Esta es la pregunta que está en el mercado de deuda europea. El BCE ha anunciado, en paralelo al plan de rescate a Grecia, una excepción en su política de colaterales. Hasta hoy, nada ha dado credibilidad suficiente a la sostenibilidad de la deuda de Grecia. Por eso ahora se plantea el debate sobre el “quantitative easing”.
Sobre esta cuestión hay opiniones encontradas. A favor nos encontramos, entre otros, a:
1. Bancos de Inversiónc como Credit Suisse o Citi (de la mano del académico y economista jefe Willem Buiter).
2. El Bank of England ya ha realizado este tipo de intervención en el mercado de la libra esterlina, comprando Gilts.
3. El propio ECB también lo ha hecho en el mercado de covered bonds.
4. Estados Unidos también lo ha implementado a lo largo de distintos sectores de deuda (treasuries, GSEs, etc…)
En contra nos encontramos, entre otros, a:
1. Axel Weber, presidente del Bundesbank, que no quiere ver dañada la credibilidad del BCE.
2. El Wall Street Journal.
Esquemáticamente, nos encontramos con los siguientes problemas en relación a esta monetización de la deuda desde el Banco Central Europeo:
- Independencia: sus decisiones no pueden basarse en problemas fiscales.
- Credibilidad: el BCE tiene un objetivo de inflación que cumplir. Es decir, la política monetaria debería guiarse por consideraciones monetarias.
- Inflación: la monetización (hoy) puede crear inflación (mañana).
- Implementación: qué gobiernos comprar, cuándo, cómo y por cuánto tiempo.
- Duración: una vez que empieza esta estrategia, es realmente difícil salir de ella.
- Importe: el BCE puede tener tamaño para solventar un problema de liquidez de Grecia. Pero su balance no aguantaría un problema fiscal de un gobierno más grande.
Como argumentos a favor, nos encontramos con:
- El precio de la deuda de diferentes gobiernos se aleja bruscamente de cualquier valoración “por fundamentales”. Esto marcaría una oportunidad para comprar.
- La financiación se está complicando fuertemente para muchos gobiernos. Esta situación de stress debe revertir, puesto que un colapso en el corto plazo debe sobre-ponderar contra argumentos basados en el largo plazo.
- Shock-and-Awe. El mercado no se ha visto todavía sorprendido positivamente por un mensaje de fortaleza y seguridad.
El mayor problema al que posiblemente se enfrenta el BCE, a la hora de tomar una decisión, es la falta de homogeneidad fiscal de la UME. Esta es la futura clave para conseguir una estabilidad monetaria-fiscal. (ver artículo de Willem Buiter al respecto aquí).
Desde luego, el debate está abierto. Hay argumentos de peso en ambos lados y el mercado exige una respuesta, de algún tipo, pronto. Cuanto más tardemos, mayor impacto deberá tener la medida que se tome.
Andrés Alonso