El mundo asiste a una ola de digitalización masiva. Las grandes plataformas digitales y los líderes empresariales de la economía post-crisis van extendiendo su dominio a todos los sectores. Amazon ha sido considerada por la revista Fast Company la empresa más innovadora del mundo en 2017. Su modelo original de venta de libros on-line catapultó el negocio de las librerías desde la Edad Media al siglo XXI. Hoy Amazon ha penetrado en sectores de música digital, televisión (ganando incluso algunos Emmys basados en plataformas de crowdsourcing para guionistas noveles), moda (Amazon ya es la segunda empresa vendedora de productos textiles en Estados Unidos), artículos para el hogar, accesorios electrónicos, pañales o productos perecederos como café orgánico certificado como comercio justo. Amazon se está convirtiendo en la gran interfaz comercial del mundo.
No sin olvidar que Amazon ha invertido millones de dólares en I+D en start-ups que generan las capacidades de interacción de su asistente virtual, Alexa, capaz de aconsejarte si comprar o no un paraguas hoy. Ford está ya integrando Alexa en sus vehículos, mientras las acciones de Amazon se han revalorizado un 300% en los últimos tres años.
En 2012, Amazon adquirió por 775 millones de dólares Kiva Systems, empresa especializada en robótica para avanzar en la automatización de su cadena logística; 20 aviones Boeing 767, con centro en un gran hub aeroportuario en Kentucky, con 2000 operarios y una inversión de más de 1.000 millones de dólares. Todos ellos elementos que completan el magistral despliegue de tecnología logística de Amazon.
Facebook también crece, penetrando en el negocio de vídeo y TV, e incorporando nuevas capas de inteligencia artificial a sus servicios. Acaba de anunciar sorprendentes sistemas de reconocimiento de patrones de suicidio en los vídeos colgados por sus usuarios. IBM sigue con la extensión de su sistema Watson, dando soporte a la toma de decisiones en sistemas sanitarios en Estados Unidos y Finlandia. Apple, la gran máquina de generar beneficios en el mundo digital consiguió en 2016 una extraordinaria productividad: 1,8 millones de dólares y 387.000 $ de beneficio por empleado. Mientras, Foxconn, el mayor contratista mundial de fabricación electrónica (fabricante de iPhones para Apple o de Galaxys para Samsung), sigue sus planes de automatización masiva, que pueden suponer la substitución de un millón de empleados por robots.
La efervescencia en el mundo digital mantiene su ritmo. Las grandes plataformas convergen, cooperan y compiten en el domino de una tecnología estratégica: la inteligencia artificial. Amazon, Facebook, Google, IBM, Microsoft y Apple han constituido un gran consorcio de investigación para acelerar los desarrollos en inteligencia artificial, campo en que los avances son exponenciales. Hace poco, un sistema de inteligencia artificial batió en una serie de partidas consecutivas, celebradas en Pittsburgh, a cuatro de los mejores jugadores de póker del mundo. Por primera vez, un robot vence a humanos en un juego de información incompleta y profunda gestión emocional. El algoritmo mostró capacidades de marcarse faroles y de adivinar cuándo sus adversarios se estaban marcando un farol. La inteligencia artificial nos dará grandes sorpresas en el futuro inmediato.
Nuestros smartphones pronto dispondrán de capacidades cognitivas casi humanas. Podremos interactuar, no a través de ellos, sino con ellos. Se convertirán en PDA’s renovadas (Personal Digital Assistant, Asistentes Digitales Personales) con capacidad de entender la voz humana, hablar, intuir, aconsejar, tomar iniciativas y organizar procesos. Nuestro móvil nos alertará que tenemos la presión alta, que debemos tomarnos la pastilla para el colesterol, que la hamburguesa que vamos a pedir en el restaurante no nos conviene, o que llevamos una sobrecarga de trabajo y deberíamos tomarnos unas vacaciones. Quizá incluso nos reservará de forma autónoma vuelo y hotel en algún destino sorpresa, que sabrá que nos gustará. O acordará una cita con el asistente personal de una posible pareja cuyos patrones, gustos, aficiones e intereses encajan con los nuestros. Pronto tendremos asistentes personales con coeficientes de inteligencia (CI) de 100 (la media humana), y, si la ley de Moore se sigue cumpliendo (las prestaciones de los computadores se doblan cada año y medio), ¿cómo serán nuestros asistentes cuando tengan CI’s de 200, 1000 o 10.000?
El Mobile World Congress ha puesto en evidencia esta tendencia a la digitalización total, a la fusión de todos los sectores económicos alrededor de grandes plataformas y tecnologías digitales. Chatbots (robots capaces de desarrollar conversaciones), realidad virtual y vehículos autoconducidos han marcado las algunas de las principales tendencias emergentes en el salón. El evento convierte Barcelona en la gran capital mundial de la tecnología móvil, que es ya el principal eje estratégico de desarrollo de la práctica totalidad de sectores económicos.
El concepto de transformación digital está de moda. Es la última ola de la innovación. Pero la transformación digital no debe entenderse sólo como la informatización de los procesos empresariales, como se entendía hasta ahora. La transformación digital va de la absorción estratégica de nuevas tecnologías disruptivas, todas ellas de base digital (internet de las cosas, 3D-printing, realidad virtual, big data, robótica e inteligencia artificial). El principal reto de las organizaciones en los próximos años será como interpretar, implementar e institucionalizar estas tecnologías para generar ventajas competitivas. En la industria, este reto se ha venido a denominar Industria 4.0. Pero el verdadero reto excede la industria. El verdadero reto, y la gran oportunidad, es desarrollar hospitales 4.0, universidades 4.0, escuelas 4.0, administraciones 4.0, ciudades 4.0 y países 4.0.