El otro día casi me atraganto cuando me llegó un debate titulado «¿el post-capitalismo ya había llegado?». Debate traído por la nada más y nada menos que por la Escuela de Negocios de Harvard . Pero casi lo que más me sorprendió fue que una parte importante de la discusión era si la aparición de servicios como Airbnb era un reflejo de ese advenimiento.
Si buscas en internet sobre el postcapitalismo, encontrarás de todo. Desde viejas ideas con nuevos trajes que esperan que ahora sea su oportunidad, hasta nuevas ideas que exigirían un cambio a nivel global, ya que sería imposible que funcionaran por sí mismas en un país de forma individual. La mayoría de las visiones postcapitalistas ven el cambio normalmente como reacción a algún tipo de cataclismo, bien sea ecológico, político o de recursos, y por lo tanto, y seguramente porque son visiones de cambio radical, son visiones casi revolucionarias más que por un cambio progresivo.
Efectivamente mañana puede ocurrir un desastre natural o ecológico y obligarnos a tomar alguna de esas soluciones. Pero lo más probable es que esos cambios sean progresivos y se construyan sobre lo que tenemos ahora. De hecho, vivimos en un mundo muy diferente al de principios del siglo XX dónde un país podía decidir y convivir con un sistema económico diferente al de su vecino. Eso ya no es posible, y la convergencia y homogeneización alrededor del sistema capitalista globalizado actual (muy diferente por cierto al de principios del siglo XX) es ya imparable. Eso significa que un cambio radical en una esquina del planeta será muy difícil y sería duramente penalizado por las fuerzas del mercado (sin entrar a hablar de lo que se puede hacer desde la política).
Así que partiendo de la base de que lo más lógico es que el post-capitalismo venga de una evolución más que de una revolución, voy a dar mi humilde visión sobre las áreas que creo (y espero) en las que deberíamos ver una evolución.
– Hacia una verdadera meritocracia:
No voy a añadir más fuego a las conversaciones encendidas sobre el libro de Piketty, aunque sí que es verdad que esas conversaciones me han empujado a escribir esto. En realidad, lo que dice Piketty lo lleva diciendo mucha gente, muy recientemente Tyler Cowen con menos revuelo. No he leído a Piketty (aunque ya he leído artículos que en total será más que su libro), pero sí a Cowen. Pero además, creo que lo que dicen es bastante obvio a cualquier observador. Creo que la polémica viene en las soluciones que propone (además de la metodología, aunque en una ciencia social cómo la economía, pocos estudios están fuera de esa crítica). A nadie se le escapa que la concentración de riqueza se ha acelerado y que no hay nada a corto/medio plazo que nos haga pensar que eso va a cambiar. Sin embargo en todas estas discusiones sobre metodología, soluciones, ideologías, etc, creo que no estamos hablando de lo realmente importante, y algo que incluso mis amigos más liberales estarán de acuerdo, que es de la (falta de) meritocracia en el sistema actual. La meritocracia es sin duda la base y una de las grandes bondades del capitalismo frente a otros sistemas. Sin embargo, creo que en la actualidad no son los que más se esfuerzan los que triunfan, sino los que más tienen. Y esto es una ruptura con el propio sistema capitalista y que salvo que seamos capaces de cambiarlo, será un gran problema a largo plazo. Cómo bien dice Cowen, el capital se ha convertido en un bien escaso (por concentrado) que dará una gran ventaja competitiva a sus poseedores. Nadie discute que hay que recompensar al capital por sus riesgos, pero no parece que sea justo ni positivo desde un punto de vista económico el que este juegue con tanta ventaja. Si recordáis vuestras clases de historia, la ruptura con el feudalismo significa acabar con los privilegios heredados. No es muy difícil tratar paralelismos con privilegios heredados del feudalismo y los de hoy en día.
– Hacia una nube financiera responsable:
Creo que todas estas conversaciones sobre la concentración de capital se centran demasiado en ese 1% de megaricos, que en no pocas ocasiones se lo merecen por sus esfuerzos. Para mí, el problema está en la «nube» financiera. La nube financiera, como la de internet con los bytes, convierte capitales de diferentes sitios en uno solo manejado por pocas personas (y muchos ordenadores). Grandes fondos que son los que realmente mueven la econonomía y los que realmente preocupan a las grandes empresas a la hora de tomar decisiones, sea de inversión, o de recortes. Si el 1% cuando maneja directamente sus inversiones sigue pensando en el bienestar de su descendencia, y a veces hasta del bien común (véase los Gates o Buffet por ejemplo), en cuanto ese 1% o un pequeño ahorrador lo pone en un fondo, ese dinero pierde ya la poca consciencia social que pudiera tener. El ejemplo tan reciente de las subprime es muy revelador de cómo funciona la nube financiera. Miles de millones invertidos en activos tóxicos desde un punto de vista financiero, pero también moral. Activos que si los inversores hubieran tenido la oportunidad de invertir directamente, hubieran huido de ellos como de la peste. Esa nube da a los inversores la posibilidad de externalizar el 100% sus decisiones de inversión (con ventajas obvias en cuanto a profesionalización y economías de escala), pero que despega totalmente al inversor de la responsabilidad de lo que hace con su dinero.
– Hacia un verdadero reflejo de los costes medioambientales:
El otro día vi un vídeo sobre los Vezo, una tribu de Madagascar . Creo que es una bonita metáfora de lo que vivimos a nivel global. Tenemos un montón de recursos naturales, que los hemos considerado tradicionalmente gratuitos, pero que no deberían serlo. Los Vezo se dieron cuenta de ello porque dependían de ellos directamente. ¿Pero cómo una petrolera extrayendo pretróleo en el Golfo Pérsico va a tener en cuenta el impacto de las emisiones de CO2 en los habitantes de las islas Kiribati por ejemplo? ¿Cómo unos pescadores españoles van a tener en cuenta el impacto de sus capturas en el ecosistema de los bancos de pesca en Irlanda? ¿Están ambos pagando los verdaderos costes de esos recursos que vienen «gratis»? Y ese impacto a veces es sólo ecológico, pero también son financieros. En el caso de las islas del pacífico, muchas están levantando diques, otras han empezado a emigrar. ¿Dónde se repercuten esos gastos? Hay mucha gente muy inteligente mirando este problema y buscando soluciones. Obviamente nadie quiere pagar más por unos recursos que se consideraban que estaban ahí para cogerlos, pero esos recursos cuando son extraídos afectan a todos los habitantes de este planeta, así que tenemos que ser capaces de incorporar esos costes ocultos a los costes de los productos basados en ellos. Una bolsa de plástico cuesta prácticamente nada, sin embargo contaminará el medio ambiente durante siglos ya que no es biodegradable y con unos daños que todavía no somos capaces de entender, ¿de verdad sólo cuesta un céntimo (y me paso)? Se han hecho varios intentos imperfectos aunque en la dirección correcta como el mercado de CO2 en Europa, y otros que están empezando en otros lugares del mundo. Pero hay que buscar un mejor sistema, y no sólo para el CO2.
-Hacia una verdadera sociedad del conocimiento:
Se habla mucho de que el postcapitalismo se construirá alrededor de una sociedad del conocimiento. Sin embargo, el conocimiento actual se sustenta en ingentes inversiones de capital. Hay mucha gente muy formada, el talento casi nunca es un problema. El problema es el capital con lo que se financia esa investigación, esos desarrollos o esas aventuras. Saltaba la noticia de que un equipo de investigadores americanos han desarrollado un nuevo par de nucleótidos artificiales que han sido capaces de insertar en el ADN de una bacteria y que la bacteria no ha rechazado. Esto que parece que es ciencia ficción es ya una realidad de efectos que también pertenecen a la ciencia ficción ahora mismo. Sólo puedo imaginarme la cantidad de recursos que se han utilizado para esta investigación que afecta a algo tan básico a la vida como el ADN, recursos que esperan su justa recompensa. La legislación en EEUU parece que en principio permitirá patentar este descubrimiento. En todos los campos de investigación (y sin duda en el que más, el de la biotecnología, pero qué me decís de la inteligencia artificial) estamos entrando en zonas grises sobre si esos descubrimientos deberían de ser patrimonio de la humanidad, o «simplemente» algo en propiedad privada cómo recompensa a los riesgos asumidos. Desde luego no tengo la respuesta a esta pregunta, pero tanto un futuro en el que todo el conocimiento nuevo en manos privadas como otro en el que no se investiga por miedo a asumir riesgos que no se recompensen, son futuros a evitar.
– Hacia una generación eléctrica distribuida:
Miro por mi ventana y veo un magnífico sol. Sol que no se ha ocultado en semanas, y el hombre del tiempo dice que no tiene pinta que esto va a cambiar. Sin embargo, la electricidad que utiliza mi ordenador viene desde cientos de kilómetros de distancia, y probablemente generada con materias primas que habrán viajado a través de medio mundo. No parece muy lógico, pero ese es el sistema eléctrico que tenemos en la actualidad. Necesitamos una liberalización profunda del sistema eléctrico que permita acercar la producción al consumo. La eficiencia de solares paneles, aerogeneradores y demás tecnologías hace esto ya posible y es sólo la oposición de la «industria» la que está limitando esto. Está claro que no es una cuestión de si ocurrirá, si no de cuándo. Y cuándo ocurra, esto va a liberar un montón de recursos anclados en un sistema obsoleto para otras cosas, un montón de innovación, y un descenso enorme en nuestro impacto en el medio ambiente.
– Hacia un nuevo renacimiento humanista:
Guillermo Dorronsoro habla muchísimo de que Europa necesita un Segundo Renacimiento. No puedo estar más de acuerdo. El siempre se centra más en la parte industrial, pero creo que también tenemos que mirar a la parte humanista del Renacimiento. Si aquel humanismo (entre otras cosas) se centró en la relación entre el hombre y la religión, creo que es el momento de mirar la relación del hombre frente al capital. No parece lógico que una persona física parezca que tenga menos derechos, o al menos muchas veces subyugados a los de las personas jurídicas. Y esto lo vemos todos los días a todos los niveles. Dentro de las empresas, dentro de cómo las instituciones manejan las crisis, e incluso en las normas económicas internacionales. La cuestión de la privacidad también es muy importante dentro de este nuevo renacimiento humanista. Seguramente ya era suficientemente malo el nivel de privacidad en el mundo digital, pero ahora que lo digital se está integrando con el mundo real, y con ello, poniendo nuestra privacidad del mundo real también en peligro, ¿dónde están los límites?
– Hacia una verdadera globalización:
Relacionada con la anterior. Creo que a pesar de las sombras de la globalización, poca gente pensará que no es una de las grandes bondades del sistema económico actual. Sin embargo, esa globalización es más real para capitales que para personas. Incluso si no quisiéramos hablar de las tremendas presiones migratorias que tenemos muy cerca, y todos los problemas personales y económicos asociados, sin duda es llamativo (y relacionado con el punto anterior) que sea más fácil mover capitales financieros a través de fronteras, y en muchos casos favorecidos por las normas internacionales, que una persona. Y desde luego uno sólo puede considerar los visados para ricos que muchos países (incluido el nuestro) han puesto en funcionamiento, cómo un ejemplo más de varios de los puntos anteriores.
-Hacia un nuevo concepto de la propiedad:
Aquí sí que podemos ver Airbnb cómo un reflejo de lo que parece que viene, aunque si quieres pensar mal, también podría verse cómo una forma de descapitalización de las personas fuera de las élites financieras. Se podría decir que estos servicios son los que Cowen considera que ayudarán a tener mejor nivel de vida relativo a los que estén fuera del 15-20% de la elite que él ve en el futuro, a esos profesores de yoga y cuidadores de la élite, que aunque no puedan pagarse una casa en la costa, podrán viajar por todo el mundo en aerolíneas de bajo coste, compartiendo coche, y durmiendo en la casa de otra persona. Alguien podría argumentar que la crisis ha empujado muchos de estos servicios centrados en el uso frente a la propiedad, pero creo sinceramente que va más allá de una cuestión coyuntural. Creo que ese post-capitalismo del que hablamos se centrará más en el uso que en la propiedad. Tiene el peligro de que si esa propiedad se concentra en los de siempre, quizá estemos generando aún monstruos más grandes, pero si conseguimos un buen equilibro y además conseguimos que además del uso la propiedad esté distribuida, quizá esto pueda servir cómo contrapeso a los grandes bloques de capital.
Releo lo que he escrito, y sólo puedo pensar que en menudo charco me he metido. Cómo si yo fuera a arreglar el mundo… Sin embargo hay una cosa que sí tengo muy clara. Las leyes y principios económicos, la economía en sí misma, son arbitrarios en el sentido de convencional y acordado. No hay leyes naturales inmutables en la economía y por lo tanto en el sistema económico. El sistema económico que nos demos en el futuro, será el que entre todos acordemos. Da la sensación que ahora es el que han acordado unos pocos, así que cuanto más discutamos sobre estos temas, cuanto más entendamos los diferentes puntos de vista, creo que mejor respuesta encontraremos entre todos. Me gustaría que este artículo fuera un pequeño grano de arena en esa conversación que debemos tener.
5 Comentarios
Excelente reflexión. Estoy completamente de acuerdo en que más que una revolución, necesitamos una evolución, me gusta el concepto. Tengo un punto de vista bastante diferente a todo el mundo puesto que creo firmemente en un Estado intervencionalista que provea a los ciudadanos de todos los recursos para que sean libres y no dependan del Estado, un concepto liberal del individuo. Por eso me ha encantado tu reflexión, la sociedad del conocimiento avanza imparable.
Lo complejo no admite análisis,.ni soluciones simples.
Al igual que los ilustrados no aportan la solución, pero ¡pobre el pais que catezca ellos! No basta con Marx,, pero poco entenderá el que no haya tenido trato con él. No basta con los neoinstitucionalistas.americanos, pero quien no conozca lo que son costes de transacción y costes de jerarquía, tiene un handicap importante pata comprender … Igual ocurre con los enfoques desde los balances fisicos (Naredo, Aguilera Klink, Passet, …), asi como con los enfoques sistémicos …
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios. Creo que estamos a punto de dejar las ideologías atrás, es un momento de «ideologías fluidas» en el que hay que encontrar soluciones complejas a problemas complejos juntando conceptos y políticas que en el sXX eran antagónicos
saludos!
Roberto
Gracias por los pensamientos. El titulo es post-capitalismo, pero como veo en cada uno de tus puntos es profundizar mas todavia en el capitalismo. Es dedir, mas propiedad privada en todos los sectores humanos, y menos intereses especiales interferiendo en el uso de esa propiedad.
Posiblemente, parte sea una consecuencia de que en una sociedad globalizada, los gobiernos pueden tener menos influencia. Para lo bueno y para lo malo.
Me llamo la atencion este articulo al respecto. Hacen falta soluciones, y son un gobierno universal o mas capitalismo y mas racional:
http://www.bloomberg.com/news/2014-01-21/invasion-of-spanish-builders-angers-france-struggling-to-compete.html
Hola Juan, gracias por tu comentario y por compartir ese artículo (muy interesante!)
No sé si es más capitalismo, pero creo que estamos de acuerdo en que debe ser diferente. Y cómo hablábamos más arriba, la solución va a venir de ideas más allá de ideologías. Algunas veces será «más» capitalismo, y en otras seguro que «menos» 🙂
Yo no tengo las respuestas, pero creo que debemos empezar a hacernos las preguntas antes de que otros respondan por nosotros
Saludos!