España tiene un motor cuyo combustible era un mix de componentes en el que pesaba de forma importante el construir viviendas y el acceso a crédito barato para consumir e invertir. El motor caminó durante diez años a toda velocidad y sin necesidad de revisiones. De repente se nos paró. No funciona. No está gripado porque parece que hay vida. Pero no funciona. ¿Será la batería? La batería es el sistema que alimenta de energía, de positivismo, de confianza para que el resto tire. Pero, ¿y el combustible? El mix ya no funciona. La construcción ha destruido más de 1,2 millones de empleos, el 53% de la fuerza laboral perdida durante la crisis en España. El otro componente principal, el crédito barato, se ha convertido ahora en escaso, muy escaso, y caro, muy caro. Además, la mezcla de ese combustible financiero y de construcción ha afectado a otras piezas/componentes fundamentales para funcionar, y nuestro sistema financiero está sumido en un problema de confianza y de “toxicidad” como nunca antes en la historia económica de este país. Necesitamos unas pinzas para el motor de España, por favor, y probemos ya con otro combustible, porque no podemos seguir con nuestro viaje dejando en el arcén a cinco millones de personas y más de la mitad de nuestra población joven.
Respecto a las pinzas, tenemos que hacer un gran esfuerzo por recuperar un estado de ánimo más positivo, más creativo, más constructivo. El pesimismo, la sensación de imposibilidad, la noción generalizada de que el problema de la crisis es tan grande que no podemos hacer nada para solventarlo, está tan enraizada en empresarios, en ciudadanos y en inversores, que se está cumpliendo la paradoja de que el que puede, no lo hace, y el que no puede, se hunde pensando en que nunca podrá. Este fenómeno está muy estudiando tanto en la psicología como en la teoría económica, donde recibe el nombre de «profecías autocumplidas». El estado de ánimo afecta a nuestras expectativas, y nuestras expectativas a nuestro comportamiento actual. En muchas ocasiones, los equilibrios económicos no son únicos, sino múltiples, y se puede pasar de una situación aceptable a una desastrosa mediante la retroalimentación de expectativas.
El científico Paul Slovic tiene una dilatada carrera estudiando cómo decidimos las personas, y explica científicamente por qué la Madre Teresa de Calcuta tenía razón cuando decía: “si miras a la masa, no actuarás, pero si miras a uno, lo harás”. Esto quiere decir que cuando ves que un problema es demasiado complejo (el hambre en el mundo, el cambio climático, el terrorismo… la CRISIS), demasiado grande y que se “escapa” a la acción individual, y que no puedes hacer nada para cambiarlo, entonces entras en un estado de parálisis, de inacción y de depresión. Necesitamos recuperar el estímulo individual, la capacidad de cada uno de nosotros para transformar nuestra pequeña realidad y, a la vez, la realidad global (esa tan compleja e inabarcable).
Por lo tanto, sin dar pasos concretos día a día por mejorar nuestra situación no podremos transformar nuestra vida y nuestro país. Necesitamos relativizar los titulares de la prensa diaria, los mensajes continuos negativos y la prima de riesgo “online” (nunca antes en este país sabíamos el nivel de la prima de riesgo a las 7am, a las 10am, a las 15 pm….y así hasta 24h). Todos con el corazón en un puño por la prima de riesgo, cada MINUTO!). Estamos entrando en un bucle de infotoxicidad que puede generar parálisis y pesimismo colectivo.
Respecto al combustible, ya está demasiada manida la frase de “cambiar el modelo productivo”. ¿Y eso cómo se hace? ¿Tenemos que esperar iniciativas provenientes de un Consejo de Ministros? Lo explicaba muy bien Guy Kawasaki en su entrevista: Silicon Valey no se creó porque unos políticos decidieran hacerlo…se necesita una explosión de suerte, de iniciativas individuales y de fuerzas a menudo intangibles que nos hagan movernos y crear ecosistemas productivos, empresariales y eternamente innovadores. Por eso, hay que trabajar en el “clima” de España, en las instituciones, en las regulaciones, en las capacidades de las personas para poner en marcha iniciativas de alto impacto. Ésta es la conclusión tras la lectura del nuevo libro de Daron Acemoglu y que se va a convertir en una referencia obligada. Luis Garicano aporta en Nada es Gratis una buena síntesis de la recetas de Acemoglu:
“garantizar los derechos de propiedad, la ley y el orden, el funcionamiento de los mercados, la entrada libre en los mercados, y la libertad para establecer nuevas empresas, la efectividad de los contratos, el acceso a la educación y la oportunidad para que la gran mayoría de los ciudadanos.. y en lo político, garanticen la participación y el pluralismo y la imposición de restricciones y controles sobre la arbitrariedad de los políticos. Todo esto es necesario para que los ciudadanos puedan tomar decisiones a largo plazo, pudiendo predecir sus consecuencias, sin miedo a que el poderoso de turno se las apropie”.
También nos hemos encontrado esta semana con 40 propuestas para transformar la economía española en un manifiesto impulsado desde ESDE. Medidas que van en la misma dirección: el nuevo combustible para el motor de España tiene que tener un alto componente de natalidad empresarial, facilidad para crear y crecer como empresa, educación de impacto para aplicar, testear y ser productivo; incentivos fiscales adecuados, apoyo social y reputación para quien arriesga y unas instituciones que “no molesten”, que sean eficaces, transparentes y que se comporten conforme a unas reglas claras e iguales para todos, eliminando la arbitrariedad del poder político.
Esta nota no es un manifiesto ni un listado de soluciones «estrella». Es una llamada colectiva a potenciar al individuo, al poder de nosotros mismos para no entrar en depresión circular y colectiva. Una llamada al riesgo, a construir y a pensar en soluciones, a relativizar los problemas y, sobre todo, a pensar dónde está nuestro círculo de influencia para transformar nuestra realidad y, con ello, España.
Nuestra visión para Sintetia es la de crear una plataforma de ideas globales e individuales. Una plataforma de debate para amplificar la voz de las personas e ideas que están en la calle, pero también en la academia o en el mundo de las finanzas. Y, por supuesto, a todos los profesionales que día a día aportan su talento para crear una economía y una sociedad mejor.
1 Comentario
Tal y como lo acabo de escribir lo repito: «Jugaron a buenos y malos, a decentes e indecentes, a almados y desalmados. Cuando terminó el Carnaval, todos resultaron Clones, todo eran Miserables Sociales. (Bankia).
Efectivamente amigo, el Sabio nos dijo hay que Ser, aquí lo interpretaron por hay que Tener y cuando no tengamos que nos Den y para terminar la conjugación, lo mejor será eso… que… anda y los Den.
Ante semejante decepción, hay que buscar salidas y las hay, pues no tiene esta vieja tierra tradición «No hay mal que por bien no venga» o «A grandes males, grandes remedios»
Yo os dejo la Solución en mi Blog , y la denomino Un nuevo Paradigma.
Josevioliver.blogspot.com
Adelante y un cordial saludo.