5 razones para apoyar una ley para fomentar el crecimiento y el clima empresarial y 5 mitos sobre emprender

21 febrero 2021
El crecimiento empresarial en España, una ley necesaria

La vicepresidenta y Ministra de Economía de España, Nadia Calviño, está impulsando una nueva Ley de Creación y Crecimiento de Empresas y Mejorar el Clima de los Negocios. Hay muchas cosas que merecen especial atención.

El crecimiento empresarial en el punto de mira legal

1.- Primero, el crecimiento empresarial en una ley, ¡por fin!

No sólo nos preocupa la creación de empresas. También el crecimiento empresarial. Esto es un gran salto adelante en materia legislativa.

2.- El clima de los negocios no es un tema menor… está al final del título pero es crítico.

Sólo con instituciones fuertes que nos ayuden a romper las barreras para la creación de riqueza a través de las empresas, tendremos un país que bombee futuro. El clima en economía también es muy importante. Una filomena regulatoria para crear empresas nos puede inutilizar, como la nieve.

3.- La ley quiere ir más allá y abordar la problemática de los concursos y la segunda oportunidad.

Los concursos en España son lentos, farragosos, costosos, y muchas veces cuando entras en ellos la probabilidad de morir en el intento (y arruinarte) es muy elevada. Analizar esto con detalle, facilitar la negociación, el repago de las deudas, aportar seguridad para quien crea negocios y dar una segunda oportunidad, de verdad y de forma efectiva, es imprescindible.

Si ante cualquier problema, vas al médico a morir… todos tendremos pavor a ir al médico e iremos cuando estemos para ir directamente a la UVI. Lo mismo ocurre con las empresas.

4.- La relación pagos/cobros entre clientes y proveedores es una de las sangrías de las pequeñas empresas de España.

Cuando te relacionas con la Administración o con las grandes empresas, las pequeñas están en peores condiciones. No tienen capacidad para negociar pagos ‘razonables’. Gran parte de la liquidez de las grandes empresas se apoyan en las pequeñas, por su minúscula capacidad de negociación.

Cuando haces un repaso a las principales cadenas de supermercados (desde la líder hasta la última en ventas) observas que todos cobran por adelantado (cuando pasamos por caja), manejan y gestionan esa caja, y pagan a sus proveedores… ¡Cuándo cuadre! Y son esos mismos proveedores los que han comprado la materia prima, pagan a sus empleados, invierten en sus fábricas y tienen que abonar la luz todos los meses… El crecimiento empresarial requiere de mecanismos

5.- España es un país de pymes, y nos cuesta muchísimo pasar de empresas de 10 empleados a 1.000.

Hay barreras legales, fiscales y financieras que nos impiden crecer, sobre todo por algunos criterios y requisitos que, cuanto menos, parece que carecen de una explicación lógica:

Por ejemplo, a partir de 50 trabajadores España es un país donde se desincentiva crecer. Una vez que llegas a una facturación concreta, a unos activos concretos o a unos límites que están en torno a los 6 millones de euros de ventas, el incentivo a crecer se trunca.

Fíjate en estos gráficos del investigador Miguel Almunia. La probabilidad de crecer cae en picado en esos entornos. Cuando ya has superado (con mucho esfuerzo) ese bache, lo mejor que haces es crecer, pero aquellas que están en el entorno de los 50 empleados… se lo piensan y evalúan los riesgos de la aventura de crecer (da igual que sea una Sociedad Limitada o una Anónima).

Que la consulta pública de la ministra trate de averiguar las causas, eliminarlas y favorecer el crecimiento empresarial, es algo tremendamente importante.

Como puedes observar en este gráfico, desde 2008 se ha polarizado el crecimiento empresarial. Tenemos un 25% más de empresas muy grandes, con más de 1.000 empleados, pero se han destruido muchas empresas de un tamaño medio (por debajo de 100 empleados). Las más afectadas en términos relativos, como no, las que están en el entorno de los 50 empleados. Y, en el camino, han crecido con fuerza las empresas sin asalariados: 94 de cada 100 empresas en España tienen menos de 10 trabajadores. Y a principios de 2020 (antes de la pandemia) había 155.000 empresas sin asalariado MÁS que en 2008.

Rompamos esas barreras de cristal porque ahí es donde está el crecimiento y la productividad que España necesita. Por fin, parece que se estudiará este ámbito. Pero pongamos soluciones efectivas o es un coste social muy elevado.

Los mitos de emprender en el gratis total

Y ahora vayamos a donde muchos han puesto el titular y el énfasis. Empresas con un euro de capital, en menos de 10 días y a golpe de clic. Aquí me gustaría resaltar 5 mitos relevantes:

1.- Esta obsesión por los días de creación de una empresa y el capital social es clásica.

Y sobre todo está muy motivada por el proyecto Doing Business… cuyo objetivo es “proporcionar una medición objetiva de las regulaciones para hacer negocios”.

España siempre sale mal en estas estadísticas. Es costoso, lleva muchos días y los trámites administrativos lastran la creación de empresas en España. ¿Esto es así? Parece que los datos del proyecto dicen que sí, pero su metodología tiene fallos muy relevantes, como lo explicamos en Sintetia.

¿Es bueno que las empresas se creen lo antes posible, con los menores costes administrativos posibles? Sí, y rotundamente sí. Por lo tanto, siempre es bienvenido trabajar en esa dirección.

¿Esto ayudará a la natalidad empresarial? Tengo mis dudas pero, sobre todo, tengo mucho miedo a que ‘jugar’ con el capital social cree, en realidad, un efecto ‘no deseado’: meter más riesgo en el sistema…

2.- Pongamos que ahora mismo, en 3 segundos, a coste cero, ya tienes una Sociedad Limitada. ¿Eso ayudaría a que cientos y miles de personas que quieren emprender lo hagan?

Tengo muchísimas dudas. Emprender es mucho más que tener una sociedad limitada a coste cero. De hecho, eso NO es emprender. Emprender es tener una hipótesis, validarla y enfrentarte al mercado desde cero:

  • ¿Tienes un producto o servicio útil?
  • ¿Le interesa a alguien?
  • ¿Estaría dispuesto a pagar por él?
  • ¿Puedes lanzarlo al mercado y generar caja desde el primer momento?
  • Y, si no es posible, ¿cuándo y cuánto cuesta lograrlo?

Todas estas preguntas las puedes responder, las debes responder, incluso mucho antes de tener una empresa administrativamente hablando. Una vez validada esa hipótesis, el coste administrativo de crear la sociedad ‘no juega’, no tiene impacto. Crear por crear una sociedad puede ser un hobby peligroso y caro.

3.- ¿Alguien cree que las sociedades necesitan 3.000 euros de desembolso actualmente?

Que levante la mano quien no ha creado una sociedad con aportaciones no-dinerarias (ordenadores, mesas, oficinas…etc.). El capital social es una cantidad mínima de responsabilidad social que tienen los accionistas a la hora de crear la sociedad. Y no es nada más.

Tener sociedades sin capital es crear sociedades desnudas, sin nada que aportar frente a terceros. Es una trampa, una vez más. ¿Qué garantías tiene una sociedad sin capital? Cero… el riesgo financiero ya es extremo con 3.000 euros, sin capital estaríamos igual o peor.

4.- Hasta respirar, en una empresa, genera costes. ¿Te imaginas que tienes que estar un año, sin capital, para generar ingresos?

Esto es más habitual de lo que parece. O al menos, es muy habitual durante muchos meses, que los gastos superen a los ingresos. Si tienes capital cero, cualquier pérdida coloca a la sociedad ante una “quiebra técnica”. Nacer quebrados no sé si ayuda en algo…

Toda empresa, por minúscula que sea, necesita oxígeno, caja, previsiones sobre cuántos meses necesita de financiación (propia o de terceros) para poder pagar la fiesta hasta que empecemos a emitir facturas, cobrar y empezar a jugar a tener una empresa, y dejemos de ser un experimento por validar.

Así que capital cero no es inversión cero, no es caja positiva, no es ninguna garantía de que puedas desarrollar un modelo de negocio con cierta probabilidad de funcionar.

5.- Confundir capital con viabilidad y facilidad para emprender es un error.

Es como transmitir la imagen de “no pasa nada, ¡inténtalo gratis!”. Pero nada es gratis, el dinero hasta generar ingresos recurrentes tiene que llegar de algún sitio. Sin recursos, no se puede emprender. Es un error de consecuencias terribles.

Esto es lo mismo que confundir capital con deuda. El capital social no se devuelve, es dinero o recursos aportados por los accionistas, para financiar la sociedad, a cambio de unos derechos (acciones). La deuda, se devuelve, supone una entrada y una salida de caja. Y, o rentabilizas esa deuda, o estarás con problemas de liquidez que acabarán en una insolvencia.

Por ello, a mí me gusta mucho más, para fomentar la natalidad empresarial, poner foco en los incentivos para “capitalizar”, y no para descapitalizar, a las empresas. Nos jugamos el crecimiento empresarial. Me gustaría que las grandes empresas que inviertan en las pequeñas tuvieran incentivos fiscales, por ejemplo. Y si estas empresas son de base tecnológica y científica aún más. O que durante los primeros (100.000 euros, por ejemplo) de beneficios de una pequeña empresa que nace no paguen ni un sólo impuesto, como ocurre en otros países cuando emprendes por primera vez. O que cuando tienes beneficios y los re-inviertes en la propia sociedad puedas tener deducciones.

Capitalizar es generar recursos y reinvertirlos. Es trabajar en el objetivo de tener empresas, pequeñas (cierto), pero entrenadas en hacerlas crecer con solvencia. Y todo lo que ayude a ese camino debemos incentivarlo, como favorecer el capital riesgo de impacto, y con altas capacidades para hacer crecer a las empresas.

El gratis no existe en el mundo del emprendimiento. Facilitar la vida de quien empieza es siempre positivo. Pero no juguemos nunca con lo que hace fuerte a una empresa, desde que nace: su capacidad para crear recursos, reinvertirlos y entrenar el músculo que le permite soportar mejor (que no asegurar) la próxima crisis. Igual evitamos que no cierren la persiana y creen empleo y riqueza de forma sostenible.

Artículo escrito por Javier García

Editor de Sintetia

6 Comentarios

  1. Formación online

    Un post muy interesante, te apoyo y creo que sería estupendo para todos.

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  2. JOAQUIN MANUEL LORENCES RODRIGUEZ

    Muy interesante, Javier. Esas barreras al crecimiento son muy elevadas y numerosas. Te recomiendo que explores la derivada de la exigencia legal de contar con representación sindical según tamaño. Este punto también señala una debilidad estructural de nuestro sistema de relaciones laborales.
    Efectivamente, creo que redactar una ley específica orientada a desbloquear la influencia de tidas limitaciones al crecimiento sería muy importante para favorecer la efi iencis y el crecimiento económico.

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  3. Ferran Pi Roca

    Excelentes las claves de Javier.. Añado una más: la de educar para desestigmatizar el fracaso a través de la educación. A las barreras legales, fiscales y financieras se le suma la cultural que crea miedo ante el fracaso profesional y personal. ¿Cuántos empresarios podrían crecer más si no tuvieran ese techo cultural? ¿Cuántos de ellos volverían a emprender a pesar de sus fracasos si la sociedad los premiara por ello en lugar de señalarlos con el dedo? ¿No es un contrasentido tener sociedades de responsabilidad "limitada" y castigar culturalmente el fracaso? Buena semana!

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    • Javier García

      MUY BUENO, Ferrán. Abrazo grande

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  4. Juan Tatay

    totalmente de acuerdo, el viernes por la mañana escuché lo de 1€ y me pregunté como qué sentido tenía… en vez de aflojar el lazo al autónomo, dejarlo crecer, abaratar su parte, que contratar no le resulte tan costoso.
    Además, aunque no vamos a saberlo de entrada (como cliente o proveedor o partner), ¿qué seguridad ofrece un capital de 1€, si ya el capital de 3000 no la merece mucho, si es muy joven vas a dudar?
    para eso q cualquiera pueda realizar actividad económica en cualquier momento, altas y bajas rápidas y sencillas y declarar ingresos y gastos.
    A ver como se desarrolla este asunto

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    • Javier García

      Gracias, Juan!!! Abrazo amigo

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