Continuamos con la entrevista a este catedrático de economía que tiene un amplio bagaje de investigación en ámbitos de gran transcendencia.
:: ¿Cuáles son las razones que nos ha llevado a este colapso inmobiliario?
Al colapso inmobiliario se ha llegado gracias a una combinación de muchas cosas, pero el núcleo de todo este colapso han sido las “expectativas irracionales” de todos los agentes participantes en este mercado: oferta, demanda e intermediarios. Esa expectativa irracional ha consistido en creer que el precio de la vivienda nunca puede bajar. Un simple análisis gráfico muestra que aunque las series históricas de muchos precios pueden mostrar una tendencia creciente, existen los ciclos, que hacen que los precios fluctúen alrededor de esa tendencia. Y cómo todos sabemos, el sector de la construcción tremendamente cíclico.
Partiendo desde aquí, si uno asume como evento seguro que el año que viene el precio de la vivienda va a subir, que esto va a ser así hasta el infinito, y que además la vivienda es un bien con liquidez, cosa que no es cierta, ya que siempre hay alguien dispuesto a comprar, tienes ese coctel explosivo que nos ha llevado a la situación actual. Así es como se ha generado la burbuja inmobiliaria en este país, y que ha contribuido a que la crisis financiera mundial golpee a España con mucha más dureza que al resto de países.
Desde mi punto de vista, la burbuja que nos ha llevado al colapso inmobiliario ha sido sobre todo un fenómeno psicológico. Esto choca de lleno con la teoría dominante de las “expectativas racionales”, que afirma que los mercados se auto regulan y que le sirvió a Robert Lucas para ganar el premio nobel de economía en 1995. Dicha teoría desmentía la corriente keynesiana que aseguraba que las expectativas eran cambiantes según la psicología del entorno, y que por tanto había que estar alerta. Tal y como han ido las cosas, parece ser que los keynesianos tenían razón después de todo.
:: ¿Cómo defines técnicamente una “burbuja”?
Me gusta usar la definición de burbuja que aporta Stiglitz: “si la razón por la cual el precio es alto hoy sólo es porque el precio de venta será alto mañana, cuando los factores fundamentales no parecen justificar semejante precio entonces la burbuja existe”. Así que si alguien hubiese leído esta definición y hubiese mirado a su alrededor habría llegado a esa conclusión. Los “negacionistas” de la burbuja, a quien no se tenía que haber prestado mucha atención por ser parte interesada, se apoyaban en que los factores fundamentales sí que justificaban estos incrementos de precio, pero no era así, y había indicadores claros que por aquel entonces ya lo sugerían. En su libro “exuberancia irracional”, Robert Shiller utiliza este fenómeno para explicar la burbuja inmobiliaria que se produjo en los 90 en EEUU.
:: ¿Responsables?
Aquellos que intentan ahora distribuir la culpa entre todos exhiben cierto cinismo. Creo que los pobres hipotecados solo se dejaron llevar por la espiral del momento. Cuando a uno no paran de decirle que es “rico”, y que aún lo puede ser más, acaba por creérselo. Sí que es cierto que en última instancia es el comprador el responsable de su acto, pero cuando no se dan las condiciones óptimas es el banco quien tiene el poder de decidir a quién se le presta el dinero y a quién no. Así que la responsabilidad se le debería atribuir principalmente a la “Mala Banca” que ahora obliga a crear el “Banco Malo”. Hay que decir que algunas entidades de crédito siguieron la ortodoxia crediticia más que otras, pero la feroz competencia por atraer nuevos clientes provocó que algunas entidades bancarias relajasen más de lo conveniente los estándares crediticios. Por otro lado, no olvidemos tampoco al órgano regulador, el Banco de España, y todas las políticas adoptadas por los gobiernos de turno para fomentar la propiedad en detrimento del alquiler. Ya veis que a la hora de repartir responsabilidades hay para todos.
:: ¿Algún factor clave en todo este asunto?
Desde mi punto uno de los problemas fue un inflamiento de los valores de tasación por parte de las empresas tasadoras, la mayoría de ellas en manos de la banca. No me atrevería a decir que se sobretasaba a conciencia o si existía algún patrón para la sobretasación, pero ciertamente muchos de los pisos se estaban sobretasando. Para ver que esto es así basta con comparar los valores de tasación con los precios de venta, y se verá que existe una brecha significativa entre ambas magnitudes.
Es importante destacar que la tasación de un piso no consiste en que una persona asigna un valor utilizando criterios de juicio, sino que es una práctica mucha más regulada de lo que la gente puede imaginar y que utiliza modelos estadísticos realmente complejos. Esta regulación existe con la intención de que la valoración de los inmuebles no se haga de forma arbitraria. Así que si sistemáticamente el precio de venta es significativamente inferior al de tasación hay que algo está fallando.
Todos recordaremos aquellas ruedas de prensa en todos los telediarios en los que los responsables de alguna empresa de tasación, basándose en sus propias tasaciones, lanzaban sus predicciones de precio para el año siguiente. Si todo el mundo cree que el precio va crecer, los agentes del mercado actúan en torno a esa expectativa, y finalmente el precio acaba creciendo. Este fenómeno se conoce como el de las predicciones que se autoalimentan.
:: ¿Cómo se conjugan estos factores a los que haces alusión en la acumulación de activos tóxicos?
Una vez tomada como cierta la “expectativa irracional”, el comportamiento irracional se vuelve racional. Es decir, el incentivo de los bancos sería simple, un piso sobretasado implica una hipoteca más grande, y en consecuencia un mayor beneficio para el banco. Un piso sobretasado es muy probable que acabe vendiéndose a un precio mayor, con las consecuencias que esto tendría para los movimientos de precios en el mercado. Además, los préstamos hipotecarios se hacen en base al valor de tasación y no al precio de venta. Por tanto una hipoteca basada en un valor sobretasado conlleva un préstamo que hace que las familias asuman más deuda, y que además puede alejarse del valor de mercado del inmueble si se produce un descenso en el precio. Cuando una hipoteca está por encima del valor de mercado del inmueble pone en una situación comprometida a ambos, comprador y banco.
En este escenario ¿cómo actúa la expectativa irracional? Por un lado, probablemente el comprador sea consciente de que está pagando demasiado; y por otro lado, el banquero es probable que también sepa que está prestando en base a un valor sobretasado. Sin embargo, si ambos creen que el año que viene el precio será mayor y que la demanda seguirá subiendo, a ninguno de los dos les parece una situación de riesgo, ya que si no se puede pagar la hipoteca, una vez vendido el piso todos ganan, o en el peor de los casos ninguno pierde.
Además, la gran cantidad de ejecuciones hipotecarias que están aconteciendo estos días también demuestra que muchas de las hipotecas concedidas por los bancos no eran todo lo solvente que deberían y que muchos estaban asumiendo deudas muy por encima de sus posibilidades. También es cierto que toda persona que firma una hipoteca lo hace bajo la convicción de que la podrá pagar, ya que en caso contrario probablemente muchos no la habrían firmado.
:: ¿Alguna práctica “habitual” que quieras aportar y que haya sido nefasta?
Sí, otra práctica habitual consistía en inflar la hipoteca incluyendo no solo el préstamo para la compra de la vivienda sino también préstamos al consumo. Ésta es una práctica que también eleva el riesgo ya que, como he dicho antes, al inflar la hipoteca se hace que ésta se aleje cada vez más del valor de la vivienda. Esta práctica hace que se eleve lo que se conoce como “leverage” de un préstamo, ya que se añade más deuda a hogares que ya están muy endeudados. Los compradores no tenían por qué saber esto, pero las entidades bancarias sí. Finalmente pasó lo que nadie esperaba, la burbuja estalló, llegó la crisis, el paro empezó a subir, se dejaron de pagar hipotecas, y con la caída de precios los bancos empezaron a llenar sus activos con pisos sobrevalorados e hipotecas impagadas provenientes de compradores y promotores inmobiliarios insolventes
:: Y llegó el Banco Malo… ¿Qué opinión te merece su creación y las noticias que estamos conociendo sobre su funcionamiento?
La verdad es que no soy un experto en finanzas, y sobre esto hay división de opiniones, pero más allá de otras consideraciones, la cuestión es saber si el “Banco Malo” es la solución al colapso financiero actual. En teoría un Banco Malo sirve para librar a la banca de todos sus activos tóxicos, principalmente inmobiliarios, sanear sus balances, y desde aquí hacer que el crédito vuelva a fluir, lo que hará que la economía española se active. El nuestro no es el primer Banco Malo, y la experiencia anterior en otros países aporta resultados de todo tipo. Un éxito total en el caso de Suecia allá por los años 90, y un fracaso rotundo en Irlanda más recientemente. Desgraciadamente creo que no solo por cuestiones coyunturales, sino también estructurales, nuestra situación se parece más a la de Irlanda que a la de Suecia.
Además, todos estos activos tóxicos podrían permanecer cerrados en una caja durante más de una década a la espera de tiempos mejores, y así poder ser vendidos a un precio “razonable”. Mediante esta última fórmula, se supone que el Estado recuperará el coste que la adquisición de estos activos tóxicos ha supuesto.
La verdad es que vendido así, no solo parece una solución al problema, sino que además parece un negocio redondo. No obstante, los activos tóxicos no desaparecen, sino que pasan de unas manos a otras, de las privadas a las públicas.
Así que por un lado se alivia la carga de los bancos, pero se intoxica la del Estado, y en consecuencia la de todos los españoles. Por ello, aunque acabe funcionando, cosa que está por ver, la idea de tener que crear un “Banco Malo” a costa del contribuyente para salvar a la “Mala Banca” me parece cuanto menos cuestionable desde un punto de vista ético y estético. Al final quienes acabarán pagando las perdidas debido a la mala gestión bancaria serán los contribuyentes.
Creo que las cosas no son tan simples, por un lado recibimos una gran presión de la troica para reducir la deuda pública, y por otro el “Banco Malo” va a ser la herramienta por la cual se van a convertir cantidades ingentes de deuda privada en déficit público. No tengo claro que esto no acabe teniendo consecuencias para todos nosotros.
:: ¿Banco Malo público o privado?
Esto es clave, ¿cuál es el papel de Estado en todo este asunto? En mi opinión el “Banco Malo” debería ser totalmente privado, no solo por cuestiones éticas y estéticas de cara a los contribuyentes, sino porque pone en una situación de mucho riesgo al Estado. Creo que el Estado no debería convertirse en la mayor inmobiliaria del país, ni aun tratándose de un momento tan crítico como el actual.
Ahora bien, y al margen, de cuestiones éticas que como todos sabemos cada día están más al margen de la economía, si en el corto plazo el “Banco Malo” consigue que el crédito vuelva a fluir y se activa la economía habrá cumplido su objetivo. Sin embargo, existen daños colaterales que pueden ser tan malos como el problema que se intenta solucionar. El problema de España ha sido de deuda privada y no pública, por tanto la deuda que se ha asumido para salvar a la Banca debería seguir siendo privada. Si el negoció del “Banco Malo” es potencialmente rentable como algunos aseguran, debería haber más inversores privados interesados en formar parte de su accionariado. El estado debería buscarlos.
Si el “Banco Malo” no consigue deshacerse de todos estos activos tóxicos en manos del Estado con relativa rapidez las consecuencias no serán buenas. En Irlanda, el rescate de la banca elevó su déficit público de tal forma que ese país se vio obligado a pedir el rescate en 2011. Y digan lo que digan algunos, y visto lo visto, dudo que un rescate vaya a mejorar nuestras vidas.
:: Cambiemos de tercio, hablemos del mercado laboral ¿Quiénes son los grandes enemigos de la movilidad laboral en España?
La movilidad laboral consiste en cambiar de trabajo, y esto es algo que muchos españoles están dispuestos a hacer si ello les supone una mejora. El problema viene cuando este cambio de trabajo conlleva también movilidad geográfica, y aquí el principal enemigo de la movilidad somos nosotros mismos. En contra de lo que sucede en otros países, al español medio le gusta muy poco moverse, y solo lo hace en situaciones algo extremas, como la imposibilidad de encontrar trabajo en su área geográfica.
El español medio puede renunciar a cambiar de trabajo, aunque ello conlleve mejoras laborales, si esto implica tener que cambiar de región. Cuando se trata de cambiar país, es aún peor. Al problema estructural y cultural de la inmovilidad innata del español medio, hay que añadirle otros eventos que el individuo experimenta a lo largo de su vida.
La vivienda en propiedad es uno de los principales enemigos de la movilidad geográfica, existe evidencia empírica en multitud de países que demuestran que los individuos que viven de alquiler son mucho más móviles laboral y geográficamente que los que viven en régimen de propiedad. En un país como España, donde el 90% de la población vive en régimen de propiedad, este problema cobra mucha más fuerza.
:: Un concepto en el que trabajas y que me parece realmente interesante, ¿Qué es el capital social?
No existe unanimidad es su definición pero, básicamente, el capital social puede dividirse en dos tipos, el individual y el comunitario. El individual hace referencia a la red social del individuo, por ejemplo, amistades, familiares, posibilidad de ocio y de hablar sobre problemas con familiares y amigos, etc. Por otro lado, el comunitario, que también podemos dividir en diferentes tipologías, hace referencia a todas las entidades que pueden ser concebidas como punto de encuentro entre individuos con un fin común, como por ejemplo, asociaciones y clubes de todo tipo, centros de ayuda, incluso centros religiosos, etc.
:: ¿Y qué conexiones tiene el capital social con otros ámbitos?
Por ejemplo, existe abundante literatura que encuentra un vínculo entre salud y capital social, es decir, un mayor stock de capital social implica una mejor salud para los individuos. Siendo el efecto del capital social individual bastante más fuerte que el del capital social. Mis investigaciones se han centrado principalmente en vincular el capital social a la salud mental para el caso Español, obteniéndose el mismo resultado consistente en que más capital social implica una mejor salud.
La recomendación que se desprende de toda esta evidencia empírica solo puede ser una. Se ha de fomentar la acumulación del capital social, ya que éste poder ser un instrumento de política sanitaria potencialmente eficaz para la consecución de los objetivos relacionados con la reducción de las desigualdades en salud. Además, esta política basada en el capital social requiere, en comparación con otras medidas políticas, de menos recursos económicos (véase Stoyanova y Diaz-Serrano, 2008; y Stoyanova y Diaz-Serrano, 2010).
Los individuos que tienen un mayor stock de capital social individual son menos propensos a acumular capital social comunitario. Sin embargo, en el caso de pertenecer a colectivos, como el de los inmigrantes, en los que no resulta tan fácil tener este capital social individual, el comunitario es el único recurso.
La capacidad de las instituciones para incidir sobre el stock de capital social individual de la gente es algo limitada, ya que ese es un tema más del individuo. Sin embargo, las instituciones sí que pueden incidir de forma muy significativa sobre el stock de capital social comunitario. Creo que en la coyuntura actual, las administraciones públicas deberían tomarse mucho más en serio este asunto.
:: Ahora vivimos tiempos donde todo se cuestiona, incluido la sostenibilidad o no del sistema de salud público español ¿Dónde están los retos para seguir disfrutando de uno de nuestros pilares del Estado del Bienestar?
Este es un tema muy interesante, pero se ha de ir con mucho cuidado en cómo se enfoca este debate. Desde mi punto de vista, el debate sobre la sostenibilidad del sistema público de salud, no es económico sino ideológico. Este tema no es nuevo, cuestionar la sostenibilidad de la salud pública es buscar excusas para su futura privatización. Obviamente, en una coyuntura de crisis económica como la actual, esta racionalización del asunto cobra mucha más fuerza. En mi opinión, el sistema público de salud es perfectamente sostenible, lo era hace cinco años, por tanto no se me ocurre porque ahora ya no lo es. No obstante, esto no significa que no deban que introducirse mejoras de gestión y control, y sobre todo un esfuerzo institucional para hacer entender al ciudadano de que cualquier abuso del sistema público pone en peligro al propio sistema.
Algunos pueden defender que para mejorar la gestión, ésta hay que dejarla en manos privadas expertas, pero siempre y cuando esto no implique una privatización del sistema. La única manera de garantizar un servicio universal de salud y de calidad, radica en que siga siendo público. Si el servicio dejase de ser deficitario, la única garantía de que el dinero que el sistema genera se invierte en la propia mejora del servicio es que éste sea público, ya que como todos sabemos, el principal objetivo de las empresas privadas es obtener beneficios para después repartir dividendos.
:: ¿Qué opinión te merecen fórmulas como el copago?
Pues que el debate sobre la insostenibilidad del sistema público de salud ha puesto sobre sobre la mesa este polémico tema de los copagos. En mi opinión, creo que los copagos no es una mala opción, y se utiliza en países con un estado del bienestar bien garantizado y sobre los que no planea ninguna duda de sostenibilidad. El copago no solo puede ayudar a la sostenibilidad del sistema, sino que también a concienciar al ciudadano de que la sanidad pública no es gratuita. Ahora bien, estos copagos han de introducirse con criterio y de forma que no generen más desigualdades en salud en contra de aquellos con menos recursos. La concienciación del ciudadano de que no conviene abusar de lo público es fundamental. Hay que recordar que uno de los grandes lastres del sistema público de salud es el fraude farmacéutico, y del cual son responsables todos los usuarios del sistema.
:: Si tuvieras que decir los retos más importantes a los que se enfrenta la economía española, ¿cuáles serían?
Para contestar a esta pregunta voy a recurrir a viejas cantinelas sobradamente conocidas, pero que por mucho que se repiten no acaban de hacer calado.
Es primordial un cambio de paradigma del modelo de crecimiento, ya que el actual, entre otras cosas, es el que nos ha llevado a la situación en la que estamos. No podemos depender de sectores tan cíclicos y volátiles como la construcción y el turismo. Hay que potenciar la investigación y el desarrollo, el capital humano y una economía más basada en sectores más productivos que generen un mayor valor añadido. Esto es algo de lo que los políticos hablan todo tiempo, pero que no tienen muy claro ni en qué consiste ni en cómo se hace.
La prueba es que mientras se mantiene este discurso, se recorta drásticamente el presupuestos en I+D+I y educación, y a pesar de que el ladrillo ha provocado que la crisis en España nos golpee más fuerte que en el resto de países, se vuelve a mirar al ladrillo como futuro salvador de la economía española. A este último respecto, es como si nunca aprendiésemos de nuestros errores, creo que hay que abandonar este discurso retórico y hueco, y tomarse en serio este reto. Mediante este cambio, otros retos como la mejora de la productividad y la competitividad vienen solos.
También es esencial la externalización de las empresas españolas, se ha de mirar hacia afuera e incrementar las exportaciones. Esto significa diversificar, no depender solo del mercado doméstico sino también del exterior. Una vez más, esto solo es posible si primero se cambia el modelo productivo.
Otro gran reto va a consistir en recuperar la credibilidad, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. Artículos como el publicado recientemente en la revista The Economist: “Why is Spain so Corrupt?” no nos dejan en muy buen lugar.
:: Y no te olvides del … “déficit público” y papel del Estado, ¿no?
Algunos abogan por la reducción del déficit público, cosa que con el Banco Malo de por medio se convierte en un objetivo épico, pero ceteris paribus, desde mi punto de vista éste no es esencial. El déficit público español no es muy superior al de muchos países sobre los que no se ha puesto la lupa. Al margen de cuestiones ideológicas, la herramienta para la reducción del déficit pasa por reducir las dimensiones del sector público, pero discrepo profundamente. Creo que el sector público no debería reducirse si se desea que éste sea mínimamente eficiente.
También se aboga, y ahora sí que entramos en cuestiones ideológicas, por una reducción del papel del Estado. Sin embargo, aquellos que claman por la desaparición de Papa-Estado cuando tienen beneficios, son los que recurren a él cuando tienen pérdidas, así que no merecen mucho crédito. Creo profundamente, y en contra de lo que la Escuela de Chicago promueve, que el Estado debería ejercer un mayor control sobre el mercado. No hay más que mirar a donde hemos llegado por la falta de control y regulación de lo privado.
1 Comentario
Muy interesante e instructivo . Felicidades