Esta serie de artículos nace a raíz de diversos comentarios en redes sociales y medios sobre la notable recuperación económica griega posterior a la pandemia, que se pretende minusvalorar de manera unidimensional por el mero pecado original de no estar propiciado por un gobierno progresista.
Grecia se ha recuperado bien de la crisis del COVID-19, generando un fuerte repunte del empleo y una mejora sustancial de los indicadores económicos. El aumento de las inversiones y las exportaciones, el efecto de las duras reformas efectuadas en la década anterior (y los sacrificios que conllevaron), las medidas de apoyo del gobierno durante la pandemia, las nuevas iniciativas adoptadas y la aplicación del paquete de recuperación y resiliencia griego han estado impulsando el crecimiento. No negaremos aquí que subsisten importantes problemas estructurales y déficits sociales, pero el cambio de rumbo de la economía helena parece claro.
Nueva Democracia (ND), el partido gobernante desde julio de 2019, al mando del primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, obtuvo una rotunda victoria en las recientes elecciones de mayo de 2023, no alcanzando por poco la mayoría absoluta. Se espera que obtenga una clara mayoría en la segunda vuelta del próximo 25 de junio, en la que se otorga un plus de cincuenta escaños adicionales al ganador. Un segundo mandato Mitsotakis permitiría al gobierno mantener la estabilidad política y continuar con su ambiciosa agenda de reformas económicas.
En este período, Grecia se ha convertido en una economía netamente orientada al exterior e impulsada por las exportaciones, lo que ha generado niveles récord de inversión extranjera directa. Además, la acción de gobierno, centrada en la mejora del entorno empresarial, ha iniciado un proceso de transformación económica que ha dado lugar al mercado de valores con mejor rendimiento del mundo. Grecia se declara ahora «abierta a los negocios».
El nuevo gobierno ha puesto en marcha varias medidas para impulsar la economía, como la bajada generalizada de impuestos:
- el impuesto sobre sociedades ha pasado del 28% al 24%,
- el de dividendos del 10% al 5%
- y el que grava bienes inmuebles se ha reducido en un 22%.
- Se han reducido más de 50 impuestos y gravámenes (incluyendo IRPF y cotizaciones sociales),
- sin amenazar la disciplina fiscal: el déficit de 2022 resultó mucho menor de lo previsto, y el déficit primario de 2022 fue cero frente a una previsión del 1,6% del PIB, gracias a la aceleración del crecimiento.
- Este impulso ha garantizado la consecución de un superávit primario en 2023.
Adicionalmente, se han eliminado todos los controles de capital, se ha promulgado una amplia ley de inversiones para reducir la burocracia y ha creado una Autoridad Nacional de Transparencia para ayudar a prevenir la corrupción.
Estas medidas forman parte de la ambiciosa estrategia del gobierno de Mitsotakis, en busca de un cambio estructural drástico, aportando crecimiento y empleo, inversiones del sector privado, recortes fiscales y de gasto, así como un sistema bancario sólido y libre de préstamos morosos.
En resumen, los elementos clave de la mejora de la economía griega después de la pandemia se han basado en:
- un aumento de la inversión pública y privada, necesaria para impulsar la demanda agregada, crear empleo y mejorar la infraestructura.
- La diversificación de los sectores productivos: importante para reducir la dependencia del turismo.
- El fortalecimiento institucional: fundamental para garantizar la estabilidad política, el estado de derecho y la lucha contra la corrupción.
- Y la cooperación europea: esencial para acceder a los fondos de recuperación, coordinar las políticas fiscales y monetarias y reforzar la integración regional.
Por su parte, Bruselas ha dado el visto bueno al impulso reformista griego y el FMI ha anunciado el cierre de su oficina de Atenas tras la estricta supervisión de la gestión económica del gobierno anterior. Son señales importantes.
Hasta aquí les hemos esbozado el panorama general de la recuperación griega, pero queremos entrar en los datos y en los detalles, porque en ellos es donde se esconde el diablo de la verdad económica. Pretendemos además comparar los elementos clave de la recuperación griega con los de la española, al tratarse de dos modelos que, al menos en lo aparente, parecen diferir en su naturaleza. Trataremos con ello de obtener conclusiones útiles para los lectores y ayudar a tuiteros y tertulianos a ser más precisos en sus observaciones.
Les animamos a seguirnos en esta singladura analítica.
Artículo escrito junto a Combarro, bajo seudónimo, (síguele en Twitter)