Con el estreno de Torrente 5, nos parecía muy oportuna tratar de abordar una pregunta: ¿Prefieres las películas españolas o las americanas? Cuando hablamos sobre cine en España ésta es la eterna pregunta, la que aparece en cualquier conversación y para la que existen respuestas de lo más variopintas que dependerán de la opinión del interlocutor. Pero hablando en cifras, en el año 2012 y según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes las películas españolas consiguieron una recaudación de 119,9 millones de euros en nuestro país y aunque esta cifra suponga un crecimiento del 21% respecto a la recaudación obtenida el año anterior, aún está muy lejos de alcanzar los 365,6 millones de euros que recaudaron en España las películas llegadas desde Estados Unidos que continua disfrutando de su hegemonía en el sector cinematográfico mundial. Seguimos ante una industria cinematográfica incapaz de competir contra las grandes producciones Hollywoodienses y en la que la mayoría de las productoras dependen de la subvención para sobrevivir.
Sin embargo, parece que otro tipo de producciones audiovisuales nacionales sí que son capaces de competir frente a los productos que llegan a España desde el otro lado del Atlántico: la ficción televisiva. Desde que en los 90 las principales cadenas apostaran por las series de televisión nacionales con las inolvidables Farmacia de Guardia (Antena 3, 1993) o Médico de Familia (Telecinco, 1995) esta industria se ha ido fortaleciendo y creando productos que siguen ocupando el prime time de las principales cadenas y desplazando a las estadounidenses hacia cadenas secundarias.
En esta línea, una hipótesis interesante sería la de contrastar si, efectivamente, las preferencias de los espectadores con respecto a las películas y series de televisión españolas en comparación con sus homónimas estadounidenses revelan un comportamiento que se identifique con estas realidades tan opuestas por las que atraviesan ambos sectores en España: por un lado la palpable imposibilidad de la industria cinematográfica española para crear un sector competitivo y, en el extremo opuesto, la que parece ser una buena acogida de la ficción española por parte de los televidentes. En otras palabras, investigar si los consumidores perciben una calidad superior en las películas y series de televisión estadounidenses o en las españolas.
Para ello se ha realizado una investigación a pequeña escala con alumnos y profesores de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha en el Campus de Ciudad Real enviándoles por correo electrónico un link mediante el cual accedían a una encuesta con la que pretendíamos estudiar sus hábitos de ocio con respecto a la visualización de películas y series de televisión (número de veces que van al cine durante el año, películas que ven por televisión al año o número de series de televisión que estaban siguiendo en aquel momento, por ejemplo), averiguar cuáles son los soportes o formatos que más utilizan (cine, televisión, descarga legal o alegal…) y saber su opinión en cuanto a películas y series de televisión españolas y americanas se refiere.
Con este último objetivo, el cuestionario contenía un total de 80 películas y series de televisión: 20 películas españolas, 20 películas estadounidenses, 20 series españolas y 20 series estadounidenses (escogidas cuidadosamente de entre las más vistas y descargadas en España desde el año 2001) y cada una de ellas iba acompañada de las siguientes preguntas: «¿La has visto?», «¿Dónde la viste?», «¿Qué nota le pondrías?» y (en el caso de las series de televisión) «¿La seguiste? Obtuvimos 257 respuestas.
Nota: La “caja” se sitúa entre el percentil 25 y el 75, mientras que la línea central indica la mediana. |
En primer lugar este gráfico de cajas muestra la distribución de notas representada a través de las notas medias de cada película y serie de televisión. Permite observar cómo las películas españolas son las que salen peor paradas, pues son las que recibieron un mayor número de puntuaciones bajas por parte de los encuestados, lo que hace que la mediana sea inferior a la de los otros tres formatos analizados, y como se sitúan las series de televisión estadounidenses en el caso contrario al ser las que recibieron valoraciones más altas por las personas que realizaron el cuestionario.
Las 20 películas españolas que formaban parte de la encuesta (entre las que se encontraban taquillazos como Lo Imposible, Torrente o La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón) fueron puntuadas por los encuestados con una nota media de 6,39 puntos, que resultó inferior a la media que obtuvieron los largometrajes que llegan desde Estados Unidos y a los que los encuestados les proporcionaron una nota 8 décimas superior, pero además la diferencia entre ambas valoraciones resulta ser estadísticamente significativa según un test de diferencia de medias (t=3,04).
En cuanto a las series de televisión que formaron parte de la encuesta, el t-test revela como en este caso, aunque los encuestados vuelvan a valorar más las producciones que llegan desde Estados Unidos, la diferencia entre la nota media conseguida por las series españolas (6,92) y la nota media que consiguen las estadounidenses (7,21) no es significativa. Es decir, que no se puede afirmar con total confianza que los encuestados perciban las series de televisión estadounidenses superiores a las españolas.
Cuando se compararon las notas que los encuestados le daban a las películas y series de televisión dependiendo del país en el que habían sido producidas los resultados volvieron a evidenciar la inferioridad de las películas españolas, pues no sólo son menos valoradas que las estadounidenses (hecho que podría incluso llegarse a entender) sino que los encuestados proporcionaron a las series españolas (formatos que deberían ser de menor envergadura pues disponen de presupuestos muy inferiores generalmente) una nota estadísticamente superior a la que obtenían los largometrajes españoles. Sin embargo, al comparar las notas obtenidas por sus homónimas estadounidenses este comportamiento de los encuestados no se repite ya que aunque sí es cierto que valoran más las series de televisión que les llegan desde Estados Unidos a sus películas la diferencia entre las notas medias es tan pequeña que no llega a ser significativa.
Los resultados obtenidos gracias a los cuestionarios recogidos no solo evidenciaron algunas de las dificultades por las que atraviesa el cine en España: el séptimo arte español no solo es incapaz de competir contra las grandes producciones que llegan desde Hollywood sino que las películas que se producen en España también terminan siendo menos valoradas que nuestras series de televisión; además, se obtuvo que las series de televisión españolas también son más vistas que las películas españolas tanto en términos absolutos como en términos relativos a las series y películas americanas (el 62% de las ocasiones en las que al encuestado se le mostraba una serie española afirmaba haberla visto, mientras que esta proporción es del 46% en las películas españolas, del 58% en las películas estadounidenses y del 42% en las series estadounidenses)
Como subproducto del análisis los resultados permitieron observar como los encuestados se comportaban coherentemente con una teoría elaborada por Leon Festiger en 1957 conocida como la Teoría de la Disonancia Cognoscitiva. Lo que viene a decir esta teoría es que cuando por cualquier motivo una idea genera una incongruencia en una persona ésta se esforzará en generar una serie de ideas y creencias que terminen con el conflicto.
Aplicado al análisis: supongamos que una persona ve un trailer por televisión que capta su atención, a las dos semanas decide llevar a su pareja al cine para ver la película (va a pagar el alto precio de las dos entradas porque espera que la película le va a gustar). Cuando salen de la película resulta que a su pareja le ha encantado la película, pero al que vio aquel trailer que tanto le llamó la atención no tanto. Surge un «conflicto» porque ha pagado por algo que esperaba que le iba a gustar pero no ha sido muy de su agrado, sin embargo empieza a pensar que las palomitas estaban muy buenas, que la pantalla del cine se ve genial… subconscientemente está generando ideas que harán que la película no le haya desagradado tanto como lo hubiera hecho de haberla visto en el tren o en la televisión. Finalmente un día les llega un correo con nuestra encuesta, aparece esta película, ambos le dan un 8.
Este ejemplo ayuda a esclarecer el hecho de que en la inmensa mayoría de las películas que formaron parte del estudio los encuestados que habían pagado un precio por verla (marcaron cómo respuesta a la pregunta «¿Dónde la viste?» el cine, la descarga legal, la compra en formato físico o el alquiler en el videoclub) le daban una nota superior a la otorgada por aquellos que la habían visto de forma gratuita (por televisión, en un medio de trasporte público, descargada ilegalmente o prestada por un amigo). Así por ejemplo, los que pagaron por ver la española Tres Metros Sobre el Cielo consideran que se merece de media una nota cercana a los 8 puntos, mientras que los encuestados que la vieron sin pagar nada ni siquiera le conceden un 6 de nota media.
Así que ya saben, con la actualmente en cartelera El Niño y los próximos remake de Torrente y 8 Apellidos Vascos no duden en ir a verlas al cine o esperar a alquilarlas en el videoclub, les gustarán más que si esperan a su estreno en televisión o en cualquier otro formato mediante el cual la vean de forma gratuita.
Autores:
Este post es una versión reducida del trabajo fin de grado en ADE presentado recientemente por Irene Gómez de Juan.
Irene Gómez de Juan
Recién graduado en ADE por la Universidad de Castilla-La Mancha
Julio del Corral Cuervo
Profesor de Economía en la Universidad de Castilla-La Mancha
Síguele en twitter @jdelcorraltm