El Décimo Hombre: una herramienta para la reflexión grupal

21 octubre 2015

Hace unos días vi la película Guerra Mundial Z (qué quieren, no sólo de libros de marketing y antropología vive el hombre). Para los que no hayan visto la película, trata de una epidemia mundial que convierte a los enfermos en zombis, que por supuesto atacan a otras personas convirtiéndolas a su vez en zombis y así hasta el infinito y más allá. El caso es que el protagonista, Brad Pitt, está buscando el origen de la infección y durante su investigación es informado de que en Israel no hay contaminados ya que ellos se adelantaron a la aparición de la epidemia, por lo que va allí para saber las causas de esa sorprendente previsión.

Sintetia_decimo_hombre_Sobejano

En Israel encuentra al agente de la inteligencia israelí Jurgen Warmbrunn al que Pitt pregunta cómo pudieron prever algo tan improbable como un ataque zombi, a lo que Warmbrunn responde, siempre que nueve miembros del consejo estuvieran de acuerdo en algo de manera unánime, el décimo necesariamente tenía que estar en contra de los otros nueve (aunque, en verdad, pensara igual que ellos). Asumir la postura contraria, significaba contradecir la opinión de los nueve restantes. Dado que los nueve del consejo pensaban que no había tal cosa como una “epidemia zombi”, el décimo asumió que sí la había, y comenzó a investigar sobre la base de esa premisa, permitiendo que Israel construyera defensas, anticipándose al ataque.”

Resulta interesante reflexionar sobre esta metodología como herramienta de gestión empresarial. Para empezar supone un modelo que establece una tensión positiva en la argumentación. No se trata ya de aceptar una solución consensuada, sino que esa solución es puesta en duda constantemente (no se olvide: “Nunca te fíes de un economista que no dude” 🙂) , y por lo tanto constantemente en revisión. Eso mantiene al equipo en alerta ante posibles cambios del entorno o nuevos datos. Y esto pudiendo establecer variantes al modelo:

  1. El décimo hombre trabaja como Pepito Grillo poniendo en duda cada paso que se da para fortalecer su solidez intelectual.
  2. El décimo hombre trabaja en una alternativa mientras el resto del equipo lo hace en la solución consensuada.
  3. En lugar de la relación 9 contra 1 se marcan otros modelos (6 contra 4, 8 contra 2…) pudiendo así fortalecer las alternativas.
  4. En cada nueva reunión del equipo actúa uno distinto como décimo hombre, para así ampliar el enfoque y diversidad de críticas a la solución propuesta.
  5. El décimo hombre es una persona que no forma parte del equipo y que cada reunión va cambiando para aumentar las objeciones “desde fuera”.

Por supuesto, no es necesario que el equipo o grupo donde se aplique sea de diez personas, puesto que de lo que se trata es de establecer una tensión intelectual constante, lo que se puede hacer con grupos más pequeños. ¿Y por qué es interesante esta herramienta?

  1. Como ya he dicho pone en constante tensión intelectual al equipo, evitando la relajación.
  2. Las alternativas no se desechan, sino que siguen formando parte del proceso de reflexión, incluso cuando se ha iniciado el trabajo en torno a una propuesta consensuada.
  3. Se pone constantemente en duda la solución consensuada, con lo que debemos defenderla y fortalecerla intelectualmente.
  4. Puesto que podemos cuestionar soluciones con las que estamos de acuerdo nos obligamos a pensar fuera de la caja y de nuestra zona de confort.
  5. Podemos trabajar con alternativas irreales y sorprendentes para sacar conclusiones y enseñanzas y fortalecer así la solución propuesta.
  6. La creatividad y el pensamiento alternativo forma parte de la gestión diaria de la empresa.

El Décimo Hombre es lo suficientemente abierto como para adaptarlo a cualquier modelo de reflexión grupal, porque se basa en unos principios muy básicos:

  • Siempre ha de haber una alternativa presente.
  • La decisión tomada ha de ser muy sólida y haber pasado por varios filtros.
  • No siempre la decisión consensuada es la más acertada, hay que dejar una puerta abierta a otras soluciones.
  • Cualquier idea o proyecto está en constante revisión, está en beta permanente.
  • El error forma parte de la reflexión.
  • Los equipos de trabajo han de estar abiertos a “disidencias”.

Al final, con el Décimo Hombre conseguimos enriquecer el modelo de reflexión haciéndolo más sólido y resistente, sin erosionar el valor de la reflexión y las soluciones colectivas, pero dejando una posibilidad de posibles variables que nos permitan mantener la tensión y mostrar soluciones alternativas.

Artículo escrito por Juan Sobejano

Fundador de Innodriven, consultor de innovación en Innolandia y profesor

3 Comentarios

  1. Aitor de la Puente

    A mí también me llamo la atención esa parte de la peli.

    Efectivamente, sin discrepancia interna terminamos en un estado de autocomplacencia absurdo.

    Un ejemplo real: La iglesia eliminó la figura del abogado del diablo en 1983 y desde entonces sacan santos y beatos como churros.

    Responder
  2. Pedro

    Muy bueno el artículo, y estupenda herramienta, dos cositas a controlar:
    -El tiempo, la eterna discusión y no tomar decisiones.
    -La polarización de las posiciones por la discusión.
    Saludos.

    Responder
  3. Pablo

    Buena reflexión.
    Hay una frase que leí hace tiempo y me gustó:
    «Si te dan una hoja pautada, escribe por el otro lado»
    No quiere decir que no hagas caso a nada y vayas por libre, más bien sería la oportunidad de aportar otra visión.
    Hace unas semanas hubo un comentario sobre los trabajadores invisibles, aquellos que trabajan pero no lo difunden a los cuatro vientos. Esos trabajadores podrían ser perfectamente el nº 10.
    Saludos

    Responder

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