Si piensas que “es mejor no empezar ahora mi negocio, porque la economía todavía no está creciendo” estarás cometiendo un error comparable al de las personas que durante la burbuja .com pensaban “todo lo que tengo que hacer es una startup y me haré rico”. En realidad, lo importante es quién eres, mucho más que no cuándo lo haces.
Como Paul Graham (Y-Combinator) afirma también, veo startups triunfar o fracasar todos los días en base a la calidad de sus fundadores. La situación de la economía tiene algún efecto, por supuesto, pero para predecir el éxito ofrece mucho más error que otras variables como la calidad de los fundadores. Si te preocupan las amenazas a la supervivencia de tu compañía, no las busques en las noticias: mírate en el espejo.
He aquí unas razones pragmáticas de Paul y de otros para resaltar por qué no deberías esperar a la siguiente burbuja de negocio antes de dar el salto:
1.- Las alternativas no son tan atractivas. Si la alternativa es no tener seguridad laboral o salario bajo, ¿por qué no trabajar para ti mismo y lanzar tu startup? Invertirás tu tiempo y energía en algo que tiene un mayor potencial alcista de futuro. Si tienes talento y siempre has jugado con la idea de la startup, tiene sentido financiero hacerlo ahora.
2.- Más talento disponible. Es difícil encontrar a gente buena para trabajar cuando ya tienen otro trabajo. Pero en una economía débil ello no es así –muchas compañías han explotado y han echado a mucha gente, incluidas sus estrellas-. Mira tu red de negocios y busca un gran co-fundador o un gran diseñador.
3.- Bajo coste de la infraestructura. ¿Te has fijado mientras conduces en todas esas oficinas vacías? Hazles una oferta. ¿Necesitas publicidad más barata? Los precios de los anuncios bajan cuando el presupuesto de marketing de las compañías desciende. Negocia, o utiliza redes sociales, que son virtualmente gratuitas.
4.- Los competidores son vulnerables. Tienen más gastos fijos, facturas pendientes, acuerdos publicitarios anuales y oficinas más caras que contrataron hace años. Sus precios son altos y difíciles de bajar. Queman efectivo. Tú no tienes ninguno de estos dolores, consumes tu efectivo a sorbitos, no tienes gastos fijos y mucho tiempo para invertir en buscar y cuidar a tus nuevos clientes.
5.- La tecnología progresa. También para cualquier idea, la recompensa por actuar rápido en una economía renqueante será más alta que por esperar. Los trenes de la tecnología salen de la estación en intervalos regulares. Si todo el mundo se acobarda en una esquina, puedes tener un vagón entero solo para ti.
6.- Los mercados no reducen el número de personas a los que puedes llegar. Como startup, tienes más control sobre tu base de consumidores. Probablemente no vayas a perder tus clientes de golpe, incluso aunque pueden marcharse individualmente si no pueden permitirse tus servicios.
7.- Algunas oportunidades de negocio aumentan cuando la economía va peor. Mientras la liquidación de inventarios no es un negocio especialmente placentero, es un ejemplo de actividad que funciona bastante bien durante las recesiones. Una población que envejece y cuya salud declina va a comprar productos y servicios sanitarios –esté la economía en recesión o no-.
8.- Los inversores siguen buscando buenas startups. Todo el mundo sabe que hay que comprar cuando los tiempos son malos y vender cuando son buenos. Algunos inversores piensan así. Tú también eres un inversor. Como fundador estás comprando acciones con trabajo.
La forma de emprender en una economía en recesión es hacer exactamente lo que harías en otra situación: dosificar el efectivo de la mejor forma posible. Cuanto más barata de operar sea tu compañía, más difícil es de matar. Y afortunadamente se ha convertido en algo muy barato el hacer funcionar una startup.
El día más popular para crear una compañía es el mismo día que para comenzar una nueva dieta: mañana. Así que da el salto hoy, no mañana. Si no empiezas ya, lo más probable es que nunca empieces. Si llevas un emprendedor en tu corazón, no te condenes a una vida arrastrándote por trabajos como asalariado, dependiendo de otro para tu salario, salud y jubilación; una vida de trabajo sin propiedad ni posibilidad de “cuestas abajo”.
Por último, las burbujas son difíciles de reconocer hasta que explotan. Podrías estar viviendo en una ahora mismo. Así que, de todas formas, ahora es el momento perfecto para perseguir tu pasión emprendedora.
Artículo original: «Don’t Wait for the Next Bubble to Start a Business»