No, por favor, no miren, mantengan la calma y presten atención. Debajo de su asiento hay un artefacto explosivo que puede ser accionado y hacer explosión en cualquier momento.
¿Las consecuencias? Otro ‘chorreo’ de problemas durante una buena temporada. Cierres de oficinas, despidos, morosidad, embargos, desahucios…
Y es que… bueno, esperen, vayamos por partes.
Hablo de la Banca, los hasta ahora ‘Reyes del Mambo’. Los primeros salvados de la lista, pero a los que no les auguro nada bueno como no se adapten a las nuevas reglas.
Y no, las nuevas reglas no pasan por aumentar comisiones porque otro tipo de ingresos que tenían hayan caído. Tampoco de abrir el grifo del crédito como locos… Se trata de hacer las cosas de otra manera o, para que nos entendamos todos, se trata de que hagan las cosas simplemente… bien.
La de inversión en tecnología que han hecho durante años y años y, casualmente, es la tecnología quien se les pone enfrente. Y es que la necesidad agudiza el ingenio. Si mi banco de toda la vida, que me tiene pillado por todos lados no me deja dinero cuando lo necesito, busco en internet y ooooh… ¡¡¡hay vida!!! Vida en forma de crowdfunding, crowdlending, transferencias entre particulares mediante P2P; incluso nos podemos olvidar del euro y utilizar bitcoins. Y todo a nuestra voluntad, sin presiones, sin exigencias…
Google está atento y haciendo movimientos al respecto, y dicen que Facebook y Apple no se quedan atrás…
¿Qué harán nuestros bancos? Sobre todo aquellos a los que prestamos una vergonzosa cantidad de millones y que no serán capaces de devolvernos… ¿Conseguirán subirse al tren o al pegar el salto se dejarán los dientes en el andén?
¿Qué pasará con tanta sucursal? ¿Son todas rentables? ¿Qué hacemos con todos esos empleados ‘expertos en vajillas y preferentes’?
¡Qué tiempos aquellos en los que todos teníamos un amigo que todo lo sabía… ‘el del banco’!
Miedo me da esa ‘transformación digital’ de la que tanto se habla últimamente. Esta semana escuchaba a estos analistas decir «Los bancos tradicionales que no se transformen en digitales tendrán peligro de desaparecer«…pues eso.
Y… ¿Qué cable de la bomba que citaba al principio cortamos? ¿El rojo? ¿El azul? Porque el tictac sigue sonando y me estoy poniendo nervioso. Porque, no tiene nada que ver con lo que os he contado, tiene que ver con la vuelta al crédito.
¿Nadie se da cuenta del peligro que entrañan los nuevos créditos hipotecarios? ¿Tantas ganas tenemos de tener nuestra propia casita? ¿No nos vale de alquiler? ¿No hemos aprendido nada? Madre mía.
La vivienda ha tocado fondo. Los bancos vuelven a dar hipotecas. ¡Bien! ¡Bravo!
¿Entonces cuál es el problema?
Pues que con un Euribor al ‘cero coma poco’ y con un diferencial mínimo (alrededor del 2%), la cuota a pagar es realmente asumible por una gran mayoría. Incluso menor que un alquiler. Y eso es un problema.
¿Cómo qué es un problema si ya no hay clausulas suelo? Pues que tampoco las hay de techo, cielo, hiperespacio… y como de memoria no andamos muy bien, seguro que no recordáis que a mediados de 2008, el Euribor estaba por el 5,5%. Sumadle ahora ese fantástico y ‘competitivo’ diferencial. ¿Podéis pagarla ahora?
Os recuerdo, además, que el Euribor ni lo marcamos nosotros, ni le importamos mucho a quién lo marca, y no tendrán muy en cuenta nuestra situación antes de tomar la decisión de subirlo o mantenerlo.
En fin, no sé si eso de que la banca siempre gana es verdad o no, aunque cierto es que cada día tengo más dudas; pero tampoco sé, ni sabré, si el cable que hay que cortar es el rojo o el azul. Lo único que os puedo decir es que hagáis números, los de ahora y los de dentro de unos años. Contemplad varias hipótesis. Que sí, que la casa es preciosa, es la de vuestros sueños, pero la emoción es una enemiga de las finanzas, salvo que consigamos, como dijo Kiyosaki, que ‘la emoción de ganar sea mayor que el miedo a perder’.
Esto siempre ha sido así y lo será… Siempre!!!