fuera.
El sector se encuentra en un momento de suspense e incertidumbre, pero el ejemplo de Four Lions es un canto a la esperanza. Empresas flexibles, pero artesanas. Que usan la tradición en todo lo que hacen pero con procesos digitales y logística de máximo nivel. Ponen el paladar del cliente en el centro de las decisiones y tienen equipos que no sólo tienen buenas capacidades técnicas, además viven y sienten la pasión de la cerveza. Pero también cuidan nuestros ojos (el diseño está presente en todo lo que hacen, en su producto y en sus locales). Buscan la experiencia y la quieren hacer accesible a todos los bolsillos.
Llega el buen tiempo a España. Estamos en fase de desescalada. Apostemos por lo artesano, lo cuidado, lo digital, lo diferente, lo que más cuide de nuestros sentidos. Puedes empezar probando en tu casa, en su tienda online en 24h tienes la cerveza. Y pronto, esperemos que muy pronto, podamos compartir esa maravillosa artesanía en las terrazas que tanto echamos de menos.