Leer a Fernando Botella siempre es un canto a la vida. Nos enseñó a entrenar la mente. Ahora nos invita a saltar. Acaba de publicar Salta contigo: ¿Y si eliges ser valiente? Una mente brillante, lúcida, inquieta de una persona con un corazón enorme. Un profesional que suma, que escribe desde la dilatada experiencia de estar en proyectos, retos y cambios realmente importantes en las organizaciones en las que participa.
Fernando Botella es un tipo al que hay que leer porque lo que escribe se lo cree, lo vive y lo vivió, lo piensa y te hará pensar. Fernando te invitará en todo momento a que des un paso adelante, que sumes y aportes. Sólo por eso, merece la pena.
Antes de presentar nuestra conversación, igual este fragmento del libro te ayuda a entender qué nos ofrece:
ˆNo pretendo llenar el espacio en blanco con recetas mágicas. No existen. Y si existen, no las conozco. No busques en estas páginas fórmulas para ser feliz. No creo en la felicidad edulcorada que nos venden. Ni en la felicidad dependiente de predicamentos sencillos de entender, pero difíciles de llevar a cabo (…) quiero que encuentres tus motivos para ser valiente, para tomar decisiones y dar ese salto que en tu vida estabas esperando. Y si además de hace feliz, será estupendo»
—«Salta con los lunes, con las crisis, con la envidia», ¿Por qué el salto es una de las claves de este libro?
La idea fundamental que hay detrás del concepto de “saltar”, y de todo el libro en general, es la de valentía, el atrevimiento, desafiarse a uno mismo a superar sus miedos y lanzarse a perseguir sus sueños y sus objetivos.
Saltar implica coger impulso para pasar de un lugar a otro, a veces para caer en el mismo sitio desde se que se partía, a veces en uno diferente. Pero siempre transformados en una mejor versión de uno mismo.
Pero, además, este libro se titula “Salta contigo”, y ese segundo elemento de la ecuación, el “contigo”, también es muy importante, porque te recuerda que nadie, salvo tú mismo, puede ayudarte a imprimir a tu vida ese salto transformador. No esperes que ningún salvador acuda a rescatarte y a ayudarte en tu intento. En este salto, todo depende de ti.
—Tras leer tu libro me he llevado muchos chutes de energía, pero dos muy potentes: que la vida no va a de esperar, sino de actuar, y que no todo puede estar bajo control.
No hay nada de malo en pasar algunos periodos en situación de espera, siempre que esa pausa sea una decisión consciente y nos sirva para reflexionar acerca de nuestros próximos pasos.
Lo malo es cuando se entra en modo ‘espera sistemática’ o de ‘espera permanente’. En ese momento lo único que hacemos es aguardar atrincherados a que venga alguien a solucionarnos la vida. Porque eso, salvo en raras excepciones, no va a suceder.
Creo que hay dos tipos de personas, las que esperan que les pasen cosas y las que hacen que las cosas pasen. Ese libro enseña a ser una persona que hace que las cosas pasen.
En cuanto a que no podemos tenerlo todo bajo control, ¡por supuesto que no podemos! Y esa es una de las razones de por qué la vida es tan extraordinaria.
El éxito pasa, en buena medida, por entender dos cosas:
- que no todas las cosas que queremos que nos sucedan nos van a suceder,
- y que no todas las que nos sucedan lo harán exactamente del modo en que nosotros queríamos.
Y esto es así porque hay muchos factores que escapan a nuestro control y que van a influir en el resultado final. Pero lo que siempre va estar en nuestra mano es hacer todo lo posible por dar lo mejor de nuestros mismos en cada una de esas situaciones.
—¿Cómo no morir de estrés, doctor, si, como bien dices, tengo que actuar —a veces ante lo desconocido— y asumir que no lo puedo planificar y controlar todo —es decir, te enfrentas a la incertidumbre?
Kant decía que la inteligencia de una persona se mide, en buena medida, por su capacidad para relacionarse con la incertidumbre. Y es que el estado natural de la vida es lo incierto.
No saber lo que va a sucedernos mañana nos recuerda que estamos vivos.
—«Me declaro enemigo acérrimo de la ‘tontería’». Te imagino sentado, observando escenas. ¿En qué momento te das cuenta de que lo que tienes delante (un ejecutivo, una reunión o un contenido en redes) es pura tontería y qué significa para ti?
Llamo ’tontería’ a lo superfluo, a lo vacío de contenido, a lo insustancial, a lo mediocre. A esa especie de ‘sabiduría del torpe’ que tanto abunda en estos tiempos de escaparate continuo, de redes sociales y de aluvión de libros de autoayuda.
Creo que vivimos en una sociedad que ha perdido su capacidad de pensamiento crítico y que está más preocupada por aparentar que por avanzar y mejorar. Vivimos inmersos en un conformismo crónico en el que cualquier pseudofamosillo se erige como life coach o mensajero de una felicidad edulcorada. Como decía Umberto Eco, vivimos rodeados de necios.
—¿Cómo te vacunas de esa tontería?
El mejor antídoto contra la tontería es la autenticidad. “Salta contigo” es un libro que trata de la autenticidad.
La autenticidad te proporciona las herramientas necesarias para poner tu voluntad a trabajar al servicio de tus intereses, tus objetivos y tus deseos. Es la palanca para hacer que las cosas pasen desde uno mismo. La autenticidad te hace sentir libre y te da poder.
De hecho, la palabra ‘auténtico’ procede del término latino ‘authentes’ (“aquel que actúa por sí mismo, que toma la iniciativa y que es dueño absoluto de sus actos”).
—¿Y cómo defines el perfil de una persona (profesional) que se rige por la autenticidad?
Fundamentalmente es una persona que posee pensamiento crítico basado en la realidad en la que está inmersa.
Una persona atrevida, en el sentido de que cuando necesita hacer algo, busca recursos, pone esfuerzo y lo hace. Una persona que no vive de promesas sino de hechos y que toda su energía la convierte en acciones, que salta con ella misma para hacer que las cosas sucedan.
—Me gusta mucho conectar el amor con el poder de transformación de las personas, pero también de las empresas. ¿Cómo le diríamos a ese narcisista, que suele gobernar en ciertos puestos de poder (públicos y privados) que el amor puede hacer algo muy potente por su organización?
Donde no hay amor no hay pasión, y la pasión es esencial en cualquier ámbito, y también en el trabajo.
Si no sentimos pasión por lo que hacemos estamos condenados a la irrelevancia y a la indiferencia.
Para mí existen dos grandes motores que mueven el mundo: el amor y el miedo. Depende de nosotros escoger en cuál de los dos queremos poner el foco.
Sting dice en una de sus canciones que el amor es más fuerte que la justicia y más denso que la sangre. Además, trabajar desde el amor nos permite admirar a quienes trabajan con nosotros. A nuestros jefes, a nuestros compañeros, a nuestros clientes. Y la admiración dispara el compromiso y ayuda a las organizaciones a conseguir sus objetivos.
—¿Cuáles son las claves para prepararnos para el impacto, eso que llega en un momento determinado y todo lo puede cambiar? ¿Se trabaja ese día?
La vida te puede cambiar de forma drástica y totalmente inesperada en cualquier momento. Uno de los aprendizajes que transmito en mi libro es precisamente el de prepararse para ese impacto. Porque si somos conscientes de que eso nos puede suceder, podemos anticiparnos a ese momento.
Lo que no tenemos forma de saber es qué es exactamente lo que nos va a suceder: una enfermedad, un despido, una separación… O no tiene por qué ser necesariamente algo negativo. También puede tratarse de un cambio positivo en nuestra vida: un nuevo trabajo, un nuevo amor…
Pero, sea lo que sea lo que nos depare ese futuro, la clave está en enfrentarnos a ese momento de cambio sin miedo y con naturalidad. Porque cuando actúo así y sé gestionar la incertidumbre, estaré mucho mejor preparado mentalmente para encontrar soluciones a esa situación.
—A veces hablamos tanto de talento que se nos olvidan otras cosas, ¿qué hay de la voluntad, sudar la camiseta y tener una disciplina de hierro? ¿Qué papel juega el trabajo duro en nuestras transformaciones?
Los japoneses usan la palabra ‘gambaru’ para referirse a esa cultura del esfuerzo en la que el hecho de intentar conseguir objetivo es más importante que llegar a conseguirlo. En la disciplina, en la perseverancia… Ahí está la clave de casi todo. Disciplina entendida como constancia y firmeza en la acción.
La disciplina es la cualidad que nos permite pasar de la intención a la acción, y es también la que nos sujeta a la meta, impidiéndonos abandonar. La que genera tesón y la insistencia necesaria para que un comportamiento llegue a convertirse en hábito. El Dalai Lama dice que una mente disciplinada es una mente que camina hacia la felicidad.
—Te reconozco que muchos de mis amigos (personas de empresas, con negocios, con familias…) se sienten vulnerables: incertidumbre, dificultades para sacar sus asuntos adelante, miedos… Muchos de ellos tienen capacidades potentes, pero el miedo les tiene agarrotados. ¿Qué les dirías?
Tener miedo es algo natural. Una defensa que nos ha evitado muchas catástrofes colectivas e individuales a lo largo de nuestra historia.
El problema es cuando dejamos de tener miedo y es el miedo el que nos tiene a nosotros. Entonces ese miedo se convierte en temor que nos paraliza y nos impide lanzarnos a por nuestros objetivos, nos impide saltar.
El temor es un miedo irreal porque se basa en fantasías negativas que nos juega la mente. Pensamos que no seremos capaces de hacer algo, que fracasaremos, y ese pensamiento tóxico nos impide intentarlo.
Una buena manera de romper con esa dinámica es sustituir esas fantasías negativas por otras positivas en las que nos visualizamos a nosotros mismos teniendo éxito y consiguiendo los resultados. Hay que tener la valentía para pensar que podemos hacerlo y, sobre todo, el coraje para, además de pensarlo, hacerlo.
—«Lo certero no es real. Lo seguro no es real… una habilidad muy demandada es la capacidad de desaprender». ¿Qué tipo de creencias o cuestiones son más importantes a la hora de desaprender?
Es difícil señalar una porque no existe una única creencia, sino que cada cual tiene las suyas. Pero lo que sí es seguro es que, cualquiera que sea la nuestra, también puede ser cuestionada. Por los demás y por nosotros mismos.
Los entornos de certeza absoluta no existen, son una fantasía. Por eso la vida es maravillosa y es importante darse a uno mismo esos momentos de reflexión, a los que yo llamo en el libro, “momentos “Kit Kat”. Detenernos a reflexionar sobre nuestras propias creencias.
—¿Podrías aportarnos algunas claves para tener una mente ágil, flexible y que permita responder rápido a los acontecimientos de manera que no se traduzcan en emociones que nos destruyan? ¿Cómo entrenar nuestros pensamientos para actuar con más confianza?
Para mí hay cuatro elementos fundamentales para lograrlo.
- Empatía. No hay ninguna posibilidad de ser asertivo sin ser empático, y sin esa capacidad para sintonizar con los demás.
- Resiliencia, es decir, la capacidad para entendernos con las dificultades y para salir airosos de ellas.
- Autoestima, que nos permite afirmarnos en nuestros derechos sin manipular a los demás.
- Asertividad en sí misma, que es lo que nos permite decir que ‘no’ cuando queremos decir que no, y que ‘sí’, cuando es que sí. Sin atacar a nadie, manteniendo conversaciones productivas con los demás y dejando espacio para la divergencia de opiniones.
—¿Fernando Botella ‘ha perdido los papeles’ alguna vez por una situación estresante a la que se enfrentó? ¿Qué aprendiste para que no vuelva a suceder?
¡Por supuesto que los he perdido!, como cualquier otro ser humano. Y no una vez, sino varias. Lo que ocurre es que a medida que uno va cumpliendo años y aprendiendo cosas, te sucede menos.
En el libro doy una fórmula, a la que llamo “PRP”, para aprender a autorregularnos cuando tenemos uno de estos episodios, que son humanos y normales. Una fórmula que nos ayuda a manejar nuestros propios pensamientos para que no sean ellos quienes nos manejen a nosotros.
- La primera “P” es la de ‘permiso’ para equivocarnos. Cuando uno se extralimita, hay que saber reconocer esas emociones y ser consciente de que las podemos cambiar.
- La “R” corresponde a ‘reconstrucción’, e implica una revisión de los propios pensamientos y emociones para reconstruir sobre ellos.
- Finalmente, la segunda “P” hace referencia a la ‘propuesta’ con la que intentaremos ofrecer una alternativa o solución diferente a esa situación que nos ha hecho perder los papeles.
—Me dices que «si quieres, puedes» es la gran mentira, ¿alguna más que esté todo el día en la boca de todo gurú de las redes?
El “si quieres, puedes” es una gran mentira que ha hecho mucho daño. Porque da entender que todo en la vida depende única y exclusivamente de nosotros, y eso no es así.
Por supuesto, la voluntad, ese ‘querer’, es un ingrediente indispensable para ‘poder’, pero luego hay infinidad de elementos que también influyen en el resultado, muchos de los cuales escapan a nuestro control.
¿Otras grandes mentiras? Una de las que hablo en el libro es: “las cosas son así y hay que aceptarlas”.
Creo que se trata de una mala interpretación y un abuso del término “aceptación” disfrazado de consejo de autoayuda. Parte de la premisa de que de que hay que tomarse las cosas como vengan porque así serás más feliz. Pero eso no siempre tiene porque ser así. Hay un tipo de inteligencia, la inteligencia ejecutiva, que te permite enfrentarte a ese tipo de situaciones desde una posición más activa y menos resignada como punto de partida.
—A este respecto, ¿se está haciendo mucho daño con estas frases hechas y fáciles? ¿Llevarte a pensar que puedes hacer todo lo que te propongas es, por así decirlo, un poco irresponsable?
Es un poco irresponsable, sí, y, sobre todo, aporta muy poco valor.
No estoy en contra de nada ni de nadie que intente ayudar a terceros. Y todas estas frases inspiradoras o aspiraciones que vemos impresas en camisetas o en tazas de desayuno pueden ser útiles para una determinada persona que las lee o las escucha en un momento muy concreto de su vida.
Pero los mensajes facilones no son suficientes para dar ese salto transformador que necesitas en tu vida. Se necesita mucho más. Hace falta entrenamiento, preparación, recursos, planificación… Esto no va de frases bonitas; va de ponerse las pilas.
—Me gusta mucho el concepto de «saborear lo sencillo». ¿Gran parte de muchos de nuestros problemas viven porque que nos inmolamos en cosas cada vez más complejas (por ego, por dinero, por destacar…)?
Tengo muy claro que lo esencial de la vida se concentra en las pequeñas cosas, en celebrar, en disfrutar de la belleza de los instantes. Ahí es donde radica para mí la verdadera felicidad. Aunque, por desgracia, no son esas cosas en las que normalmente ponemos el foco ni nuestro tiempo.
—Fernando, acabemos con un breve manifiesto de la #MentalidadGO. Danos 3 claves para que nuestro lector vaya corriendo a comprar la joya de tu libro.
#MentalidadGO es un movimiento que apuesta por la valentía y que te brinda una serie de pautas para que te lances a conseguir tus objetivos.
Consiste en aprender a tener una mente en estado de abundancia y en crecimiento continuo. Y en tener claro que si pretendes que tú vida cambie, tú eres el primer que necesitas cambiar. Es un método que te enseña a ser disciplinado con la construcción de hábitos, te ayuda a enfocarte en lo importante y te brinda herramientas para pasar a la acción, incluso aunque te encuentres en entornos de incertidumbre o de miedo.
Para cerrar nuestra entrevista, os dejamos este magnífico vídeo de Fernando con algunas ideas para fomentar la creatividad en lo cotidiano.
1 Comentario
Javier que buena entrevista y que buenos consejos de Fernando. La manera en que se desenvuelve el tema a lo largo de la entrevista es una manera sutil, atractiva , adictiva y bastante motivadora para salir de casa e ir corriendo a la librería y sentarme en el sofá a leer este magnifico libro. Te felicito por este artículo de gran interés y de mucho aprendizaje personal .. bueno me despido porque ya tengo ganas de comprar el libro.
Espero volver a leerte con otra interesante y amena entrevista.
Saludos.