La medida del impacto de la innovación en los resultados empresariales es uno de los asuntos más espinosos y con mayor complejidad dentro de este mundillo. Así que en este artículo pretendo desmitificarlo, para que se pueda aplicar a cualquier empresa.
Qué es el impacto económico de la innovación empresarial y cómo se mide
La innovación es una función más que debe realizarse en la empresa. Y como cualquiera, como el marketing, las operaciones o las finanzas, necesita medirse. Los números que nos dicen de qué está consiguiendo la innovación a la empresas es lo que se llama “el impacto económico de la innovación”.
Aunque tanto el manual de Frascatti y el manual de Oslo, las dos biblias de la gestión de la innovación publicadas por la OCDE, indican cómo medirlo, las soluciones que ofrecen están más orientadas al ámbito “macro” que al “micro” empresarial.
De acuerdo al manual de Frascatti, una empresa innovadora es la que ha invertido en I+D durante un periodo de tiempo. De aquí se obtiene cuál es la inversión en I+D realizada por un país o una empresa y el porcentaje de la facturación de las empresas que destinan a la inversión en I+D, el dato de “Intensidad de la innovación”. En España, apenas el 1,29%.
De acuerdo al manual de Oslo, una empresa innovadora es la que ha lanzado con éxito un nuevo producto, un nuevo proceso de producción, un nuevo método organizativo o un nuevo método de comercialización en los últimos 3 años.
Los indicadores que ofrece el manual de Oslo son fundamentalmente 3:
- Los ingresos generados por nuevos productos en las empresas
- Los ahorros de coste generados por nuevos procesos de producción, métodos organizativos o de comercialización
- Las mejoras de productividad conseguidas por las empresas gracias a la innovación
Si unimos estos indicadores, al final podríamos obtener un indicador base para medir el impacto económico de la innovación en la empresa: la tasa de retorno de la innovación.
Este indicador se calcula como el cociente entre los ingresos obtenidos y los costes invertidos. Dentro de los ingresos, aparecerán los flujos de caja positivos de los indicadores que propone en el manual de Oslo. Para los costes, se incluirán todos los gastos relacionados con la I+D+i en la empresa, que incluye gastos de I+D internos (salarios, seguridad social, instalaciones, suministros…), I+D externa (contratos con universidades, centros tecnológicos, consultoras…), adquisición de maquinaria y software, formación, diseño de nuevos productos y servicios o preparación para la producción.
En España, el 70% de los gastos relacionados con la innovación empresarial tecnológica se refieren a gastos en I+D. Sin embargo, éste es un indicador más de eficiencia que de resultado.
Así que ajustando más el tiro, podemos utilizar otros elementos que nos ayudan a ver el impacto económico de la innovación empresarial y cómo la inversión afecta a la competitividad de las empresas. Es decir, una de las preguntas relevantes es: ¿una empresa que innova qué consigue?
Existen 3 indicadores fundamentales a tener en cuenta para tratar de medir y responder a la pregunta:
- La relación de la innovación con las ventas de la empresa
- La relación de la innovación con las exportaciones
- El impacto de la innovación empresarial en la oferta y cartera de productos de la empresa
Impactos económicos indirectos de la innovación empresarial
Por otro lado, en una economía cada vez más intensiva en conocimiento, los impactos intangibles de la innovación son innegables. Tanto es así que el modelo de “empresa innovadora” desarrollado por la Fundación COTEC los incluye como uno de los resultados de la innovación que son necesarios medir, cuantificar y poner en valor.
Un proyecto de innovación puede generar nuevos intangibles que pasan al activo contable de la empresa: patentes, marcas o modelos de uso. Estos activos son relativamente sencillos de medir y existen metodologías financieras avanzadas que lo permiten. Así podremos obtener valores de marcas o de una patente.
Incluso también se puede generar nuevo conocimiento, que realmente no pasa al balance de la empresa, pero sí que está dentro de su capital intelectual. Pero esto ya es más complicado de medir, sobre todo si los queremos realizar proyecto a proyecto.
Para rizar el rizo, un proyecto de innovación empresarial también afecta a otros activos intangibles, modificándolos:
- En la imagen de marca de una empresa
- En su posicionamiento
- En el impacto medioambiental
- En el capital intelectual que ya existía anteriormente
- En el atractivo de una empresa como empleador
¿Cómo se puede medir el impacto del lanzamiento gratuito del nuevo disco de U2 con Apple (una enorme innovación comercial) en su posicionamiento en el mercado musical?
El reto es complejo. Así que debemos recurrir a calcular efectos multiplicadores y un poco de ingeniería matemática para obtener el resultado de los cambios en que la innovación empresarial provoca en los activos intangibles actuales.
Algunas grandes empresas ya lo están intentando desarrollando modelos propios. Sin embargo, a nivel de gestión de un departamento de innovación de una empresa mediana mi recomendación es que no interesa cuantificar al 100% estos valores, sino utilizar aquellos que realmente podemos obtener, como las patentes.
La innovación empresarial tiene impactos directos en la cuenta de resultados
Vamos con datos reales, que aparecen recogidos en la Radiografía de las empresas innovadoras en España, realizado por Innolandia.es. Porque la innovación empresarial sí que ha demostrado tener impacto en la cuenta de resultados de las empresas.
El primer dato es el que la intensidad de la inversión en I+D de las empresas innovadoras es del 1,29%. De hecho es curioso que la intensidad de las pymes sea del 3%, aunque proporcionalmente no son muchas las que innovan (apenas un 0,3% del total) en relación a las grandes (26%).
Existe un estudio interesante realizado en España es el desarrollado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), que desarrolló un análisis econométrico de cuál era el impacto de la innovación en las empresas españolas.
Los datos no dejan lugar a dudas: invertir en innovación es rentable para las empresas.
La tasa media de retorno de la inversión en innovación está alrededor del 10%.
Este valor varía bastante entre diferentes tipologías de empresas. Por ejemplo, las empresas industriales son las que mayor rentabilidad obtienen de la inversión en innovación y menos las de servicios. O sobre todo, son las empresas de media y alta tecnología las que obtienen mayor rentabilidad.
Si analizamos los 3 factores que comentamos en el primer apartado, podemos llegar a conclusiones interesantes:
- Invertir en innovación multiplica las ventas. Los datos muestran que por cada euro que se invierte en innovación, las ventas aumentan en 3,4 euros. Y esta multiplicación tiene más impacto en empresas que ¡invierten poco en innovación!
- Invertir en innovación aumenta la probabilidad de las empresas de tener éxito en sus exportaciones en un 12%. Más aún, de acuerdo a los datos del observatorio europeo IMP3rove, las empresas innovadoras, exportan el doble que las que no lo hacen.
- La innovación ayuda a transformar la cartera de productos de las empresas. Las ventas de nuevos productos supusieron el 33% de las ventas totales de las empresas innovadoras. Esto quiere decir, que la innovación ayuda a sustituir las ventas de productos obsoletos y a mantener y mejorar el atractivo de las empresas.
- De acuerdo a otro estudio realizado por FECYT en 2010, el 60% de las empresas que innovaron dijeron que habían tenido impactos claros y directos en la cuenta de resultados: un 42% aumentó sus ventas y un 18% ahorró costes.
Terminamos este apartado con algunos impactos intangibles que no pueden pasarse por alto: las empresas más innovadoras sólo redujeron un 2% el empleo durante los años de crisis y consideran en un 75% que la innovación tiene un impacto positivo en su imagen de marca en el mercado.
5 argumentos finales para convencer al Comité de Dirección
Con los números en la mano, el impacto de la innovación empresarial en los resultados de las empresas es innegable. Así que concluimos este artículo con 5 recomendaciones que pueden ser útiles para convencer al mítico Comité de Dirección para que aporte más recursos a la innovación:
PRIMERO. La innovación empresarial puede ofrecer una rentabilidad del 10%. ¿Cuántas campañas de marketing o inversiones se han hecho en la empresa que no han llegado a esta cifra?
SEGUNDO. La innovación puede ayudar a incrementar las ventas a medio plazo. Si necesitamos darle un empujón, esto es lo que necesitamos. Pero no va a tapar de forma inmediata un problema de ventas. Es medio plazo.
TERCERO. Si la empresa quiere salir a mercados exteriores necesita innovar. Desarrollar nuevos productos o procesos de producción más eficientes permite tener el doble de ventas que si no se aplica la innovación.
CUARTO. Con los cambios radicales del mercado en los últimos tiempos, la renovación continua de productos es fundamental para poder mantenerse. Y la innovación empresarial es la forma de contar con una cartera de productos renovada y en evolución constante.
QUINTO. La innovación permite a la empresa contar con nuevos activos que se pueden medir económicamente, como patentes, marcas, etc… aumentando el balance de la empresa, además de otros activos intangibles, pero de claro valor.
En mis años de experiencia en gestión de la innovación te puedo asegurar que he visto en centenares de casos cómo la innovación, de verdad, ayuda a transformar las empresas para mejor
Ánimo!