Los sindicatos acaban de proponer un modelo mixto de protección ante el despido que combina la indemnización empresarial vigente hasta ahora con un nuevo fondo individual al que la empresa aportaría un porcentaje del sueldo bruto de cada trabajador y del que se cobraría en caso de despido o en la jubilación. El nuevo elemento del sistema propuesto se conoce como el modelo austríaco, después de su implantación en dicho país a raíz de la reforma laboral de 2002.
Las ventajas del modelo ya han sido discutidas con anterioridad en Sintetia y se pueden resumir en los incentivos a la movilidad laboral -o, más concretamente, la desincentivación del inmovilismo-, claves para un cambio de modelo productivo.
Además, el estado podría incrementar la cuantía del fondo individual a cambio de una menor cobertura de seguro de desempleo, conseguiendo una reforma neutral en lo equitativo e incentivando la búsqueda de trabajo antes de agotar la prestación por desempleo. Los estudios han demostrado que la tasa de personas que encuentran trabajo tras la finalización de la prestación es mucho mayor que la de meses anteriores. Si el estado garantizase únicamente los primeros meses de prestación, recayendo la protección sobre lo cotizado por el estado en el fondo individual a partir de entonces, los recursos gastados en prestaciones disminuirían sensiblemente ya que el trabajador estaría consumiendo recursos que podría ahorrar para su jubilación.
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