Durante el último tercio del siglo XX, África constituyó el mayor fracaso humanitario de la historia económica desde el inicio de la revolución industrial. Ni el continente consiguió encontrar el camino del desarrollo ni la ayuda de los países ricos fue capaz de sacar de la pobreza a la práctica totalidad del continente -con las escasas excepciones de los países del norte y la República de Sudáfrica-. El fracaso fue tan rotundo que tanto la teoría del desarrollo como el enfoque de la ayuda hubieron de ser reconsiderados en varias ocasiones, hasta el punto de llegar a culpar a los incentivos perversos de los propios mecanismos de ayuda.
Pero la situación parece haber cambiado desde mediados de la década de los 90. Los investigadores Xavier Sala i Martín, de la Universidad de Columbia, y Maxim Pinkovskiy, del Massachussets Institute of Technology, han evaluado las últimas décadas de la realidad africana a partir de una nueva metodología destinada a solucionar los enormes problemas de fiabilidad de las estadísticas oficiales del continente. Su trabajo corrobora los desastrosos resultados económicos del período 1970 – 1994 pero pone en relieve que la renta y el bienestar del conjunto de África ha mejorado entre 1995 y 2006.
Las principales conclusiones del estudio son las siguientes:
- La pobreza en África se está reduciendo rápidamente.
- Si continúa la tendencia actual, el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas viviendo con una renta inferior a un dólar por día se cumplirá a tiempo.
- El rápido arranque del crecimiento que comenzó en 1995 ha disminuído la desigualdad en vez de aumentarla.
- La reducción de la pobreza en África se está produciendo a nivel general: no se explica por un sólo país, ni siquiera por un único grupo de países que posean alguna ventaja comparativa geográfica o histórica.
Países de todo tipo, incluso aquellos con desventajas históricas de recursos y con problemas institucionales, están viendo reducir su pobreza: tanto países sin salida al mar como costeros, países tanto ricos como pobres en minerales o en condiciones agrícolas; y también aquellos países con un pasado colonial más violento y con instituciones menos proclives al crecimiento.
El siguiente gráfico -extraído del propio artículo de Sala i Martín y Pinkovskiy- muestra la distribución de la renta en el conjunto de África. En él se observa cómo la renta media retrocedió durante el período 1970 – 1995 y cómo a partir de entonces el conjunto de la distribución se ha desplazado a la derecha. Las tres lineas rojas indican, respectivamente, los umbrales de pobreza de 1, 2 y 3 dólares al día. El gráfico muestra también la evolución de la desigualdad en el reparto de la renta. En el paso del año 1970 al 1990 puede observarse cómo la distribución se hace menos apuntada, es decir, cómo la desigualdad de renta crece. En cambio, a partir de 1990 la situación cambia y la renta, además de crecer en la media, se vuelve menos dispersa -menos desigual-.
Evolución del bienestar
El premio Nobel de Economía Amartya Sen definió en 1976 un indicador de bienestar que incluye la desigualdad de la renta individual. El indicador se calcula multiplicando la renta per cápita de un país o región por (1 – «Índice de desigualdad»). Es decir, contempla la posibilidad de que la desigualdad pueda traducirse en una fuerte reducción del bienestar individual. Esta hipótesis es muy plausible en África, un continente que durante las últimas décadas ha estado en manos de oligarquías y gobiernos autocráticos, con una población a menudo presa de las élites económicas de sus propios países. Muestra de ello es que el continente ha dado lugar a la expresión «tragedia de los recursos naturales», en la que riquezas minerales como los diamantes pueden llevar a un menor bienestar de sus ciudadanos cuando las élites logran apropiarse de su explotación exclusiva, pasando a utilizar dichos recursos para perpetuar su dominio político y económico.
Para la obtención del indicador de bienestar propuesto por Amartya Sen, los autores calculan los coeficientes de Gini para cada país, corrigen la renta africana por la evolución de la desigualdad y muestran los siguientes resultados:
Es decir, tras dos décadas perdidas en los objetivos de desarrollo el continente africano vislumbra una cierta esperanza. El bienestar aumenta tanto por la mayor renta per cápita como por la disminución de la desigualdad, pues la reducción de pobreza no se está concentrando en unos pocos sectores de la población. La única excepción a esta mejoría se encuentra en los países con pasado colonial dependiente de Bélgica. Su bienestar no mejora y la pobreza ha aumentado, aunque dichos resultados se explican casi por completo debido a los conflictos bélicos acaecidos en la actual República Democrática del Congo -antiguo Zaire-, que ha vivido dos guerras civiles en una sóla década.
Leer el artículo original completo: «African Poverty is Falling…Much Faster than You Think!»