Esquivar la Mediocridad
Lo dije cuando le entrevisté el mismo día que se publicaba su libro: “Si un amigo publica un libro, me emociona. Si además, es un sabio, como me demuestra cada día, aprendo. Si, además, nos acompaña en esta familia de mentes inquietas que es Sintetia, me siento orgulloso. Y si todo esto lo puedo degustar con café, lanzarle unas preguntas y constatar todas estas capacidades, matices y compartirlos, me hace feliz.
Xavier Marcet
Reseña del libro Esquivar la mediocridad
Esquivar la Mediocridad, todo un alegato a romper moldes, a cuidar a las personas, a domar el ego y construir una sociedad mejor
Valores profundos, humildad arraigada, el esfuerzo y la vena creativa la lleva en su ADN, trabaja duro para aprender y con ello vivir de forma más apasionada. Quiere sumar, cuida de sus amigos y siempre escucha. Éste es Xavier Marcet, un hombre que lucha contra la mediocridad que —queramos o no— todos llevamos dentro. Su libro, Esquivar la Mediocridad, es todo un alegato a romper moldes, a cuidar a las personas, a domar el ego y construir una sociedad mejor. No dejarás de aprender en cada página. Tomarás muchas notas y te hará crecer.
Xavier es la representación de la inspiración lo que el gran Peter Drucker nos aportaba en el campo del management: sabiduría y siempre estar en la frontera del conocimiento, desafiando nuestras mentes. Cada año visita Viena y nos trae las esencias del Global Peter Drucker Fórum.
Pero, ¿Qué nos propone en Esquivar la Mediocridad? Cuando le entrevisté nos dejó claro por qué tienes que leer este libro:
Esquivar la Mediocridad es una aspiración que me persigue. Noto que no es lo mismo trabajar con personas y proyectos auténticos. Trabajar con alguien que te inspira no tiene precio. El libro es una forma de estar alerta porqué a menudo la mediocridad es más rápida que nosotros. Puedes caer en la mediocridad, pero no instalarte en ella. Hay que levantarnos y esquivarla, una vez más. Procurar escoger bien a las personas, a los clientes, a los jefes, a los compañeros, a los maestros, ayuda —y mucho— a esquivar la mediocridad.
En general, la mediocridad es fruta de la falta de autoexigencia y de autenticidad. Y en 3 ámbitos:
- Las empresas mediocres: aquellas para las que el futuro es pura inercia del pasado.
- Las personas mediocres: aquellas afiliadas al paripé o cuando hacen de la queja su modo de ser.
- Y las sociedades son mediocres cuando son estructuralmente corruptas, cuando parece que los deshonestos ganan la partid
Lo importante está en nuestras agendas. Si hablamos todo el día de innovación pero no está en nuestra agenda, somos directivos o profesionales retóricos, en este caso no esquivamos la mediocridad. Lo que es importante para nuestra organización y para nosotros debe figurar en nuestras agendas. Si nuestros equipos no están en nuestras agendas no habrá espacio para empoderar, no habrá tiempo para aprender juntos de los fracasos.
Los líderes que no ponen a sus equipos en sus agendas no multiplican, como máximo suman, y los líderes están para multiplicar, no lo olvidemos.
Este es el nuevo management: más estrategia y menos planificación
Lo difícil es planificar e innovar a la vez. Ser una organización ambidiestra que explota un negocio y explora nuevos negocios a la par es un gran desafío. En cualquier caso, necesitamos más brújula que nunca, estrategia, pero podremos planificar menos que nunca.
10 claves para esquivar la mediocridad
Lo digo en diez puntos sin añadir explicación:
- Más estrategia y menos planificación.
- Adaptación (explotar y explorar)
- Gestión de la complejidad desde la inteligencia artificial y el Big Data.
- Agilidad
- Centralidad del Cliente
- Gestión del talento y del no – talento
- Líderes que llenen las agendas de sentido
- La transformación cultural como sustrato del cambio.
- Comunicación, síntesis, brevedad.
- La autenticidad de las empresas con alma.
La esencia sería la misma: apostar radicalmente por la meritocracia, empezando por nuestras decisiones, incorporando gente a nuestros equipos que sean mejores que nosotros, buscando crear espirales de talento en nuestras organizaciones. Es cierto que talento atrae talento y mediocridad atrae mediocridad. Salir de la espiral de la mediocridad es difícil pero se cae en ella con facilidad.
El talento dibuja una constante, no es un episodio, no son cantantes de una sola canción. Uno no tiene talento de por vida. Hay que estar al día, asumir nuevos desafíos y dar resultados. El mejor talento es el que vive con la humildad de aprender siempre.
Es un error dejar la innovación a quien tiene tiempo
Quien tiene talento no tiene tiempo, y si lo tiene, lo utiliza para pensar y escribir (si no escribimos no sabemos si pensamos).
Los tóxicos (aquellos que Einstein definía como esa gente que encuentra un problema para cada solución) son consumidores extremos de tiempo de su entorno. A más toxicidad, más tiempo reclaman. Dedicarles mucho tiempo es un gran error. Lo suyo no se soluciona con darles mucho más tiempo que a los comprometidos y a los generosos. Un talentoso tóxico podría ser letal.
Ideas para trabajar motivados
Al final de Esquivar la Mediocridad se encuentran muchas síntesis, con mucha fortaleza en una gran cantidad de ámbitos. Resumimos la que tiene que ver con la motivación. Para trabajar motivados, necesitamos:
- Un propósito y, si puede ser, un propósito trascendente.
- Coherencia, lo único que cuenta es lo que hacemos.
- Equilibrio en las expectativas, saber qué se espera de nosotros
- Suma de ambición y humildad, personas que piensan en grande sin perder la generosidad ni caer en la arrogancia.
- Aprender…¡siempre!
- Ganar, de vez en cuando es necesario
- Equipo y comunidad, compartir retos,
- Solvencia, personas solventes que se equivocan porque arriesgan no por indolencia
- La meritocracia como forma de respeto
- La innovación como forma de responsabilidad
- La amabilidad como forma de comunicación
- Vivir en un ecosistema de honestidades.
En definitiva, Esquivar la Mediocridad tiene un poso sobre el que leer y releer cada vez que necesitas encontrar sentido, propósito y gasolina mental.
Ferran Solé –
Gracias Xavier por tu nueva aportación. Seguiré con interés tus ideas en el libro