Una vez más invitamos a los lectores de Sintetia a la reflexión con las palabras de Charles Leadbeater. Un tipo brillante, experto en innovación, con muchos intereses e ideas interesantes acerca de cómo se gesta la innovación.
En esta ocasión Leadbeater habla del pilar donde emana la innovación y el progreso de cualquier país: la educación, las personas. Sin personas creativas, que sean capaces de aprender a aprender para crear y combinar cosas nuevas, a obtener alternativas desde la escasez, no es posible que se pueda progresar.
La educación, es quizás, una de las materias sobre las que más se debate en el mundo y también en España. ¿Falla nuestro sistema educativo? ¿Necesitamos un pacto de Estado? ¿Está generando personas con las habilidades suficientes como para ser creativas, libres, pensantes, capaces de afrontar preguntas o, en cambio, creamos sujetos pasivos, que se acostumbran a recibir información, a memorizarla y, con las mismas, a olvidarla sin poder utilizarla para seguir creando? ¿Tenemos un sistema educativo que nos enseña en todo momento a comunicarnos con los demás, a debatir ideas, a estar conectados con el resto del mundo o uno que nos aísla como personas? Son muchas preguntas, casi todas ellas recurrentes en nuestro país.
Por ello es muy importante poder escuchar nuevos argumentos e ideas. Y Charles Leadbeater es un gran comunicador cuya tesis fundamental estriba en que necesitamos un cambio radical en nuestro sistema educación. Les dejamos con el video.
Hay varias partes de video realmente interesantes; por ejemplo, aquella donde el propio Leadbeater comenta:
“Imagínense un sistema educativo que parte de preguntas, y no de respuestas. O que parte del juego y no de las lecciones. O que parte de la premisa de que tenemos que atraer a las personas antes de que podamos enseñarlas.»
Cuando habla de los países en desarrollo y emergentes, es muy interesante su reflexión acerca de ¿cómo es la educación en un país donde no hay profesores? O cuando habla de la “formación productiva” y de los para-maestros, y cómo desde la escasez surgen ideas nuevas para educar a la población.
Por último, una conclusión casi lapidaria. La universalización de la educación en los países “ricos” ha traído grandes beneficios, sin lugar a dudas. Pero el sistema tiene sus fallos y son muy importantes, porque este sistema:
:: Arrasa con la imaginación de los alumnos
:: Arrasa con su apetito por el conocimiento
:: Y ataca a la confianza social por la educación
Por último, resulta interesante su reflexión acerca de que trasladar un sistema educativo como el de países ricos a los países en desarrollo podría ser un completo error. Sería llevar un sistema que llevamos casi un siglo intentando cambiar por sus grandes imperfecciones. Necesitamos una reformulación del sistema. ¿Alguna idea?