Mint.com nos trae un gráfico con un resumen de cifras al respecto. Analiza varios mundiales aunque lo hace en mayor profundidad con Alemania 2006 y Suráfrica 2010. Las cifras más relevantes del actual mundial se resumen así:
Gastos
Hay dos grandes partidas de gastos, inversiones en infraestructuras e inversiones en estadios. Por su carácter de inversión no son gastos propiamente dichos, pues proveerán servicios del capital durante su vida útil. La cuestión es si dichos servicios futuros serán realmente útiles o rentables: Suráfrica parece haber gastado casi 5.000 millones de dólares (M$) en la construcción de estadios. El resto, hasta un total cercano a los 6.000 M$, ha consistido en infraestructuras.
Ingresos por sponsors
Los partners pagan alrededor de 100 M$ cada uno durante el período 2007 – 2010, mientras los sponsors pagan unos 28 M$. Los patrocinadores nacionales, bastante menos. Un cálculo muy aproximado indica unos ingresos por patrocinio para Suráfrica 2010 de 900 M$.
Ingresos por entradas
Los ingresos por entradas más la compensación de la FIFA por albergar el Mundial ascienden a casi 1.000 M$
Ingresos por merchandising
Los productos con el logo de la FIFA son una mina. Se estiman unas ventas de 2.600 M$ en merchandising para el Mundial 2010. Pero la FIFA se queda con la mayoría de dichos beneficios.
Ingresos por derechos televisivos
Walt Disney y Univision han pagado 425 M$ por los derechos de este mundial y del próximo. Ingresos que, de nuevo, van a la FIFA.
Ingresos de los negocios locales
En Suráfrica 2010 se estima que los negocios locales (hoteles, restaurantes y otros) ingresarán unos 620 M$. Esta cifra es superior a la habitual debido a que las estancias medias serán más largas por la lejanía del destino. En Alemania 2006, los ingresos ascendieron a 300 M$.
Conclusiones
Las conclusiones son evidentes. El mundial de fútbol es un negocio redondo para la FIFA, un buen estímulo temporal para las empresas de hostelería del país que organiza el evento y una inversión muy dudosa para el país en su conjunto; el que el proyecto tenga una cierta rentabilidad a largo plazo o sea ruinoso económicamente depende de la utilidad real, fuera del evento, de las infraestructuras y estadios construidos para albergarlo.