El arte de crear está rodeado de mitos, el mayor de los cuales es que la creatividad nace de la inspiración: las creaciones originales son producto de genios. Pero la creatividad no es magia: sucede aplicando herramientas y pensamientos comunes a materiales existentes. Concretamente: aprendemos copiando, imitando, emulando.
Para empezar, no podemos crear algo antes de controlar a la perfección las herramientas importantes en el ámbito en que trabajamos. Por ejemplo, los artistas pasan sus primeros años de formación realizando repetitivamente trabajo rutinario, copiando e interiorizando los descubrimientos técnicos de artistas del pasado. Necesitamos copiar para construir los fundamentos de la comprensión profunda y el conocimiento.
Una vez hemos adquirido los pilares fundamentales a través de la copia, llega el siguiente paso: transformar. Crear, a partir de una idea, pequeñas variaciones. En estos retoques continuos de lo que ya dominamos podemos llegar a invertir mucho tiempo, pero es en este momento donde pueden llegar a producirse auténticos descubrimientos.
La primera parte del documental muestra esta experiencia en el sector de la música, en concreto a través del caso de Led Zeppelin. El documental muestra a unos artistas que alcanzan un éxito mucho mayor que el de los artistas originales que les sirvieron de inspiración. Led Zeppelin concibieron sus grandes obras primero copiando y luego transformando los descubrimientos de sus predecedores.
Pero las creaciones más importantes llegan normalmente en una tercera fase: la combinación. La única forma de producir saltos verdaderamente creativos y originales es mediante la conexión de ideas separadas. La segunda parte del documental muestra la película “La Guerra de las Galaxias” como un gran ejemplo de este fenómeno. En él podemos ver diversas escenas en las que Lucas se inspiró para tejer su epopeya galáctica, que no era sino una actualización de una serie de mitos y géneros bien conocidos a finales de los 70. La combinación y actualización de los mismos tuvo como resultado una nueva creación que rompió moldes en su época y que ha servido desde entonces como nuevo elemento a combinar.
El documental presenta los conceptos básicos de toda creación –copia, transformación, combinación- a través de numerosos casos bien conocidos:
- James Watt crea el motor de vapor intentando reparar el motor de Thomas Newcomen.
- Christopher Latham Sholes diseña la primera máquina de escribir moderna en un piano, la cual evoluciona durante 5 años hasta el modelo QWERTY actual.
- Thomas Edison no inventó la bombilla de luz. Lo que realmente consiguió fue la primera bombilla comercialmente viable.
Los descubrimientos más grandes de la historia vienen de usar la “combinación” de materiales existentes:
- Gutenberg populariza la imprenta en 1440, pero todos los componentes de la misma tenían cientos de años. La dinastía Song, en China, llevaba medio siglo utilizando imprentas de tipos móviles.
- Henry Ford inventó el primer modelo de coche estandarizado, el Modelo T. Para ello combinó las cadenas de montajes (ya existentes) con componentes de coches ya creados.
- La propia World Wide Web es una transformación y combinación de sistemas de protocolos ya existentes.
Y, como no, el célebre caso de Xerox. El tercer episodio del documental narra cómo Apple se basa completamente en los sistemas que había desarrollado Xerox para crear su primer ordenador personal. ¿Dónde innovó Apple y qué hace que se posicionen cómo los primeros líderes del mercado? Apple innovó en la creación de una versión tremendamente más eficiente en costes, haciendo el ordenador personal algo comercialmente viable. El ejemplo que mejor recoge este espíritu innovador es la reducción de costes de producción del ratón, desde su desorbitado coste inicial hasta los 10 dólares , logrando al combinar la idea original con el mecanismo de los desodorantes de bola.
Por último, la cuarta parte del documental nos conduce al concepto de innovación como “evolución social”. A las ideas se les otorga hoy propiedad, debido a la introducción de la “sociedad de mercado”. El paradigma actual parte de que el creador debe ser remunerado por su esfuerzo de creación, pero durante toda la historia de la humanidad las ideas carecieron de propiedad intelectual: Shakespeare, Gutenberg o Rembrandt podían ser libremente copiados sin repercusiones legales.
Inicialmente, las creaciones originales no podían competir con las copias, y por ello se creó el sistema de patentes, un espacio temporal en el que el creador gozaba de exclusividad en la explotación comercial. Tras dicho monopolio temporal, se daba paso a la libre distribución de ideas en búsqueda del bien común: la mencionada “evolución social”.
Pero la economía de mercado da una vuelta de tuerca más, creando el concepto de “propiedad intelectual”: las ideas tienen dueño. El documental muestra numerosos ejemplos, entre los que destaca el caso de Paul Allen, cofundador de Microsoft, quien en 2010 demandó a prácticamente todo Sillicon Valley reclamando los derechos por la autoría de desarrollos básicos como los vínculos web, las alertas y las recomendaciones online.
Según el documental, la propiedad intelectual ha llevado al uso del copyright y patentes más allá de su aspiración inicial. La Ley del Copyright de 1970, promulgada en Estados Unidos, fue impulsada como “una ley para el fortalecimiento del aprendizaje”, mientras la Ley de Patentes del mismo año nacía “para promover el progreso del arte útil”.
La lista de usos oportunistas del sistema de patentes no es corta. Michele Boldrin y David Levine han recopilado en esta página web algunos de los casos más sonados en un “Hall of Shame” (Sala de la Vergüenza) que resume lo lejos que pueden llegar algunos individuos pervirtiendo la idea original del sistema de protección de patentes.
La generación de ideas es el principal motor del progreso económico, y los incentivos para su adopción y generación son el principal determinante del nivel de vida de toda sociedad. La sociedad necesita generar y seleccionar las mejores ideas posibles , y que se extiendan rápido. Pero una parte del actual sistema de protección impone barreras al bien común y alimenta el oportunismo. En nuestra mano está el crear los incentivos adecuados y luchar por nuestra “evolución social”.