A raíz de la entrevista que Jordi Evole ha realizado en Quito a Pablo Iglesias, he leído con mucha atención el post “Ecuador no puede” que José Carlos Diez ha publicado en su blog, en el que critica las políticas de Rafael Correa, como medio implícito para criticar el programa económico del partido político Podemos (programa que, tal y como fue planteado en el programa electoral de las elecciones europeas, considero inasumible en muchos puntos). Personalmente guardo una profunda admiración y respeto profesional por José Carlos Diez y, en general, suelo compartir sus diagnósticos y muchas de sus propuestas económicas para España y la Unión Europea. Sin embargo, en este caso me gustaría hacer varias matizaciones sobre su post (el cual recomiendo leer antes de comenzar este artículo). Si algo he aprendido en los últimos 7 años trabajando como economista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es que los análisis económicos de los países en vías de desarrollo son tanto o más complejos que los de los países desarrollados.
:: La primera reflexión es que Rafael Correa no es Pablo Iglesias, ni Ecuador es España. Ni para bien, ni para mal, se puede caer en la tentación de comparar ni a ambos líderes, ni a ambos países. A diferencia de Pablo Iglesias, Rafael Correa lleva gobernando 7 años y ya se le puede juzgar por las políticas que ha implementado.
Asimismo, y como menciona José Carlos en su post, Ecuador no se puede comparar con España. Las estructuras económicas son muy diferentes: Ecuador es una economía de Latinoamérica que está dolarizada y tiene un ingreso per cápita de $5.000 dólares. La pirámide de población, el mercado laboral; los niveles de infraestructuras, de formación de capital físico y humano, de seguridad ciudadana, de capacidad institucional y de acceso a servicios financieros, entre otros, son muy diferentes a los que existen en España.
Un pequeño paréntesis para hacer una precisión sobre la afirmación de que Ecuador es un país pobre. Si se habla de recursos naturales, Ecuador es un país rico. Y si, como intuyo, José Carlos se refiere al ingreso per cápita, según la clasificación de países por nivel de ingreso que elabora el Banco Mundial (BM), Ecuador es en realidad un país de renta media-alta ($4.126 a $12.745), aunque obviamente aún está muy lejos de los niveles de renta de los países de la OCDE.
:: La segunda reflexión es en referencia al riesgo macroeconómico sobre la dependencia que tienen los ingresos fiscales ecuatorianos de la venta de petróleo. Este es un problema que no sólo sufre Ecuador, sino también muchos otros países latinoamericanos, como Colombia, México, Perú o Chile: una gran parte de los ingresos fiscales provienen de la venta de materias primas y, si su precio baja drásticamente, los ingresos públicos pueden llegar a resentirse mucho.
José Carlos plantea un escenario en el que Ecuador, con el petróleo en máximos históricos, tiene un déficit público del 4% del PIB, y que basta con que el petróleo se mantenga en los $80 barril para que el déficit público de Ecuador crezca exponencialmente. José Carlos argumenta que Ecuador se quedaría rápidamente sin dólares para pagar sus importaciones, ya que se encuentra fuera de los mercados financieros para conseguir financiación externa.
La ocurrencia de este escenario es posible pero improbable (las previsiones del Ministerio de Finanzas sobre ingresos fiscales para el periodo 2012-2015 se realizaron asumiendo un precio del barril de $82,8). Por otra parte, Ecuador ya ha vendido parte de su producción futura de crudo a China a un precio fijo de $90 el barril. Además, estudios recientes de predicción de precios de materias primas hasta 2025, muestran que el precio promedio del barril no está en ningún año por debajo de los $95,7. Sin embargo, es cierto que Ecuador debería prepararse mejor para escenarios macro económicos extremos como el que plantea José Carlos, sobre todo mediante estrategias financieras de cobertura de riesgo a corto y medio plazo, que den estabilidad a los ingresos fiscales petroleros y no pongan en riesgo los recursos fiscales para programas de desarrollo económico.
Acerca de este tema también convendría señalar que Ecuador ha iniciado recientemente una estrategia para retomar el contacto con los mercados internacionales. En los últimos dos años, Ecuador ha incrementado su endeudamiento externo con organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento, para invertir en proyectos estratégicos. Y en 2014, para seguir diversificando sus fuentes de financiación, Ecuador también lanzó una emisión de bonos a 10 años por $2.000 millones de dólares, que ha conseguido colocar a un tipo de interés final del 7,95%. La demanda efectiva en la subasta fue de $5.000 millones de dólares, lo cual hace intuir que en los mercados internacionales hay apetito por deuda pública ecuatoriana.
:: La tercera reflexión es sobre la afirmación de que Correa ha metido a su país en una dinámica que llevará a Ecuador a tener graves depresiones como las que ha tenido en las últimas tres décadas. José Carlos también afirma que en seis años de presidencia, Correa casi ha doblado el gasto público sobre PIB, y que Ecuador ya tiene un gasto público sobre PIB superior a la mayoría de países de la OCDE, lo cual es un suicidio para un país con una renta por habitante de $5.000 dólares. José Carlos también sostiene que la venta política de este aumento del gasto es que ha mejorado la educación, la sanidad y la inversión pública, pero que en la realidad Ecuador ha seguido el modelo cubano, creando 40 ministerios y multiplicando el número de funcionarios por seis.
Respecto a que Ecuador va a tener las mismas crisis que en los últimos 30 años, decir que en este periodo Ecuador ha sufrido ciertas turbulencias institucionales y algunos episodios tensos de política exterior con países vecinos. Pero en términos económicos, desde 1984 hasta 2014 los datos del Banco Mundial sobre el PIB de Ecuador muestran que sólo ha decrecido durante dos años. En 1987 registró una caída del 0,3% debido a la crisis internacional. Y en 1999 registró una retroceso del 4,7%. La de 1999 fue la única crisis profunda que ha sufrido el país en las décadas que menciona José Carlos. Esta crisis fue de índole financiera, propiciada en gran medida por la intensa desregulación financiera aprobada y puesta en marcha en 1994. Esto se acabó traduciendo en una situación similar a la del “corralito” de Argentina en 2001, y supuso la dolarización de la economía ecuatoriana. En aquella época Correa era profesor del Departamento de Economía de la Universidad San Francisco de Quito.
Por otro lado, antes de hablar de suicidio convendría precisar algunos aspectos sobre el cuadro macroeconómico de Ecuador. Si bien es cierto que el gasto corriente ha alcanzado niveles cercanos al 45% del PIB y no sería nada saludable seguir aumentando este flujo, hay que tener en cuenta que el stock de deuda pública ecuatoriana es del 27% del PIB. Por otro lado, el total de crédito interno al sector privado es del 28% del PIB con una tasa de mora de alrededor del 4%. Por tanto, ambos niveles de apalancamiento tanto público como privado son relativamente bajos, por lo que desde una óptica de crecimiento económico, el país tiene capacidad para que su economía siga beneficiándose de inversiones públicas productivas, y de una mayor profundización financiera en el sector privado (Para más referencia sobre este tema ver artículo en Sintetia: Las dos caras de la moneda financiera: crecimiento y crisis). Recordar también que en 2008-2009 Ecuador esquivó la crisis internacional gracias a una política keynesiana de expansión de la inversión pública.
Siguiendo con el análisis, para hacer referencia al supuesto modelo cubano de creación de ministerios y multiplicación de número de funcionarios. Para explicar el crecimiento del sector público y el número de funcionarios, hay que tener en cuenta que Ecuador ha sufrido históricamente un gran déficit institucional. A la llegada de Correa al gobierno, la capacidad institucional y calidad de los servicios públicos en Ecuador eran muy deficientes, y la dimensión y magnitud de los retos que enfrentaba el país eran titánicas. En estos sectores se ha focalizado la mayor parte del gasto público durante la administración Correa. Por ejemplo, en 2013 las mayores partidas del gasto público se dirigieron a inversiones en infraestructura y energía (15% PIB), educación (4,4% PIB) y sanidad (2,9% PIB).
Aspirar a poder disponer de un Estado moderno implica crear una institucionalidad pública sólida. En este sentido, soy un gran defensor de la teoría institucionalista del desarrollo económico (ver Why nations fail? de Acemoglu y Robinson, 2012). La calidad de las instituciones define en gran parte la capacidad de poder desarrollar económica y socialmente una nación. Es entendible que estos análisis sean muy lejanos vistos desde los países desarrollados. Para que los lectores se hagan una idea, Ecuador ha universalizado la educación y la sanidad pública, aumentando consecuentemente el número de profesores y médicos. Pero el país está inmerso en otros retos tan básicos como el desarrollo de catastros públicos o extender la red de agua y saneamiento.
En cuanto al supuesto modelo institucional cubano que se ha instaurado en Ecuador, especialistas en reformas del Estado del BID y el Banco Mundial consultados sobre este tema, me sugirieren que asemejar la reforma institucional que ha realizado Ecuador al modelo cubano sería poco prudente. En 2008, Ecuador realizó una Reforma Institucional del Estado en la que reordenó su sector público en el marco de la nueva constitución. Sí coincido con José Carlos en que el nuevo aparato institucional es un sistema más complejo que ha restado dinamismo al sector público. Es cierto que mejorar la coordinación y eficiencia de un sector público que ha crecido significativamente en los últimos años es un reto pendiente. En este sentido, el país ha venido trabajando en los dos últimos años con el BID a través de un préstamo de $250 millones de dólares para desarrollar un Programa de Apoyo a la Reforma Institucional de la Gestión Pública.
:: La cuarta reflexión es sobre el clientelismo y la corrupción, que el régimen de Correa podría haber generado con el incremento del gasto y tamaño del sector público. ¿Hay clientelismo en Ecuador? Puede ser. ¿Hay corrupción en Ecuador? También es posible. Intento no hacer afirmaciones categóricas sobre temas que desconozco. Por tanto, ni lo afirmo ni lo desmiento. Al igual que en otros muchos países latinoamericanos, asiáticos o europeos, puede existir corrupción alrededor de la inversión pública, como mismamente comprobamos que ocurre hoy en día en España. La cuestión de fondo seria: ¿Son fenómenos que por sí mismos son atribuibles a la gestión de Correa?
Si se presta atención al Informe de Transparencia Internacional sobre el nivel de percepción de corrupción del sector público, Ecuador ha mejorado significativamente. Correa lanzó un plan nacional anticorrupción y otras medidas como las subidas salariales a la policía, y la reestructuración y modernización del sistema nacional de compras públicas, que parecen haber tenido un efecto positivo. Desde 2006 Ecuador ha mejorado 16 posiciones en la clasificación mundial, ubicándose en el puesto 102 con 35 puntos, similar a la de otros países de su entorno como Panamá (35 puntos) y Colombia (36 puntos). La puntuación aún es baja y no cabe duda que hay muchísimas cosas que mejorar, pero la tendencia parece ser positiva.
:: La quinta reflexión es sobre el mercado laboral. José Carlos dice que la mayoría de trabajadores son autónomos y operan en el sector informal (economía sumergida). José Carlos también dice que no hay seguro de desempleo y que esa es la razón principal de que la tasa de paro en Ecuador sea tan baja. Habría que diferenciar el sector formal del informal. Por el lado del sector formal, en la época de Correa el desempleo se ha reducido desde 2006 (6,3% en 2006 versus 4,5% en 2013). Podemos discutir el factor de atribución al éxito que se debe asignar a las políticas laborales de la administración Correa pero, de nuevo, los datos muestras una mejoría. Para no levantar suspicacias sobre los datos de empleo ecuatorianos, he utilizado fuentes de observadores internacionales imparciales, poco sospechosos de su carácter “bolivariano”, como estadísticas del Banco Mundial, el BID, la Comisión Económica para América Latina de Naciones Unidad (CEPAL), o la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Siguiendo con el mercado laboral ecuatoriano, por el lado del sector informal concuerdo con José Carlos en que una alta tasa de informalidad es un problema muy serio para una economía. Las altas tasas de informalidad es uno de los grandes problemas que asola a la mayoría de las economías latinoamericanas (127 millones de los 267 millones de trabajadores de la región son informales; un promedio del 48%). En el caso de Ecuador, datos de la OIT para el año 2012 indicaban que el 50,1% del empleo total no agrícola estaba fuera del circuito oficial, aunque por debajo de países vecinos como Colombia (56,6%) o Perú (68,6%). La informalidad trae consigo grandes perjuicios recaudatorios, que afectan a la capacidad fiscal del país, y que también impiden crear un sistema robusto de seguridad social, con beneficios sociales como un seguro por desempleo al estilo que conocemos en España. Por cierto, conviene aclarar que sí existe prestación por desempleo en Ecuador (para resumen de su funcionamiento ver pág.17 del informe de la CEPAL).
Acerca de este tema, hay que entender que cambiar esta realidad es una labor titánica, que abarca muchas aristas de política pública, tales como los incentivos fiscales para formalizar la actividad económica. Durante la administración Correa, datos de la OIT muestran que la informalidad ha pasado de representar el 60,9% de la fuerza laboral en 2009, al 50,1% en 2012. Para ser rigurosos, hay que señalar que la mayor parte de la caída (7,3 de 10,8 puntos porcentuales) en la informalidad proviene del sector formal de la economía, que ha regularizado la situación de trabajadores que anteriormente no lo estaban. Uno de los grandes retos que el país tiene por delante es seguir con esta buena tendencia y conseguir reducir su actividad económica informal al rango del 25-30% del PIB, cercano a los niveles de países del sur de Europa. Es un pilar fundamental para la sostenibilidad de la estructura económica del país de cara al futuro.
:: La sexta reflexión es sobre el sector industrial. José Carlos sostiene que el modelo económico de Correa está canibalizando el sector industrial ecuatoriano y que, cuando el país necesite exportar, no quedarán empresas que puedan hacerlo. También afirma que las fábricas de coches están protegidas por aranceles a la importación del 200%, y que comprar un coche en Ecuador vale el doble de su precio en EEUU, lo cual empobrece aún más a los ecuatorianos. Esta última frase con la inclusión del adjetivo “aún mas” se merece una reflexión dentro de la reflexión, porque se ve una clara preconcepción: se asume que con Correa los ecuatorianos se han empobrecido “aún más” de lo que se supone que ya estaban antes de la llegada de Correa.
Observando indicadores económicos y sociales no se puede concluir que se haya producido tal empobrecimiento. Entre 2006 y 2013, el umbral de la pobreza se redujo desde el 37,6% al 25,5% de la población, mientras que el umbral de la pobreza extrema cayó desde el 16,9% al 8,6%. Por otro lado, la desigualdad en Ecuador ha disminuido más rápido que el promedio de Latinoamérica: el coeficiente Gini cayó del 54 al 48,5 entre 2006 y 2013, mientras que la clase media se incrementó del 20% al 26% entre 2006 y 2009. Esto se debe a que el crecimiento de la renta benefició a los ciudadanos más pobres: entre 2000 y 2011, el ingreso del 40% más pobre creció en promedio un 8,8%, comparado con el 5,8% del total de la población.
Para hablar de canibalización industrial habría que revisar las estadísticas de producción industrial según la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU). Se observa que la serie mensual de los índices de volumen industrial por actividades y por productos muestran un tendencia alcista desde 2006. La variación histórica acumulada de estos índices de volumen industrial también es positiva desde 2006. Pero centrándose concretamente en el concepto de canibalización, datos del Banco Mundial muestran que la industrialización (industria manufacturera perteneciente a las divisiones 15 a 37 de la CIIU) entre los años 2009 y 2013 ha mantenido su participación estable en un 13% del PIB.
Por otra parte, si se indaga en las estadísticas del Instituto Ecuatoriano de la Promoción de Exportaciones para analizar las exportaciones ecuatorianas no petroleras, se observa que desde 2007 hasta 2014 se han incrementado (en millones de dólares) en un promedio del 11%. Incluso si se excluye la exportación de banano, el promedio de incremento se mantiene. Adicionalmente, si se revisa el estudio anual de competitividad global del Foro Económico Mundial (FEM) para el 2013-2014, observamos que Ecuador experimenta mejoras en la clasificación mundial. El estudio cita textualmente: “Ecuador, en el puesto 71, mejora 15 puestos en la clasificación respecto al año anterior. Grandes avances en infraestructura, calidad de la educación, e innovación, han tenido un resultado positivo, aunque estas áreas aún presentan retos. Adicionalmente, a pesar de la baja calificación crediticia, Ecuador se benéficas de condiciones macroeconómicas estables que han facilitado el acceso a financiación a través de capital y prestamos, permitiendo a compañías locales realizar proyectos de inversión”.
José Carlos también se muestra a favor del tratado del Atlántico Norte y de la reducción de aranceles y protección. Si se revisa brevemente la historia de Latinoamérica en las cuatro últimas décadas, se ven muchos casos de crisis económicas ligadas a la apertura comercial irrestricta de economías con bajos niveles productivos y de competitividad, que terminaron por producir crisis a causa de la acumulación de grandes desequilibrios en las balanzas comerciales. No quiero que se me mal interprete, no estoy a favor del proteccionismo. Lo que sí defiendo es la soberanía de un país a decidir sus estrategias comerciales internacionales.
Ecuador ha preferido seguir otro camino y estrechar sus relaciones comerciales con China y otros países asiáticos. Y recientemente también ha decidido firmar un nuevo acuerdo comercial (que también integra Colombia y Perú) con la Unión Europea (UE). Según los términos de este acuerdo que entrará en vigencia en 2016, Ecuador obtendrá un acceso con cero aranceles al mercado europeo para toda su oferta industrial, incluida la agroindustria. Y la UE obtendrá facilidades para competir en licitaciones públicas y para las exportaciones de bienes comunitarios. Ecuador quiere atraer el conocimiento y tecnología de las empresas europeas, por ejemplo para el desarrollo de los grandes proyectos energéticos del país.
La última reflexión es sobre la precisión a la hora de evaluar el impacto de políticas públicas. Para ser rigurosos en el análisis de la etapa Correa, se tiene que evaluar cómo estaba Ecuador en 2006 y como está en 2014, después de sus 7 años de gobierno. A nivel económico el promedio de crecimiento anual desde 2006 ha sido del 4%. La renta per cápita (a precios actuales) se ha incrementado un 71%, desde los $3.337 dólares en 2006 hasta los $ 5.720 dólares en 2013. El crédito interno al sector privado ha aumentado del 21,3% en 2006 al 28% en 2013. Además, como se mencionó antes, las exportaciones han crecido, y el desempleo se ha reducido, al igual que la informalidad. También se ha visto cómo ha mejorado la competitividad global de la economía ecuatoriana. A nivel social, en la época de Correa se ha universalizado la educación y la sanidad. Y, como hemos explicado anteriormente, la pobreza extrema y la desigualdad se han reducido (Si bien hay que decir que un buen sector de la población aún es pobre o es vulnerable de caer de nuevo en la pobreza).
En pos de ese rigor en el análisis que mencionaba anteriormente, y para dar una visión económica más precisa de la realidad ecuatoriana, es necesario hablar de algunos riesgos y problemas que Ecuador enfrenta hoy en día. A parte de la dependencia de los ingresos fiscales de la extracción del petróleo y el resto de problemas ya mencionados, el país también cuenta con un gran subsidio a los combustibles que le cuesta $3.300 millones de dólares (aproximadamente 3,8% del PIB). Por otra parte, citando de nuevo el reporte de competitividad del FEM, se menciona que: “aunque la tendencia es positiva, el país todavía enfrenta retos significativos que dificultan su potencial competitivo; el funcionamiento de las instituciones públicas es todavía débil, y existen ineficiencias en el funcionamiento del mercado interno de bienes, laboral y financiero debido a la falta de competencia. Las rigideces y la falta de confianza en el sistema bancario también permanecen como un problema”. En este contexto, otro de los retos pendientes de Ecuador es seguir cambiando su base productiva hacia bienes y servicios que generen un mayor valor agregado. Para ello, una de las claves en los próximos años también será conseguir una mayor atracción de inversión extranjera para el sector productivo.
En conclusión, no sabemos qué sucederá en el futuro y sólo el tiempo nos dirá si Correa ha sido un buen o un mal dirigente. Todos podemos hacer nuestras propias predicciones sobre cuál será el resultado al final de la administración Correa en 2017, pero lo cierto es que lo único que se puede evaluar con exactitud es el pasado. Estoy de acuerdo con José Carlos en que Ecuador muestra actualmente algunos desequilibrios macroeconómicos y está expuesto a riesgos fiscales que, de materializarse, podrían suponer un grave problema para las finanzas públicas. También estoy de acuerdo en que Ecuador y España no son comparables. Tienen estructuras económicas y sociales muy diferentes, que no permiten comparar ni trasladar políticas económicas y sociales de un país a otro.
Sin embargo, para evaluar políticas públicas sí se puede comparar a un mismo país en diferentes puntos del tiempo. Y si se compara al Ecuador de 2014 con el de 2006, los datos parecen indicar que el país ha progresado económica y socialmente en bastantes ámbitos. Puede argumentarse que Rafael Correa y su administración hayan cometido errores, y es innegable que el país aún tiene grandes carencias y enfrenta grandes retos, pero objetivamente Ecuador está mejor hoy que hace 7 años. Por tanto, si bien se puede afirmar que Rafael Correa tiene una dialéctica y una simbología bolivariana, la realidad de sus políticas económicas y sociales lo sitúa muy lejos de Venezuela o Cuba.
NOTA: Quisiera agradecer a mi colega Juan Carlos Méndez el apoyo que me ha brindado para realizar este artículo. Antes de unirse al Banco Interamericano de Desarrollo, Juan Carlos ha trabajado en el Plan Binacional Ecuador-Perú, UNICEF Ecuador, el Instituto Nacional de Pre-Inversión Pública de Ecuador, y el centro de investigación de políticas públicas Grupo FARO. Juan Carlos es Licenciado y Máster en Economía por la Universidad Nacional de Australia, posee un Máster en Economía del Desarrollo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y es candidato 2015 al Máster en Políticas Públicas de la Paul H. Nitze School of Advanced International Studies (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins.
6 Comentarios
Hola.
Excelente informe. Me sorprende que José Carlos Díez haya podido realizar un análisis tan pobre sobre la realidad de Ecuador siendo como se supone un economista de su nivel. Pero al menos aquí tenemos otra contrapartida y es de agradecer.
Un saludo.
Muchas gracias por el articulo, completo y claro. Las obras, la evidencia están a la vista. No somos el país de hace 7 años. Al dinero no hay que guardarlo, hay que hacerlo trabajar dice Correa. No podemos darnos el lujo de guardar el dinero para alardear de estabilidad mientras haya hambre en nuestros pueblos. Cada pueblo tiene que apañárse según su necesidad y si los que administran son gente decente y capaz, todo va a ir bien.
No sorprende que José Carlos Díaz haya realizado un informe tan pobre y desinformada sobre la realidad de Ecuador. Todos sus análisis se basan en apriorismos y en un desprecio a América Latina. Basta con asistir a cualquiera de sus conferencias y ver cómo se hace el gracioso intentando imitar algunos de los acentos de la región.
Este artículo lo pone en su lugar.
Lo interesante del análisis que detalla los temas tabú como, España=Ecuador, Ecuador va mal a peor, Ecuador solo petróleo, Rafael=corrupción. ..etc. dudas q cm cualquier curioso k le gusta informarse y creer sobre si es posible tomar otro camino, k no sea CAPITALISMOS SALVAJE , me gusta el capitalismo pero la precariedad laboral, no .Somos humanos y tenemos sentimientos, busquemos soluciones sin olvidar aquello.
Qué buen artículo!!! Se nota la objetividad… También trato de ser objetivo, pues me agrada la gestión de Correa, pero también podría cuestionar algunos errores que existen. Saludos
Claro Bolivia con su libre convertibilidad y liberación de precios sumado a Ecuador con su dolarización sólo dan esperanza a los venezolanos dado que de facto la economía venezuelana está dolarizada así que es cuestion de tiempo para que el poco dinero que hay en la calle sea verde.La otra opción es que maduro decida seguir sacrificando al pueblo por su «proyecto deuda».
Considera difundir blogs críticos de países al margen de la economía.
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