Desde Sintetia estrenamos un nuevo formato de entrevista a expertos. Hoy hablamos con dos de los mejores y más mediáticos divulgadores de Economía en España. Con visiones distintas, una gran capacidad analítica y un gran dominio de la teoría económica. Les hemos propuesto a Carlos Rodríguez Braun y a José Carlos Díez que contesten, por separado, a cinco cuestiones. Como se puede observar el resultado es más que interesante, lleno de matices y demuestra, una vez más, que en Economía hay mucho margen para la discusión técnica. Mostrar esos matices y tratar de aportar valor al debate económico es nuestro gran objetivo en Sintetia.
Carlos Rodríguez Braun: “recelo de las soluciones fáciles que pasan por las alquimias expansivas monetarias y fiscales”
Carlos Rodríguez Braun es doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la misma universidad. Ha publicado en revistas académicas como History of Political Economy, The Journal of Economic Education, The American Journal of Economics and Sociology, y otras. Es miembro correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Argentina, miembro de varias asociaciones científicas, y autor de veinte libros. Conferenciante, escritor y analista, colabora en prensa, radio y televisión.
José Carlos Díez: “defiendo la libertad individual y una economía de mercado donde el Estado tiene un papel relevante”
José Carlos Díez es economista jefe de Intermoney, el primer bróker español creado en 1973 y en la actualidad dentro del grupo CIMD, líder de intermediación de deuda pública y mercado interbancario en España. Desde su puesto actual asesora a entidades financieras y empresas, es panelista de previsiones del BCE para la economía europea y de Funcas para la economía española y tiene una presencia activa en medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales.
1.- ¿Qué ha fallado en el trasfondo de esta crisis? ¿El mercado, el Estado y sus instituciones reguladoras o ambas?
Carlos Rodríguez Braun: En economías tan intervenidas como las actuales, y en los sectores particularmente intervenidos donde estalla la crisis –la banca y la construcción– no tiene sentido hablar principalmente de fallos de otra cosa que no sea la propia intervención, incluyendo las políticas y las regulaciones de todo tipo.
Es absurdo, por ejemplo, pensar que la extensión del shadow banking o la burbuja de los productos financieros derivados se produjeron independientemente de la ola de liquidez que orquestaron los bancos centrales de los países desarrollados, en especial, pero no exclusivamente, la Fed.
El entrelazamiento entre lo público y lo privado es profuso: si cabe argumentar que hoy no hay tal cosa como mercados realmente libres casi en ninguna parte, eso es aún más cierto en el dinero y las finanzas. No puede sostenerse, así, que Fannie Mae o Freddie Mac son privadas, o que nuestras cajas de ahorro eran paradigma de un mercado competitivo sin interferencias políticas.
José Carlos Díez: Para que se produzca una crisis de esta magnitud se han tenido que producir muchos errores. Las políticas monetarias fueron laxas en los años previos. La supervisión bancaria falló estrepitosamente. Los agentes se sobreenduedaron confiando en expectativas y principios absurdos.
Para los que defendemos una economía mixta, donde el pilar es la libertad individual y la economía de mercado donde el Estado tiene un papel relevante en el establecimiento de reglas de juego, en exigir que se cumplan y en proveer aquellos bienes que o bien el mercado no consigue resolver o bien los dota insuficientemente, no vemos en esta crisis un conflicto entre mercado y Estado. Ambos han fallado y ambos deben ser parte de la solución.
Lo que sí han fallado son las ideas y el paradigma de un liberalismo mal entendido. La revolución neoconservadora liderada por Reagan y Thatcher que defendía que el mercado siempre lo hace mejor que el estado y que la intervención pública es ineficiente per se llevó a una desregulación excesiva del sistema financiero y a una confianza insana de los supervisores bancarios.
El ejemplo es Basilea II donde los bancos desarrollaban sus propios modelos de cumplimiento regulatorio. Es como si la Guardia Civil nos obligará a comprar el alcoholímetro en una farmacia y cuando demos positivo vayamos al cuartelillo para nos multen. Este paradigma debe cambiar pero eso no significa poner en cuestión la economía de mercado y los pilares del sistema. Se trata de reforzarlos y poner orden en el caos que generaron esas ideas.
2.- Si la España actual acudiese al doctor, ¿qué tres grandes enfermedades le diagnosticarían?
José Carlos Díez: El principal de sobrenedeudamiento externo. Debemos al exterior 1,8 billones de euros. Desde Felipe II nunca nos habíamos enfrentado a una crisis de deuda externa de esta magnitud. El 80% de la deuda es privada y mayoritariamente bancaria. Nuestros bancos no pueden emitir con normalidad en los mercados y para devolver sus deudas anteriores consumen todos sus recursos de liquidez y esta es la principal causa de restricción de crédito y de destrucción de empleo.
El segundo problema es de empleabilidad. Buena parte del empleo destruido fue en la burbuja inmobiliaria con baja cualificación y difícilmente recolocable. Y tiene reflejo en una tasa de paro inmoralmente elevada e insostenible socialmente.
El tercero es una crisis fiscal. El crecimiento de la deuda pública es el efecto de la depresión y no la causa. Pero nuestra deuda ha entrado en una dinámica de insostenibilidad.
Carlos Rodríguez Braun: Violentando uno de mis principios –el de evitar las metáforas en el análisis económico– diría que el diagnóstico sería triple y dependería del tiempo. En primer lugar, el pasado: las crisis se gestan durante la expansión, y el pasado padeció una grave irresponsabilidad añadida a la burbuja del crédito, que fue el incremento del gasto público por encima de la tasa de crecimiento del PIB.Los gobernantes se escudaron en que se reducía el peso de la deuda pública. Hemos visto, al final, que esa reducción, pareja al aumento de la deuda privada alimentada por las autoridades con la rebaja artificial de los tipos de interés, fue insuficiente.
El segundo mal atañe al presente, y tiene que ver con el peso del pensamiento único, sobre todo con la idea de que la crisis fue producida por un exceso de libertad.
La tercera “enfermedad” tiene que ver con el futuro, en particular con los cálidos dogmas con que tantos economistas apelan a los fallos del mercado para justificar cualquier intervención, y para presentar una solución aparentemente razonable que “equilibre Estado y mercado”, y demás consignas que reflejan esencialmente un pensamiento fofo e incapaz de dar cuenta de la realidad y de considerar sus alternativas.
3.- ¿Cuáles serían las tres actuaciones clave que tendrían que llevarse a cabo en España a corto plazo?
Carlos Rodríguez Braun: A corto plazo la necesidad urgente de la política económica es no causar más daño. No hay que minusvalorar el abultado perjuicio ya perpetrado por las dos últimas administraciones, por su falta de ajuste del gasto y su considerable aumento de los impuestos. Esto frenó y revirtió la recuperación registrada entre mediados de 2009 y mediados de 2011, recuperación sólo debida al ajuste del sector privado. Como me piden tres actuaciones, propongo tres recelos.
El primero es este mismo que acabo de señalar, es decir, desconfiar de la indiferencia de las consolidaciones fiscales: no dan lo mismo las que descansan más en la reducción del gasto que las que lo hacen en el incremento de la presión fiscal.
El segundo recelo es ante la vieja idea keynesiana de que el problema económico radica en la deficiencia de la demanda efectiva, y no en el reajuste de una estructura productiva distorsionada por la burbuja crediticia.
El tercer recelo es ante las soluciones fáciles que pasan por las alquimias expansivas monetarias y fiscales, temerariamente acometidas tras justificaciones insolventes como que la inflación no existe, medida por el IPC –el mismo equívoco tras el cual se ampararon los bancos centrales en su alegría easing, antes y después de la crisis.
José Carlos Díez: Como dirían los Beatles “all we need is growth”. Las políticas a corto plazo para reactivar el crecimiento son: fiscal, monetaria y cambiaria. España necesita depreciar su moneda y para ello el BCE debería monetizar deuda con más intensidad de lo que lo está haciendo la Fed. Europa necesita una política fiscal al menos neutral. Para ello hay que suavizar la senda de ajuste en países con tensión financiara como España y aprobar estímulos en países sobre-estímulo monetario como Alemania.
En el ámbito doméstico. Hay que seguir saneando el sistema bancario. Se han hecho avances pero se han embalsado pérdidas en el banco malo. Habría que situar esas viviendas a precios de compra acordes con la renta de las familias. Para evitar una excesiva oferta habría que reestructurar las hipotecas vulnerables de impago. En España, hay cientos de miles de familias que han perdido su empleo, que tienen problemas para pagar su hipoteca y que corren el riesgo de perder su vivienda y quedarse en la indigencia y en la exclusión financiera. Nosotros no necesitamos un eurobono.
Por desgracia ya estamos rescatados y podemos financiar con cargo al préstamo de la Troika un plan integral para frenar los desahucios. La dación en pago se debe usar para combatir la vulnerabilidad financiera. Pero imponerla de manera generalizada y universal no evita que la familia pierda su hogar y su proyecto vital.
Y los bancos públicos se quedaran con casas que no podrán vender y aumentaría significativamente el coste de la crisis para los contribuyentes. Por lo tanto, con la dación en pago seguirá la maldición de «casas vacías y gente sin casas»
4.- En el medio plazo (de 3 a 5 años), ¿cuáles serían las tres actuaciones fundamentales a las que se tendría que enfrentar la economía española, sus instituciones y ciudadanos?
José Carlos Díez: Una reforma fiscal: Con tipos impositivos similares a Italia, España recauda 11 puntos menos de PIB que Italia. Hay que podar la mayor parte de desgravaciones de nuestros impuestos, principalmente del impuesto de sociedades, y reforzar la lucha contra el fraude.
Hay que priorizar en la agenda y proteger la educación y la I+D+i de los ajustes fiscales.
Y racionalizar nuestra administración a la nueva realidad de nuestra economía. Eso significa un aparato administrativo más pequeño y sobre todo más eficiente que acabe con duplicidades y triplicidades que padecemos los ciudadanos y las empresas.
Carlos Rodríguez Braun: A medio plazo lo fundamental es volver a crecer. En caso contrario, el insuficiente e incorrecto ajuste del sector público tendrá consecuencias cada vez más negativas para la economía en su conjunto.Las tres actuaciones fundamentales pasarían por las ideas, las empresas y la Hacienda.
En el mundo de las ideas la clave sería una apreciable dosis de realismo para mantenernos al margen del Nirvana en el que viven cálidamente demasiados economistas que (y para más Inri en este año que ha muerto Buchanan) con arrogancia escamotean el análisis de la política y se refugian en un mainstream sin reconocer sus debilidades micro y macro que ha puesto la crisis de relieve una vez más.
En el mundo empresarial es imprescindible rebajar los costes y abrir los mercados, acabar con el oneroso intervencionismo que permea la economía, y consolidar un sector financiero más capitalizado y que no cargue sobre los contribuyentes la factura de sus rescates.
En lo relativo a la Hacienda la actuación a medio plazo debería abordar la tan cacareada como no cumplida reducción del gasto. Tenemos un problema de deuda, que en los últimos tiempos ha sido muy marcadamente de deuda pública, y que no se resolverá con más impuestos, que ya han frenado el crecimiento y lo podrán dificultar en el futuro.
Se me dirá que los gobiernos no acometerán ninguna de estas tres actuaciones, a lo que responderé que es posible que inopinadamente se encuentren ante una fuerza que incentive su cumplimiento. Y es…la siguiente pregunta.
5.- En un mercado tan global y dinámico, ¿está Europa perdiendo la batalla? ¿Crees que la UE tiene los mecanismos necesarios para ser un motor de crecimiento y desarrollo?
Carlos Rodríguez Braun: Entre batallas y motores…está claro que elegí un mal día para recordar mi prevención contra las metáforas. En fin, si por Europa entendemos las autoridades de la UE, no parece que estén perdiendo nada que no hayan perdido ya, por su burocracia y sus iniciativas intervencionistas, y por la gestión de la crisis.
Sin embargo, hay un mecanismo que quizá pueda contribuir a evitar la implosión del proyecto: el euro. Está lejos de ser una moneda ideal, que requeriría una completa desnacionalización, pero puede ejercer las mismas funciones disciplinadoras que ejerció el patrón oro, también, como ahora, ante la ira y el desdén de quienes se aliaron en su contra por lo que tenía de bueno, y que fantasearon con que lo mejor era sustituirlo por los bancos centrales. Pero el patrón oro no era atribuible a políticos concretos, y el euro sí: por eso las autoridades lo defienden, porque su eliminación sería su propia derrota.
Esa defensa, empero, les obliga a hacer lo que no quieren hacer…incluso a coquetear un rato con el bail-in. Igual que cuando llegó la crisis, los economistas no sabemos cuándo y cómo va a quedar atrás, pero esa benéfica contradicción entre el mantenimiento del euro y las incursiones antiliberales más punitivas de las autoridades nos brinda algo de esperanza en que esta segunda recuperación acaso no vaya a encontrar tantos obstáculos por parte de los gobiernos como los que finalmente acabaron con la de 2009-2011.
José Carlos Díez: Europa ya ha perdido muchas batallas globales y cada vez pintamos menos en el tablero geoestratégico mundial. Lo que tenemos que plantearnos es si queremos perder la guerra. La prioridad es resolver la crisis del Euro. Para ello es necesario, crecer, monetizar y mutualizar la deuda. La solución es avanzar más en el proyecto de integración europea. Si no se hace, Europa volverá a convertirse en un mero concepto geográfico.
4 Comentarios
Excelente idea la de estas entrevistas a duo.
Y más con tales entrevistados: con enfoques distintos, pero serenos y analíticos, sin dogmatismos ni apriorismos innecesarios.
Ánimo y adelante.
Muy interesante lo que dicen de los tipos de interés. Y que enlaza con lo qeun hoy decía Lagarde.
¿Podríamos decir que la crisis no está superada hasta quen los tipos no alcancen, pongamos el 5%?
A mi lo que me sorprende es que un economista de la talla de José Carlos Diez, con amplia experiencia en crisis internacionales, y uno de los mejores economistas ahora mismo (y lo digo de verdad), nunca jamás escriba sobre el origen de las crisis, por qué existen los ciclos de expansión y contracción, por qué los bancos se sobre endeudan,por qué existen las corridas bancarias.
Obviamente sabe las respuestas, pero su condición keynesista no le permiten reconocer la realidad, como buen social demócrata que apoya el intervencionismo monetario.
Enhorabuena por la entrevista.
Rodriguez Braun no es keynesiano, es austriaco, o al menos sigue la teoría austriaca del capital.
Keynes es intervencionismo puro y duro, monetario y fiscal.
CRB se dedica a la Historia del Pensamiento Económico, no específicamente de Banca. Para eso, en España, busca a Jesús Huerta de Soto, o en monetaria a Juan Ramón Rallo.
Estoy basicamente de acuerdo con el profesor Diez. Si el problema es el endeudamiento dentro del euro, debemos crecer para poder pagar esa deuda. Con un euro sobrevalorado, Espan~a no puede ni competir ni crecer. La banca no va a ayudar porque tiene el mismo problema. Europa perdera la guerra si no devalua el euro a tiempo. Y Espan~a seguira en su espiral de empbrecimiento pues su unica alternativa sera como hasta ahora la devaluacion interna: paro y salarios bajos.