Si España acudiera al médico le diría algo así como: Doctor, mi Economía se encuentra mal. Mis síntomas son: un desempleo cada vez mayor, mi nivel de déficit es muy elevado y tengo la prima de riesgo disparada. Mi sistema financiero no funciona muy bien y la tensión social crece cada día. ¿Qué me pasa?

Responder a esta pregunta no es fácil. Una de las pruebas básicas que podemos aplicar al paciente es estudiar sus niveles de recaudación fiscal. Nos importa el nivel general, pero también su composición. Nos puede dar pistas acerca de dónde pueden existir los mayores problemas de salud.

Con esta recomendación del doctor acudimos a la Agencia Tributaria, a sus informes mensuales de tributos, que nos permiten conocer con precisión la recaudación del sistema fiscal español. Comencemos por un año en el que la Economía daba muestras de fortaleza y veamos cómo ha evolucionado:

Veamos. La economía española recaudó en impuestos (entre el Estado y Comunidades Autónomas) más de 202.000 millones de euros en 2007. Es cierto que tenemos un problema, porque ahora esa recaudación es de casi 41.000 millones de euros menos. Se han dejado de recaudar 1 de cada 5 euros recaudados hace 5 años. 

Me dice usted que tiene un paro elevado. Es cierto, supera los 5 millones de personas, pero es curioso, sólo se ha reducido la recaudación sobre la renta del trabajo en unos 3.200 millones de euros en lo que llevamos de crisis. La recaudación de impuestos a través de las rentas del trabajo ascienden al 43,20% sobre el total (eso es mucho más que lo que representaban en 2007, el 36%). Por lo tanto, se ha destruido mucho empleo, pero ha tenido que pasar algo más, habremos de estudiarlo (en otro post), porque el impacto en el impuesto de la renta no ha sido afectado de forma drástica.

Los niveles de consumo parecen preocupantes, la recaudación del IVA así nos lo indica. En el 2011 se han recaudado casi 8.100 millones de euros menos que en el año 2007. Me dice que con una subida del IVA en julio de 2010 se trató de compensar la caída y que ahora acaba de aplicar otra. La de 2010 no le ha servido para mucho, veamos algún dato adicional:

.. Aplica una subida del IVA a partir de julio de 2010.

.. Entre enero a junio de 2010 (antes de la subida), España recauda 23.961 millones de euros.

.. Un año después, durante esos mismos meses (ya con la subida de IVA), la recaudación aumentó en 2.880 millones de euros. Esto es una buena noticia.

.. El problema es que en el año 2012, en esos mismos meses (enero-junio) la recaudación volvió a caer en 2.275 millones de euros. Así que, aproximadamente, la subida de 2010 le ha colocado en el 2012 a los niveles de 2010 y el incremento de recaudación se ha evaporado. Espero que no le ocurra lo mismo con lo que tiene previsto para 2012.

Sus niveles de consumo de productos “Especiales” han bajado, aunque muy poco. En su Economía se siguen usando combustibles, bebidas alcohólicas y tabaco. Son unos ingresos importantes, aportan más de 19.400 millones de euros y parecen estables; durante la crisis no han bajado de forma importante. Cierto que es fácil atacar a estos impuestos primero, precisamente porque su consumo se resiente “poco” ante la subida de impuestos.

Donde se detecta una alarma seria es en la recaudación del Impuesto de Sociedades. Sus empresas son el corazón. Bombean oxígeno a toda la Economía. Mantienen sus niveles de empleados. Crean valor añadido, es decir, PIB, que se convierte en renta (empleos y salarios) y beneficios (rentas de capital, ahorro e inversión). Son la clave para renovar su sangre a través de la innovación. Resuelven problemas y son el principal órgano de cualquier Economía. Un órgano que también genera una importante masa de ingresos públicos.

En 2007, las empresas pagaron en concepto de impuestos sobre beneficios más de 44.700 millones de euros, el 22,12% del total. ¿Cómo están esos ingresos hoy? Se han reducido en casi 29.000 millones de euros. Efectivamente, si en el 2007 las empresas pagaban 100 euros por generación de beneficios, ahora pagan 35. Y esto no es porque les hayan bajado los impuestos, sino porque no son capaces de generar beneficios. España ha reducido en 41.000 millones de euros su recaudación fiscal durante la crisis, 7 de cada 10 euros de esa caída de recaudación se debe a la reducción drástica de beneficios empresariales. 

Han desaparecido 197.000 empresas con más de un asalariado, según los datos del INE, desde 2007 hasta enero de 2012. Hay un 11% menos de autónomos desde 2007; las Sociedades Anónimas (las más capitalizadas) se han reducido en más de 17.000 (casi un 15%), aumentando sólo aquellas que se han quedado con un sólo empleado (síntoma de que cerrarán en cualquier momento). Los concursos para liquidar o refinanciar las deudas con proveedores y entidades financieras están atascando los juzgados, y los Expedientes de Regulación de Empleo son una realidad manifiesta en los últimos cuatro años. Pero esos ERE tienen un detonante, o causas, muy estructuradas en la ley y que explican el comportamiento observado en la recaudación:

1.- Causa económica negativa. Vinculada con las pérdidas persistentes de la empresa o, tras la reforma, con la posibilidad de llegar a alcanzarlas (es decir, que se ha producido una bajada sustancial de ingresos y rentabilidad).

2.- Causa productiva. Desajuste importante entre la capacidad productiva de la empresa (lo que puede producir con sus empleados e instalaciones) y lo que vende de forma efectiva. Si el desajuste es muy grande la rentabilidad se disipa y la empresa pierde capacidad de competir y se suele sumergir en un deterioro financiero y de rentabilidad importante.

3.- Causa organizativa. No es el detonante principal durante la crisis, pero tiene que ver con la duplicidad de puestos, la reestructuración organizativa, la introducción de cambios tecnológicos, etc.

¿Qué nos indica que la recaudación del Impuesto de Sociedades esté en mínimos pero en cambio el IRPF se mantenga más estable? Las empresas españolas están cumpliendo una función fundamental: mantener el empleo que pueden y abonar salarios. Está aportando el oxígeno que puede a la economía vía empleo mantenido (a pesar de haber destruido una cantidad importante), que a su vez permite aguantar la principal fuente de ingresos públicos de España, el IRPF.

Veamos cuáles han sido las principales reformas fiscales por el lado de los ingresos que se han tomado. Se detallan de forma pormenorizada en los informes de la Agencia Tributaria, pero resumiendo:

… Entre 2006 y 2009 se aplicaron un paquete de medidas que, cito textualmente “supusieron un 1,8% del PIB y explica 9,8 puntos de caída de los ingresos”.

.. En 2007, se aplicaron modificaciones en el IRPF y en el Impuesto de Sociedades que “generaron una inyección de renta disponible a las empresas y familias de 7.920 millones de euros” en rebajas fiscales.

.. En 2008, en la misma senda, se actualizaron los mínimos de cotización de IRPF (se aumentaron para que las rentas más bajas no pagaran), se aplicó una deducción de 2.500 euros por hijo y se aplicaron rebajas fiscales a las empresas por innovación, por creación de empleo y demás…en suma 10.040 millones de euros de bajada de impuestos, estimados por la Agencia Tributaria.

.. En 2009, “los impulsos normativos y los apoyos a la liquidez con impacto diferencial respecto a 2008 minoraron los ingresos tributarios en 7.145 millones de euros”. El principal impulso fue el derecho a solicitar la devolución mensual del IVA.

.. En 2010 se cambió la política. Empezaron las subidas de impuestos con medidas con un impacto de 6.140 millones de euros. Se suprimió parcialmente la deducción de 400 euros en retenciones, pagos fraccionados de las empresas, subida de IVA y subida de impuestos especiales.

.. Y en 2011 se vuelven a subir impuestos. Con impacto de 7.853 millones de euros, se nota el efecto de la subida del IVA impulsada en 2010, pero se aumenta el tipo del pago fraccionado para las grandes empresas, se eliminan deducciones (por ejemplo la deducción por nacimiento), se suben los impuestos al tabaco…

Como ven, se ha intentado de todo un poco. Al inicio de la crisis se han bajado impuestos, después se han subido, ahora se vuelven a subir, pero aún con todo la recaudación a 2011 es 41.000 millones (un 4% del PIB) inferior a la de 2007. Y durante los 6 primeros meses del año 2012 la recaudación ha caído otros 1.000 millones de euros respecto a los 6 primeros meses del año 2011. Eso sí, la caída se debe en exclusiva al deterioro del consumo (IVA e impuestos especiales al tabaco, alcohol, hidrocarburos…).

En el siguiente post haremos un análisis del comportamiento de los gastos públicos. Tenemos una gran preocupación entre la brecha de ingresos y gastos públicos y cómo esa brecha alimenta a la deuda pública para financiarla (y lo que nos cuesta esa financiación a través de la prima de riesgo). Ahora bien, ése no es el problema. Ahí no está el órgano vital de la Economía. Necesitamos de forma urgente ALGO que bombee valor añadido, que se nutra de empleos, que bombee renta y beneficios. Y ese algo se llama empresas. 

La prioridad para mejorar la salud de España es lograr crear actividad empresarial, beneficio para los promotores de las empresas. Los carritos de la compra en Mercadona se han vuelto mediáticos. Lo fundamental de dichos carritos es que se tienen que generar los mecanismos necesarios para que alguien ponga en las estanterías productos y que se generen beneficios poniéndolos ahí, y para que se mantenga y cree empleo en todo proceso (desde el agricultor que cultiva tomates hasta esa cajera asustada que tiene que cobrarlos). La economía es un flujo, el tomate puesto en la estantería genera un flujo de servicios y de actividades a su alrededor muy importante, motivado por beneficios empresariales, cierto, pero es el instrumento fundamental para crear empleo, sostener el consumo y con ello mejorar la recaudación de  impuestos en España.

El competir y el generar incentivos para ser más eficientes, productivos y rentables, ofreciendo nuevos productos o servicios, es el único entrenamiento para tener una economía sana. Sin actividad no hay ingresos ni futuro. Si este órgano vital falla, el resto pierde importancia.