ÚLTIMA HORA: El presidente de la patronal, Díaz Ferrán, retiraba la propuesta realizada. «Lo que ayer se comentó es un ejemplo de lo que hay en Francia, pero hay otros contratos y lo que queremos es consensuar con los sindicatos un contrato para jóvenes, pero que no sea basura. Todo lo contrario, hay que hacer más contratos estables y con indemnizaciones en caso de ruptura del contrato similares a las del resto de Europa», ha asegurado en declaraciones a Antena 3.
José de la Cavada, director de Relaciones Laborales de la patronal, presentaba ayer en la Comisión de Trabajo del Congreso una propuesta para un nuevo tipo de contrato laboral para jóvenes. El nuevo contrato, cuyo objetivo es la creación de empleo entre los más jóvenes, tendría «una duración de entre seis meses y un año, sin protección por desempleo y con cuotas empresariales cero», según el representante de la CEOE. La patronal esgrime que un tipo similar de contrato ha resultado útil en Francia, creando más de medio millón de empleos entre los jóvenes.
Análisis de la propuesta
La propuesta de nuevo contrato de la CEOE no resuelve uno de los mayores problemas de nuestro mercado laboral: la actual multiplicidad de contratos y los desequilibrios laborales que éstos producen, como explican los expertos de Fedea en su propuesta de reforma del mercado laboral. En vez de unificar los distintos tipos de contrato, la propuesta generaría un nuevo tipo más.
El nuevo contrato ahondaría aún más en el problema de temporalidad que existe en la economía española: puesto que el contrato se centraría en los jóvenes de menor cualificación, pasado el plazo del contrato las empresas tenderían a despedir al contratado y reemplazarlo por otro contrato a coste cero antes que convertir el contrato anterior a indefinido y comenzar a pagar la cotización a la Seguridad Social.
Más allá del coste social y la incertidumbre que genera la temporalidad en el trabajo, la dualidad y la temporalidad generan efectos muy perniciosos sobre la productividad de los trabajadores. Ello se produce por un doble efecto.
- En primer lugar, los empleados temporales tienen muy pocos incentivos para el esfuerzo personal en formación, pues saben que serán reemplazados con bastante probabilidad, y las empresas pocos incentivos a formarles más, por el mismo motivo. España tiene un problema de aprendizaje en el puesto de trabajo, se encuentra a la cola de la formación a lo largo de la vida laboral.
- En segundo lugar, los empleados con contratos indefinidos y experiencia en la empresa tampoco tienen incentivos al esfuerzo y a la formación, pues están de facto blindados por la legislación laboral, como muestra la evolución del empleo por grupos de edad en España.
La propuesta de la CEOE ahondaría estos problemas en vez de resolverlos. La elevadísima tasa de paro entre los menores de 30 años responde a una estructura deficiente del mercado laboral; intentar arreglar el problema añadiendo más complejidad a una estructura deficiente sólo agravaría la situación. Por otra parte, el ejemplo francés ha de ser analizado con mucha más cautela. En primer lugar, el hecho de que se hayan creado medio millón de puestos de trabajo no quiere decir que el nuevo tipo de contrato sea la causa, pues puede haberse producido por otro factor del ciclo. En segundo lugar, el contrato francés reducía sensiblemente los costes laborales sobre el salario mínimo interprofesional, superior a los 1.300€. Es decir, si ha creado empleo es porque el salario permite la contratación de jóvenes poco productivos, antes excluídos del mercado laboral por el salario mínimo. Dicho problema no parece existir en España, donde el salario mínimo no supera los 700€.