Es muy normal que la mayoría de los profesionales tengan miedo por cualquier incertidumbre que pueda afectar a su carrera. No comprenden que en ocasiones fracasar es bueno (mientras no se convierta en un hábito), porque es la autopista hacia el éxito. Nos educan a que no debemos fracasar, pero están equivocados.
Si de vez en cuando tu empresa no fracasa, es que no está innovando. Siempre tenéis que estar buscando la diferencia. No dejes de buscar un modelo de negocio que os diferencie, sin miedo al fracaso.
Los mejores maestros son precisamente los errores, de ellos se aprenden más que de nada o nadie. Debes dar a tu equipo la libertad para cometer errores. Si no cometen errores significan que están cayendo en el conservadurismo. Tu empresa será desbancada por aquellos que sí se han atrevido a buscar modelos rompedores.
Aunque también se debe tener en cuenta que todo conlleva un tiempo. Un modelo de negocio exitoso, que cambie las reglas del juego, no es perfecto desde el primer día que surge, sino que es producto de una larga evolución. Todo ello es un proceso de descubrimiento y mejora, fracaso y éxito. Día a día debe refinarse, logrando vuestras ventajas competitivas.
Uber comenzó con transportes sencillos desde el aeropuerto a la ciudad. Desde ahí ha ido evolucionando y añadiendo nuevas funcionalidades para cubrir más necesidades del cliente y optimizar su modelo de negocio. Ha buscado la oportunidad para lograr un modelo de negocio con éxito.
IKEA empezó con la venta por catálogo de todo tipo de objetos, luego decidió centrarse sólo en muebles. A su fundador, Ingvar Kamprad, cuando visitó el Guggenheim de Nueva York le impactó que había que recorrer necesariamente todo el museo para salir y decidió implantar eso en sus tiendas. De ese modo, todas las piezas del modelo de negocio fueron encajando.
Es necesario que experimentes hasta encontrar el encaje perfecto entre lo que desea el cliente y lo que tu empresa ofrece. Cada vez que experimentes y se te cierre una puerta, descubrirás una nueva gracias a ese experimento.
Todo lo que hay en el mundo empresarial son oportunidades, seguridad no hay ninguna. Por eso tú, como directivo, tienes que aceptar y gestionar la incertidumbre. Ayudar a tu equipo a entender que la incertidumbre es buena, que no podréis descubrir nuevos océanos hasta que perdáis de vista la costa.
Paradójicamente, lo más peligroso que hay en el mundo empresarial es la búsqueda de seguridad. Si no arriesgas algo, lo arriesgas todo. El entorno está en constante cambio y si no logras innovar te quedarás atrás.
2 Comentarios
Como bien dices, Enrique, no hay que tener miedo a fracasar, siempre y cuando, lo hagamos de forma «controlada».
Debemos tener en cuenta que, cuando ponemos en práctica cualquier acción nos estamos basando en suposiciones que serán confirmadas o rechazadas por el público real. Si somos capaces de recoger todas las hipótesis (los canvas son las herramientas más útiles para este fin) y los experimentos asociados a ellas, tendremos las siguientes ventajas:
– Por un lado, reduciremos la probabilidad de cometer los mismos errores.
– Al enfrentar nuestras hipótesis con el mercado real, nos aseguraremos una mayor probabilidad de aceptación por parte de nuestro público objetivo.
Fracasar, sigue siendo una palabra con una gran connotación negativa, con una carga emotiva contraproducente debido a que generalmente la ambición nos guía en nuestras acciones. En otras oportunidades la proyección de nuestra vida a futuro nos conduce a un ámbito de frustración y desánimos, la comparación con nuestros colegas, hermanos, amigos y demás genera en nosotros forzar nuestros deseos a pensamientos y acciones efímeras que solo retrasan nuestro prejuicio; es por ello que la palabra que podría reemplazar al fracaso es definitivamente …aprendizaje… Todo en la vida lo es y si algo no salió como deseáramos es justamente porque no estábamos lo suficientemente preparados para ello. El pensamiento en positivo genera nuevas espectativas y nos vuelve emprendedores, nos motiva y oxigena nuestra vida.
Gran artículo.