Esto va de talento, de valores, de buenas personas y de trabajo duro. Hoy entrevisto a mi admirada Elena Arnaiz. Siempre con una sonrisa y una mano que te ayuda. Una energía increíble. Pero, para mí, un ejemplo de lucha. Supo superarse de adversidades duras. Transformó su dolor en poder. El poder que transfiere cada día, desde que se levanta hasta que se acuesta. Ha transformado vidas. Ayuda a que ese talento que tenemos en el interior, lo explores y, sobre todo, lo explotemos. Elena Arnaiz es quizás, una de las personas más solventes que conozco en el campo de la gestión del talento.
Estudió psicología, y todo su potencia la volcó hacia el talento y el desarrollo profesional. Le gusta el campo de batalla. Siempre he dicho que me llevo bien con quien tiene cicatrices, está en la trinchera y se mancha de barro. Para mí es el secreto de la autenticidad.
Y ella lo hace en su día a día, en las sesiones de trabajo individual. Ha desarrollado los mecanismos que activan el talento de cada persona, que permiten trazar estrategias adecuadas a sus objetivos y entrenar las competencias necesarias para comunicarlo y llevarlo a la acción.
En el ámbito de la empresa le apasiona trabajar para entender el impacto que tiene la gestión de personas en los resultados de la organización. Y en cómo el diseño de contextos organizacionales saludables contribuye a tener personas saludables. Y tener personas saludables permite alzar su talento al punto máximo, desarrollar su potencial e impactar con más fuerza en los resultados de la empresa.
Elena acaba de volcar método, ideas y mucho conocimiento en uno de los libros más prácticos sobre la gestión de talento que conozco. Acaba de publicar Pon tu Talento en Acción, y de él hablaremos en esta entrevista. Además, es una gran formadora: por ejemplo, en el Master de ESIC Business School. Y, lo más importante, presume de ser de Moreda de Aller, un pueblo magnífico de Asturias. Y la línea de su CV es ser la pregonera de su pueblo en las fiestas en honor en San Martín.
—Elena, muchos años sudando la camiseta, trabajando con personas de todo tipo ayudándolas a abordar desafíos importantes. Y ahora llega tu primer libro, ¿qué nos encontramos en él?
Un sistema probado después de horas y horas de sesiones individuales y grupales con mis clientes y alumnos. Te permite tener un marco con el que ordenar las piezas que impactan con más fuerza y puedas conseguir tus objetivos profesionales. Para que tu vida sea mejor.
Contundencia, rigurosidad, amplitud de elementos y componentes para analizar en detalle. Metodología para ordenar y simplificar muchas de las ideas asociadas al desarrollo del talento y también, por supuesto a la marca personal. Eso es Pon tu Talento en Acción.
Psicología, personas y talento
El libro es una mirada holística del desarrollo con la psicología humanista como hilo conductor. Pone a disposición del lector técnicas de coaching, orientación profesional, marketing personal, personal branding, metodologías ágiles y de lean startup. Detallo todo esto pero sin que la persona se entere de que lo está aplicando. Porque a mis clientes les importa la funcionalidad, no las metodologías que yo uso para alcanzarlo. En el libro también hago esto. Les explico lo que necesitan, aunque la teoría es lo que me permite llegar hasta ahí.
Pon tu Talento en Acción usa una simplicidad en el lenguaje. Pero profundizo en muchos conceptos.
Me permite coger de la mano a toda persona que sienta que a nivel profesional está en un callejón frío y oscuro. O en la trastienda de cajón de sastre en la que sabe que hay mucho valor, pero que de tanto usarla y de tanto vivir dejándose llevar por la inercia, ya no es capaz de encontrar ni de valorar nada.
A partir de esa punto, iniciamos un recorrido en el que la persona se encargará de poner orden a sus competencias profesionales (explico cómo hacerlo en el almacén). Orientarlas hacia el valor que aportan a los demás y hacia el objetivo que cada persona se plantee (y eso lo hacemos ‘en el taller’). Finalmente se elabora la comunicación, tanto escrita como oral, para contribuir a que los demás nos reconozcan por los resultados que nuestro talento promueve en el mundo (y esto hacemos ‘en la tienda’).
El otro día me ponían en LinkedIn algo que condensa muy bien la intención del libro: un libro para reconstruirse cuando tu vida laboral se venga abajo. Te esté asfixiando o mejor, mucho antes de que vivas la inevitable falta de control sobre las circunstancias que te rodean. Todo eso, y mucho amor.
Los espacios del desarrollo personal
—De la trastienda a la tienda, ¿cómo has diseccionado ese espacio para el desarrollo personal?
Todas las personas que nos hemos acercado al concepto de marca personal hemos hablado de salir “ahí afuera”, del escaparate, de la trastienda incluso. Siempre que inicio un proceso con mis clientes siento que me los encuentro en un callejón oscuro, frío, poco visibles.
En mi cabeza, los visualizaba así. Y pensaba «madre mía con la cantidad de espacio bonito y brillante que tienen y ni siquiera se pueden imaginar que lo tienen». Así que a partir de ahí, trabajábamos en la idea de entrar juntos en su espacio. Su espacio de desarrollo profesional.
Como estaban en el callejón entramos en su espacio por la trastienda. Y descubríamos que tantos años de acumular sin orden ni concierto les estaba asfixiando. Así que antes de pasar a la visibilidad y a la comunicación (la tienda) nos tocaba hacer un gran trabajo de organización (almacén) y de estrategia y diseño de producto (taller)
Las puertas de todas estas estancias deben quedarse abiertas. Un desarrollo profesional saludable implica recorrer los cuatro espacios de forma regular y dedicar tiempo y energía a aquellas estancias que más necesitemos en cada momento.
Y la trastienda la trabajamos de forma transversal, una cosa de cada vez. Volvemos a ella cuando encontramos piedras en el avance de las otras estancias. La persona toma consciencia de forma autónoma de la necesidad de cambio y mejora de esos aspectos.
Las personas solo cambian cuando quieren hacerlo, cuando entienden por qué, cuando ven el beneficio de tanto esfuerzo o cuando no les queda otra. Introspección a través de la acción. Funciona.
A las personas les sirve para entender conceptos tremendamente complejos, para tener una visión clara de su situación y de su estrategia. Y ahora en mis formaciones presenciales lo dibujan. Increíble todo lo que sale ahí y lo inspirador que les resulta.
El desarrollo personal es un proceso para potenciar nuestro talento
—Me gusta el concepto de trastienda.
1.- ¿Todo desarrollo personal necesita un trabajo mental exigente para crear bases sólidas?
No hay desarrollo personal sin un trabajo de altísimo nivel en nuestros procesos psicológicos, en nuestras creencias y en las atribuciones y interpretaciones que realizamos de los hechos. Todo empieza en la persona, y hasta que no esté mínimamente conectada con ella misma no avanzamos en el proceso. Creo que la contribución que hacemos los psicólogos al desarrollo profesional, desde este punto de vista, es imprescindible. No imagino cómo se puede trabajar con una persona sin haber ahondando e intervenido sobre todos estos aspectos psicológicos previamente.
2.- ¿Cuáles son las señales que te hacen entrever que una persona tiene, como mínimo, la trastienda desordenada?
- Baja autoestima,
- falta de energía vital,
- creencias distorsionadas de la realidad que la dejan sin capacidad de maniobra,
- uso de la queja como recurso estrella para evitar pasar a la acción,
- ego exacerbado,
- dificultad para poner límites en sus relaciones,
- un discurso desordenado y pobre sobre sí mismo.
Podría continuar, los síntomas de trastienda desordenada son infinitos, su capacidad de hacernos daño e inmovilizarnos también. Y recuerda que no hay talento si no hay acción.
¿Hay que saber soñar para crecer como personas?
Rotundamente… ¡sí! Es gasolina para el plan de acción.
En cada una de tus acciones, pregúntate ¿es esto lo que quiero para mi? ¿hacer esto me acerca a la vida que quiero llevar?
- Y esto solo se consigue cuando te alimentas de tus aspiraciones.
- Tus sueños contribuyen directamente a tu capacidad para fijarte tu meta.
- Ahora bien, a tu meta tienes que aplicarle filtros para fijar objetivos que te aseguren alcanzarla. Si no son realistas, tendremos que ir al taller a identificar qué plan de formación necesitamos para mejorar nuestro talento. Si no son tan importantes para ti, no aguantarás el “chapazo” que implican.
- Una vez que superan estos filtros, los objetivos se materializan en acciones.
- Acciones que, a través de la repetición (y de toneladas de esfuerzo), se convierten en hábitos.
- Hábitos que nos permiten definir los indicadores que estamos esperando que ocurran con respecto a nuestra vida profesional.
- Cuando ejecutas las acciones y las temporalizas en tu agenda, entonces y solo entonces….
- consigues resultados e incrementas las posibilidades de que tus sueños se conviertan en realidad.
La versión reduccionista y simplona de todo este proceso es aquello de… “si puedes soñarlo, puedes lograrlo”. Ya, claro, pero si te saltas todos los pasos que acabamos de mencionar, puedes lograrlo, pero solo en tus sueños. La gran pregunta es… ¿estás dispuesto a hacer todo lo que implica conseguir tus sueños?
Autoconcepto equilibrado
—Hablas de autoestima, valores y algo que me gusta cada vez más, el autoconcepto.
1.- ¿Por qué el autoconcepto es cada vez más relevante para trabajar en nuestras capacidades personales?
Porque si no sabes lo que tienes, si no lo valoras (si no lo amas) y si no tienes una idea clara de cómo te perciben los demás es imposible que puedas construir. Tampoco comunicar tu propuesta de valor como profesional ni, por supuesto, como persona.
En los últimos años en los que la visibilidad se ha convertido en imprescindible para nuestros modelos de negocio y para una óptima gestión de nuestra marca personal, es fácil deducir que sin estos aspectos bien trabajados tu huella va a ser débil. Detrás de una marca personal sólida y atractiva hay un autoconcepto equilibrado. Y fuertemente entrenado.
2.- ¿Cómo podemos mejorar nuestro autoconcepto?
Con el trabajo de trastienda y de almacén. En el libro lo detallo pero, a modo de resumen:
- Conocer lo que tenemos. Talento son acciones. Y estas se ponen en marcha de una forma increíble cuando se nos presentan incidentes críticos que elevan nuestro nivel de competencia. Recordar estas situaciones, el reto que se nos planteó, las acciones que pusimos en marcha y los resultados que obtuvimos nos ayudan a darles datos objetivos a nuestro cerebro para conseguir acercarnos al segundo factor;
- Valorar lo que tienes. La autoestima crece a través de la acción. No sirve de nada que yo te hubiera dicho hace años: “Javi, vas a tener el mejor think tank de management de España y Latinoamerica”. En tu cabeza, antes de que pases a la acción, te habla el miedo y te dice no, que tú no.
Cuando pasas a la acción consigues dos cosas: decirle a tu miedo que se calle y escuchar lo que los demás tienen que decir de tu talento. Y mejorarlo. Y crecer.
- El tercer elemento implica estudiar y analizar la percepción que los demás tienen de nosotros. Con un fino equilibrio, ni podemos depositar la valoración que hacemos de nosotros mismos en base a lo que una persona nos diga ni podemos obviar sus opiniones. Puesto que talento es acción que ocasiona un beneficio en los demás, hay que escucharles.
Si no estoy atento a las acciones que con más fuerza contribuyen a aportar valor a los demás me estoy alejando de mi talento.
La búsqueda de ese equilibrio es eterna. Si te paras o si vas demasiado rápido, pam. Te caes. La buena noticia es que nuestra capacidad de levantarnos también es infinita.
Gestionar nuestra atención puede ser crítico para nuestro talento
—Hay quien considera que los ‘dados están tirados’, que no hay posibilidad de salir de una situación concreta, sobre todo cuando estás en el pozo. Las crisis traen muchos dramas en este sentido. Cuando te encuentras esta situación, ¿por dónde te suele gustar empezar a trabajar?
Por lo que hicimos en el pasado en ocasiones similares. Recordar a nuestra mente las veces en las que sí pudimos. Por recordarnos nuestra poca importancia con respecto al impacto de nuestras acciones en el mundo, reducir y relativizar la carga dramática es importante.
Poner nuestra atención en lo que sí podemos hacer, aceptar que la vida es, per se, injusta porque no atiende a ninguna de nuestras leyes, por más que nosotros nos empeñemos en controlar lo incontrolable.
Y derivar a mis colegas psicólogos clínicos cuando la mente nos juega malas pasadas y entra en modo disfuncional. Hacer terapia, en estos casos, para poder seguir creciendo debería de ser obligatorio. Como cuando te tomas el antibiótico cada 8 horas que te receta el médico sin rechistar. Ojalá el mundo hiciera más casos a los especialistas en salud mental.
—El miedo… gran protagonista en tu libro, y en la vida. Nos tiende a paralizar, pero, ¿cuáles son las 3 cosas que sueles recomendar para tratar de negociar con el miedo interior?
- Dejar de luchar contra él.
- Aprender a vivir y actuar con miedo.
- Recordarle la cantidad de cosas que puedes hacer con él al lado y agradecerle lo cantidad de pistas que te da sobre cuál es el camino.
—Comunicar, contar una historia sobre ti mismo, tus objetivos, tu proyecto. Otro gran tema de este libro. ¿Cuáles son los errores típicos en los procesos de comunicación personal?
- Hablar de ti. A las personas no les importamos nosotros. A las personas les importan ellas. Háblales a ellas, de ellas y de cómo con lo que tú tienes les vas a ayudar a ellas. El resto es ruido en sus cabezas.
- No parecerte a ti. El impacto en la comunicación se produce cuando la persona ha hecho el enorme ejercicio de autoconocimiento y valentía de parecerse a ella misma. Por eso no hay un solo patrón de comunicación eficaz, caben todos los perfiles y toda la diversidad que podamos imaginar. Ten el valor de parecerte a ti.
- No conocer cuáles son los beneficios que promueves en los demás y no valorarlos. Si tú mismo no te contratarías ¿cómo crees que lo van a hacer otros? Busca hechos y resultados en tus acciones actuales y futuras y, si funcionan, dilo alto y claro. Y, si no lo hacen, busca la forma de mejorar. Y cuando lo tengas, dilo alto y claro. El mundo está esperando tus soluciones.
Los antídotos contra el egoísmo
—Hablas de transformar dolor en amor. De tomar acción, incluso aportas 13 ideas maravillosas en tu libro. Dices, “salir del egoísmo es el único antídoto”. Por favor, resúmenos 5 ideas titulares para tomarnos ese antídoto.
- La vida no es justa. La vida es.
- Nacemos, vivimos y morimos en la más absoluta de las soledades. En los momentos más duros de tu vida solo te tienes a ti. Si tú no estás nadie puede venir a rescatarte. Cuánto más tardes en asumir esto, más complicada será tu vida.
- A la vez, el ser humano es absolutamente social. Salir de nuestro egoísmo es buscar el alivio de nuestro dolor en el amor con lo que das lo mejor de ti a los demás.
- Solo hay un sentimiento más fuerte que el dolor: el amor. El amor con el que te acercas a intentar que la vida de los demás sea mejor con lo que quiera que hagas, digas y pienses. Cuando te focalizas ahí, tu vida (aún llena de dolor) es mejor.
- La vida, aún con todo esto, es maravillosa. Nuestro cerebro está perfectamente diseñado para atenuar, para reconducir, para suavizar, para vivir en el ahora, para agradecer este preciso momento. Disfrutemos de ella.
¿El ego puede ser un ‘arma de destrucción’ de desarrollo personal?
—Qué aspectos definen a una persona egocéntrica y que le pueden truncar en su desarrollo?
Talento, comunicación y marca personal tienen en común la orientación a los demás. Promover un beneficio en los demás.
Si yo quiero todo el beneficio para mi (egoísmo), todo tiene que girar alrededor de mi (egocentrismo) y considero que yo estoy por encima de las personas a las que me dirijo (egolotría), entonces no hay solidez en la propuesta de valor. No hay comunicación eficaz porque solo me hablas de ti. Y, para más colmo, como desprecias el feedback de los demás por considerarlos inferiores a ti, tu talento y tu propuesta de valor se deterioran cada vez más. Esto tiende a extinguir tu modelo de negocio y a dañar de una forma profunda tus estructuras psicológicas. Casi nada.
—Al hilo de lo anterior, el narcisismo parece que está en alza, según algunos estudios. ¿Esto es otro problema más sobre el que trabajar con nosotros mismos?
El narcisismo, por simplificar mucho, es llevar al extremo el egoísmo, el egocentrismo y la egolotría ¿y sabes cuál es el verdadero drama de este trastorno? Que muchos narcisistas están leyendo esto. Pero como su propio trastorno les lleva a pensar que lo que yo digo ellos ya lo saben, lo han vivido o, peor aún, se cuestionan quién soy yo para decir esto, jamás le van a poner remedio.
¿Y sabes con quién trabajamos los psicólogos en un porcentaje altísimo? Con víctimas de grandes ególatras y narcisistas. Como con este patrón de personalidad casi nunca vamos a trabajar es crítico que lo hagamos en nuestro autoconcepto y en nuestra capacidad para poner límites. Algún día escribiré un libro sobre esto.
Personas tóxicas
–Hablemos de personas tóxicas, ¿nuestra relaciones con los demás pueden truncar/facilitar nuestras posibilidades de desarrollo personal?
No son las personas en sí mismas. Son las relaciones que establecemos con los demás las que nos pueden generar toxicidad. Así, hay una parte de responsabilidad en las otras personas pero otra parte nos corresponde. Y asumir esto nos deja capacidad de maniobra. Por eso mi obsesión con:
- Entrenar nuestra capacidad de identificar perfiles de personas con patrones que se anteponen a nosotros una y otra vez en sus demandas, en sus peticiones, etc.
- Observar los hechos y no las palabras que los demás tienen con nosotros. Y dar respuesta adecuada a los hechos y no a las expectativas que nos hemos generado en torno a sus palabras.
- Tomar la distancia necesaria en las relaciones que de forma recurrente nos hagan sentir mal y marcar de forma clara, sistemática y contundente el límite por el que no vamos a pasar. Son ellos los que tienen miedo a ser descubiertos en sus mentiras, son ellos quiénes tienen la autoestima absolutamente destruida. Son ellos quiénes buscan compensar su daño infringiéndotelo a ti.
- Cuídate. Valora tu energía por encima de todo.
- Invierte el máximo de tiempo posible con personas que te hagan crecer, que te inspiren.
- Conviértete en una de ellas. Es el único antídoto para enfrentarte con éxito a las que no lo son tanto y no te queda otra que lidiar con ellas en momentos determinados de tu vida.
- Bonus: No te cases jamás con uno/una de estos. Y no, no es broma.
Marca personal: en cada acto, dejas huella
—Entre lo que soy y lo que aspiro a ser dentro de 3 años, hay un camino lleno de desafíos, decisiones y mucho aprendizaje. Pero, en ese camino,
1.- ¿me puedo olvidar o descuidar mi marca personal?
Dejas marca con cada uno de tus actos, de tus palabras y de tus silencios. Dejar de cuidar tu marca implica que te estás dejando de cuidar a ti. Porque estás haciendo menos, porque estás entrando en piloto automático.
Porque otra vez empiezas a descuidar tu atención de los resultados positivos de lo que haces. Y otra vez tu autoestima baja. Algún día entenderemos que trabajar tu marca personal es algo inherente a estar vivo. Hacerlo de forma estratégica (pensando por anticipado qué quiero conseguir y cómo quiero comunicarlo) es condición sine qua non en el momento actual.
2.- ¿cuáles son los ingredientes imprescindibles que siempre debemos trabajar a nivel de marca personal?
Callejón, trastienda, almacén, taller y tienda. O lo que es lo mismo:
- análisis de la situación y el contexto actuales
- toneladas de autoconocimiento, conocimiento y puesta en orden de nuestras competencias profesionales y personales
- diseño de nuestra estrategia y plan de acción, elaboración y comunicación de nuestra propuesta de valor,
- preparación de todos los elementos de comunicación que nos van a permitir contactar con las personas a las que potencialmente van a disfrutar de los beneficios de nuestro producto (a nivel hablado, escrito, offline o online),
- amor por lo que hacemos, por los demás y por nosotros.
En nuestra vulnerabilidad reside nuestra mayor fortaleza
—Elena, trabajaste y trabajas con muchas personas con distintos perfiles. Me gustaría acabar esta entrevista con una historia. ¿Puedes contar el caso de alguien con quien hayas trabajado y de la que te sientas orgullosa? (sin decir nombres)
Siento orgullo de todas y cada una de las personas que un día decidieron pedir ayuda y dar el primer paso para pasar a la acción. En nuestra vulnerabilidad reside nuestra mayor fortaleza.
Pero aquellos que viven en un contexto familiar, sociocultural y económico que no se lo pone fácil y aún así luchan con uñas y dientes me roban el corazón.
Aún tengo por mi Instagram un chavalín que tenía a su madre en la cárcel y que se crío con un abuelo que le pegaba día sí y día también. Un día me miró con aquellos ojos negros llenos de vida y me dijo que yo era la primera persona que le decía algo bueno de él. Ahora trabaja de mozo de almacén en Almería, y sube alguna historia con su carretilla y alguna otra con su novieta sonriendo y yo me muero de la emoción.
Lo mismo me ocurre con las circunstancias personales: estando ella en tratamiento de un cáncer de ovario, su marido se murió de un ictus. Así, de la noche a la mañana. De una situación acomodada económicamente, se quedó sin poder trabajar ella y con una pensión de viudedad que no le llegaba para sus hijos que ya empezaban a la universidad.
Aún con los efectos de la quimio en el cuerpo y en pleno proceso de duelo, su energía era impactante. Lo consiguió, salió de ahí. Tras muchas sesiones a través de zoom la conocí en persona cuando acabé una conferencia. Guardo nuestro abrazo en lo más profundo de mi corazón.
Si ellos pudieron, si consiguieron sacar fuerzas, nosotros también podemos encontrar nuestra particular y única forma de mirar de frente a la vida.
Te invito a forjar cada día tu propia historia. Te invito a poner tu talento en acción.