Una vez más el huevo o la gallina. Pero hagámoslo más interesante. Subamos la reflexión al espacio. Cuando hablamos de innovación surge una pregunta inevitable: ¿la tecnología es la que conduce a la transformación de los modelos de negocios o, por el contrario, son los retos, los problemas, las necesidades —sociales, empresariales o de cualquier otro tipo— las motivan a focalizar la energía (y los recursos) a descubrir nuevos modelos de negocio, productos y, en definitiva, la que demanda nuevas soluciones tecnológicas?
Fue McLuhan el que decía: “Damos forma a nuestras herramientas y por tanto ellas nos dan forma”. Suelo defender la visión de que la tecnología es un medio y no un fin. Como buena gallega diré que las dos visiones conviven y se complementan y lo ilustraré con ejemplos concretos de un sector que me apasiona: el espacio.
Tradicionalmente, el desarrollo de la industria aeroespacial ha estado muy ligado a la tracción de la administración pública. Pero esto ha cambiado en los últimos años. De hecho, ya se habla de la Economía del espacio (Space Economy). En los tiempos del todo “as a service” y la agilidad, ni lo “extratérreo” se salva.
En este punto quiero que reflexiones sobre lo significa el sector espacial. No se trata tan sólo de costosas misiones de exploración para llevarnos a la Luna, traernos muestras de Marte o a irnos de excursión a la Estación espacial internacional.
Hay todo un negocio desplegado entorno a la observación de la tierra y de comunicaciones. La Economía del Espacio es un entramado de tecnologías, empresas y modelos de negocio que están emergiendo con mucha fuerza.
Por ello, no creas que esto la industria espacial no va contigo. Seguro que te toca más cerca de lo que parece. No sólo vivimos de preocuparnos de la cesta de la compra y de problemas más ‘locales’. Da igual que sea una tecnología para el espacio o un evento que ocurra a miles de kilómetros en un país —¿hace falta recordar cómo surgió la COVID?—, la economía y la sociedad, en general, es algo sistémico.Y más en eventos que podrían suponer un antes y un después.
Un ejemplo: mañana una tormenta solar interrumpe nuestro acceso a los satélites. Todos los sistemas de geoposicionamiento que usas directa o indirectamente se irían al traste y el caos se expandiría en todo nuestro sistema.
Y esto del espacio acaba de empezar. El crecimiento de esta (re)volución incipiente se basará en los siguientes factores habilitadores que pueden conducirnos a marcar un antes y un después en la humanidad:
- Crecimiento de la demanda de servicios basados en satélites: desde internet, sensores remotos, observación de la tierra… servicios muy aterrizados a las necesidades reales de la población: comunicaciones, anticipación de desastres, comunicaciones, etc. todo bien sazonado con un toque de democratización en el acceso a necesidades básicas y uso de datos.
- Avances tecnológicos: en los sistemas de propulsión (energía), el diseño de satélites y otras tecnologías que permitan lanzar y operar misiones de una forma más eficiente en tiempo y dinero.
- Inversión privada: El nuevo enfoque y la bajada de costes dará entrada a nuevos jugadores que alimentarán la competición y la innovación.
- El soporte gubernamental: las potencias mundiales apuestan fuerte en este ámbito, tanto en exploración como desarrollo, dando seguridad al ecosistema creciente en apoyo externo y búsqueda de soluciones innovadoras
- Turismo espacial: esta industria aumentará mucho su valor en los próximos años y de ella surgirán nuevas oportunidades de negocio vinculadas.
El nuevo espacio no es Elon Musk jugando con cohetes. Hay una encrucijada de negocio, tecnología y futuro muy relevante.
Pongamos primero el foco en cómo las posibilidades de negocio han guiado a la tecnología en los últimos años, haciendo más accesible el sector espacial a nuevos actores y al público general como consumidor de sus resultados.
- CubeSats: Son satélites pequeños, de bajo coste, que pueden utilizarse para multitud de aplicaciones como: observación de la tierra, investigaciones científicas o comunicaciones. Estos pequeños satélites permiten producción masiva y los costes y tiempos de desarrollo nada tienen que ver con los satélites tradicionales
- Servicios de lanzamiento de pequeños satélites: Ya que disponemos de estos pequeños satélites, tiene sentido ofrecer su puesta en órbita con un enfoque de costes competitivo. Tenemos de ejemplo Rocket Lab o Virign que han permitido que empresas y organizaciones investigadoras hagan sus lanzamientos a costes mucho menores que los del espacio tradicional.
- Servicios de Internet por satélite: SpaceX o OneWeb hacen accesibles las comunicaciones a zonas remotas o incomunicadas de todo el mundo. Pueden hacerlo a través de grandes constelaciones de satélites de bajo coste.
- Minería espacial: Planetary Resources y Deep Space Industries están confeccionando modelos para extraer recursos de cuerpos celestes y asteroides.
- Servicio y construcción en órbita: Está claro que es más fácil construir en el espacio que hacerlo en la tierra y luego trasladarlo. Por ello Astroscale y Effective Space están desarrollando un modelo de negocio entorno a esta idea y con mucho tinte de sostenibilidad ya que se incluye la creación, servicio y reparación de satélites y hasta repostaje, todo en órbita.
A continuación, es momento de que exploremos el argumento contrario, donde la tecnología empuja los casos de negocio.
- Cohetes reutilizables: Tenemos el ejemplo de Space X que ha habilitado la reutilización en servicios de lanzamiento reduciendo enormemente los costes.
- Plataformas de pequeños satélites modulares, escalables y customizables: habilitando que los clientes puedan diseñar y lanzar sus pequeños satélites a medida de sus necesidades y a bajo coste.
- Sensorización remota: Con el desarrollo de nuevos sensores y procesamiento de imagen se abren oportunidades para dotar a la agricultura, la energía, la minería, los servicios de salvamento, etc a utilizar datos e imágenes de alta resolución que las constelaciones de pequeños satélites nos brindan. Ejemplos de esto son Planet Labs y BlackSky Global.
- La robótica espacial habilita la posibilidad de los modelos de servicio y mantenimiento en órbita para satélites. Ejemplo de esto es Effective Space Solutions y con ello se consigue extender la vida útil de los satélites y abaratar los costes de operación.
- Y no nos podemos olvidar de la inteligencia artificial que nos permite evolucionar el mantenimiento predictivo por ejemplo o mejorar el procesamiento automático de datos de manera que se puedan tomar decisiones a través de la observación de la Tierra.
En definitiva, hay casos de uso que impulsan a la tecnología y tecnologías que abren nuevos casos de uso que no habíamos imaginado. El espacio nos está abriendo oportunidades tremendamente importantes, y esto acaba de empezar. Apostar por las dos opciones, nos puede llevar a otra galaxia.