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La EPA de otoño vuelve cargada con malas noticias para la economía española. La recesión continúa tiñendo de rojo un mapa del desempleo que empeora para la casi totalidad de las provincias españolas. El primer mapa muestra el desempleo a finales de 2011 (4º trimestre de la EPA), mientras el segundo mapa muestra la situación actual. Es decir, la evolución del desempleo durante los últimos tres trimestres de crisis:
Tasa de desempleo por provincias – 2011 – Cuarto trimestre (fuente: www.ine.es)
Tasa de desempleo por provincias – 2012 – Tercer trimestre (fuente: www.ine.es)
La situación ha empeorado para casi todas las provincias españolas (salvo algunas excepciones, como Burgos, Vizcaya, Baleares o Teruel), mientras el patrón norte-sur del desempleo en España se agudiza: todas las provincias de Andalucía, Extremadura y Canarias superan ya el 30% de desempleo.
No obstante, el desempleo por sí solo no refleja la destrucción de empleo durante lo que llevamos de año, ya que la disposición a emigrar es distinta para las diferentes comunidades, y también lo es la composición demográfica, que determina en parte las entradas y salidas entre la actividad y la inactividad. Así, un indicador más preciso de destrucción de actividad económica en un territorio es la variación del número de ocupados. El siguiente gráfico muestra la destrucción neta de empleo para las comunidades españolas en términos interanuales (entre el 3er trimestre de 2011 y de 2012).
El patrón norte-sur no es tan fuerte al analizar la destrucción neta de empleo, ya que entre las comunidades del sur de España aparecen La Rioja, País Vasco y Cataluña. En términos absolutos, España cuenta con 835.000 trabajadores menos que hace un año. Las comunidades que más empleo han destruido este último año son Cataluña, con 192.000 empleados menos, y Andalucía, con 155.000 menos (les sigue la Comunidad Valenciana, con 82.000 trabajadores menos). Entre ambas comunidades (Andalucía y Cataluña) acaparan el 41,6% de la destrucción de empleo en España.
En resumen: unas cifras que no sorprenden -concuerdan con los datos que hemos ido recibiendo mes a mes de la Seguridad Social- y una fractura estructural del desempleo en España que parece agrandarse cada trimestre.