A partir del 1 de Julio, dentro del plan de austeridad fiscal, se subió el IVA dos puntos en el tramo general (del 16% al 18%) y uno en el reducido (del 7% al 8%).
El objetivo público de esta medida era contribuir al saneamiento de las finanzas públicas. Veamos ahora los primeros resultados:
La cara: siguiendo el razonamiento que realiza en un reciente informe de Deutsche Bank, el déficit del Gobierno Central cayó durante los seis primeros meses del año, en Junio de 2010, a EUR 30.800 millones frente a los EUR 36.800 millones del mismo periodo del año pasado. Esta reducción se debió principalmente a un marcado descenso del déficit primario (ingresos menos gastos públicos), que se cifró en EUR 7.700 millones. El cual compensó suficientemente el incremento del déficit secundario o coste del servicio de la deuda que pasó de significar EUR 7.400 millones a EUR 9.100 millones de euros. De hecho, esta reducción del déficit primario se explica en gran medida por el incremento de la recaudación del IVA, el cual justifica por sí solo una ganancia fiscal de EUR 5.900 millones.
La cruz: hemos conocido hoy que la inflación, medida por el índice armonizado, ha repuntado en España a 1,9% ia en julio de 2010. Es decir, sube el “coste de la vida”.
La incógnita por ahora sigue estando en el crecimiento (léase como consumo). Ya que en realidad, tanto la cara como la cruz pueden tener dos lecturas:
Positiva: el consumo es tan sólido que los empresarios son capaces de trasladar la subida del IVA a los consumidores. Existiendo un efecto adelanto del consumo, que puede ser la señal de unos individuos que se mueven por expectativas, más que por precios presentes. De este modo, la subida de la inflación es buena noticia pues se debe a un repunte de la demanda. Del mismo modo, podemos leer que el saneamiento de las finanzas públicas como algo debido a las reformas, y extrapolable, en cierta manera, al resto del año. En este sentido, el propio Deutsche Bank hace números. Si hemos ahorrado EUR 6.000 millones en déficit, esto sería consistente con un objetivo de ahorrar EUR 18.000 a final de año, es decir, un 1,8% del PIB. Recordemos que el objetivo era pasar de 11,2% de déficit en 2009 a 9,3% en 2010.
Negativa: los empresarios están llevando a márgenes la subida del IVA anticipada porque no son capaces de no repercutirla, dada su situación propia. En este caso, el incremento de la subida de la inflación sería por razones de oferta, y no de demanda. Igualmente, en el caso de las finanzas públicas, podemos estar ante un efecto estacional, ya que por ejemplo el año pasado, durante los seis primeros meses del año se realizó sólo un tercio del déficit final. Además, los números de déficit anteriormente mencionados no incluyen CCAA ni administraciones locales (conllevan más déficit) ni Seguridad Social (conlleva menos déficit). Así, si el consumo no se demuestra reactivado, el déficit secundario (servicio de la deuda) sí que ha aumentado, y la reducción del déficit primario corre el riesgo de caer en el bucle del crecimiento, por el cual, si se verifica que el país no crece, los inversores pueden ser reacios a entrar en más deuda pública, sufriendo el déficit secundario de nuevo. Y así, la peor situación fiscal esperada, que conlleva mantener la presión fiscal puede crear de nuevo un efecto de depresión sobre el crecimiento.
Al final es todo un tema de cómo funcionen las expectativas. Y eso nunca se sabe hasta que veamos cómo se realizan las variables fuera de las expectativas. Por ahora, las noticias son positivas: España experimenta un rally en los mercados financieros sostenido. Y como vemos, existe evidencia para ser positivo… si queremos.
Andrés Alonso