El proceso de negociación con Grecia de las últimas semanas nos está impactando de forma importante en España por el grado de exposición de nuestro país ante un problema en la Unión Monetaria. Y en este proceso quizás la frase más repetida es ‘España no es Grecia’. Tras la magnífica acogida del artículo de Perpe “7 gráficos para comprender la historia económica reciente de Grecia”; muchos lectores nos han pedido una comparación Grecia/España y, con ello, mostrar algunos datos que permitan cotejar esta hipótesis que tanto se repite. Para este trabajo hemos tenido el privilegio de contar con la ayuda de Combarro, un brillante economista minucioso que tiene todo tipo de indicadores financieros analizados. Junto a él hemos seleccionado una serie de gráficos clave y unas ideas fuerza. La idea es aportar datos y que nuestros lectores juzguen.
1.- Desde la incorporación a la zona euro hasta el estallido de la crisis, Grecia registró un crecimiento medio del 4,1% anual frente al 3,6% de España. Tras la crisis, Grecia cae al -4.1% anual de promedio hasta el año 2014 que registra un valor positivo del 0,8%; mientras tanto la caída anual promedio del PIB en España fue del -0,7%.
2.- Evidentemente esta evolución del PIB tiene su reflejo en el nivel de empleo. La crisis situó a Grecia en un nivel de empleo inferior al de veinte años antes.
3.- Desde el punto de vista de las cuentas públicas, el nivel de deuda en Grecia cuando entró en el euro era del 100% del PIB, el proceso de expansión siguiente no fue aprovechado para reducirla, como sí se hizo en España, y llegó al punto crítico del año 2007 con niveles de deuda del 105% del PIB; recordemos que hubo quita de la deuda en el año 2012. A su vez, el déficit público llegó a superar el 15% del PIB en el año 2009. Por otro lado, la ayuda de las instituciones internacionales permitió que el tipo de interés implícito de la deuda fuera incluso inferior al de España, a pesar de que el mercado penalizaba mucho más a Grecia.
El elevado nivel de deuda de partida (2007) y los enormes deficit públicos posteriores eran munición suficiente para generar una dinámica explosiva en la deuda pública. No obstante, ha existido un elemento más en su contra, la caída del PIB nominal. En efecto, al considerarse las partidas de deuda y déficit en términos de PIB nominal (capacidad de pago), si el PIB nominal baja aumenta el cociente y, por tanto, agrava el problema.
4.- En los últimos años se hizo un esfuerzo considerable para la consolidación de las cuentas públicas. En 2014 se registró superávit primario y superávit estructural, dos muy importantes logros. En materia de ingresos el foco se puso fundamentalmente en los impuestos indirectos, elevándose 4 puntos del PIB desde la crisis, en contraposición a lo ocurrido en España a pesar de las subidas del IVA. Los esfuerzos en el campo de los gastos son notables desde el año 2011, bajando 5 puntos del PIB. Otra prueba significativa del esfuerzo realizado en capítulos de gasto en los últimos años es la contribución negativa del consumo público al crecimiento del PIB, que como se puede apreciar existió en Grecia una política mucho más restrictiva que en el caso de España.
5.- El deterioro en los indicadores de competitividad se pone de manifiesto en el Gráfico de la Balanza por Cuenta Corriente. Grecia llegó a registrar un déficit exterior superior al 16% de su PIB en el año 2008. La crisis posterior penalizó enormemente la demanda interna permitiendo bajar el déficit exterior a un 2% del PIB lo que vendría a proponer que los problemas de competitividad aún no están resueltos. Analicemos el déficit exterior desde el ámbito de la inversión y del ahorro. Como se puede observar, el nivel de ahorro ha venido cayendo en Grecia desde 1997, alcanzando niveles del 5% del PIB, valor extraordinariamente preocupante, al ser la variable clave para el crecimiento. Por otro lado, la inversión total se desplomó hasta niveles del 10% del PIB en 2014, dato muy preocupante; aunque lo es más el hecho de que la inversión privada haya bajado del 22% en 2007 al 6,8% en 2014, y esto, como bien decía mi compañero @lentejitas es un problema fundamentalmente de confianza en el país. La inversión es fundamental para el crecimiento, para el empleo y para la reducción de la tasa de paro.
6.- Finalmente, y no por orden de importancia, conviene tener en cuenta la estructura productiva del país, el peso de la construcción bajó hasta casi desparecer en la crisis y la industria se mantiene en un peso muy bajo. Se trata pues de una economía de servicios. La pregunta es, y ¿qué servicios?
Así las cosas, parece que la estructura económica de España y Grecia han compartido algunas similitudes pero quizás sea verdad eso de que ‘España no es Grecia’, ¿tú qué crees?. Hay mucho trabajo por hacer en Grecia y resulta evidente que el país sin ayuda externa no puede lograrlo (*).
(*) Análisis realizado sólo hasta el 31 de diciembre de 2014.
1 Comentario
Hablamos de cantidad, o de calidad? Debido al gran seguimiento que Grecia tiene últimamente en los noticiarios, nos hemos enterado de cómo funciona supuestamente el país, y hemos descubierto su economía sumergida, a unos ciudadanos que piensan que sus impuestos solamente sirven para perder poder adquisitivo, y donde se sospecha automáticamente de la gente si se descubre que tienen un saldo en su banco fuera de lo común, porque… Cómo puede haberlo conseguido? Sin embargo, aceptamos tranquilamente que alguien se salte las leyes para no pasar hambre, entonces… para qué sirven? En mi humilde opinión, hasta que no cambiemos de cultura, entendida como los hábitos sociales que son aceptables y los que no, estaremos en peligro de acabar como los griegos, aunque de momento nos hayamos librado de la insolvencia del Estado, que al final somo todos los que vivimos dentro de él.