Este fin de semana se reunía en Madrid el Ecofin. Uno de los principales puntos del día, tal y como leíamos en la prensa española (ver El País) era la tan cuestionada “tasa Tobin” a la banca.
¿Cuáles han sido las conclusiones? No a la tasa, sí a mejor regulación. Desde aquí sólo me queda decir: Gracias, Europa.
La racionalidad económica detrás de esta tasa ya la habíamos argumentado la semana pasada en una seria de tres artículos (parte I, parte IIy parte III). Las conclusiones del Ecofin son muy similares a las que mencionaba en Sintetia. Debemos mejorar el diseño de la regulación, con especial énfasis en los “Fondos de Rescate Bancario” (o, tal y como denominaba en dicha serie de artículos, Fondos para el Sostenimiento Sistémico Bancario). Así se crearían los incentivos adecuados: el autocontrol del sistema bancario. Siguiendo la metodología del Fondo de Garantía de Depósitos, donde en España tenemos experiencia, se puede inducir a la banca a soportar la primera pérdida de un posible fallo sistémico. Se sigue mencionando el problema del riesgo moral, que no se eliminaría. Pero pensemos en términos de seguros: incluiríamos en la estructura del seguro una fuerte franquicia. Ello no anula el riesgo moral, pero lo mitiga.
Cabe realizar una nota al margen. Siguiendo el artículo de periódico aquí mencionado, vemos la cita “que pague el que contamine” para justificar la no inclusión de la tasa. Tal y como se explicó en el artículo número dos de la serie, este argumento no sería válido. Si acordamos que existe una “contaminación financiera”, la solución no es “que pague el contaminador” (desde luego Lehman no ha pagado lo que ha causado), sino más bien lo contrario: que todos paguen, para que no se contamine. La clave: que no sea mediante un impuesto, sino mediante un diseño de incentivos correcto, en vez de un sistema de multas sin mayor soporte teórico. Siguiendo el símil de la contaminación, estaríamos ante una “potencial” contaminación, como sería el caso de las centrales nucleares: nada solucionamos si cobramos a las centrales nucleares por kilowatio/hora de energía generado, más que un efecto de “segunda ronda” (léase como incremento del precio de la luz). La solución, tal y como parece ser que se está acordando en Europa, es regular eficientemente (mejor, que no más).
Hasta ahora el análisis que hemos realizado trata sobre cómo prevenir (ex – ante). Siguiendo la máxima de “más vale prevenir que curar”.
Otro tema de gran interés es cómo curar. Este tema está bajo estudio en el FMI, que publicará un informe en Junio. Algunas propuestas para que los bancos paguen si han sido rescatados (y consiguen con ello seguir operando), sería, por ejemplo, pagar una tasa sobre los beneficios. Se trataría así de forzar a los accionistas del banco rescatado a materializar su parte de riesgo asumido obligando al banco a capitalizarse correctamente antes de pagar dividendos. Puntualizando el símil anterior: “que pague el que haya contaminado”, pero recordemos, que ahora se trada de un análisis ex – post.
Por último, mencionar un post de Nada €$ Gratis en el cual Jesús Fernández-Villaverde repasa también la evolución que este tema está teniendo en EEUU: la necesidad de un “regulador sistémico” (de nuevo, recalcar la conexión con el artículo número tres de la serie).
Dicen que en tiempo de tormenta no se debe salir a navegar. Y es que no es momento para poner trabas al sector bancario; al menos, sin justificación firme alguna.