Déjenme que les cuente una historia. Hace unos años Rafael del Rosal decidió que quería cambiar de aires. Vivía en Sant Andreu de la Barca, en el área metropolitana de Barcelona, y trabajaba en una empresa de alimentación como mozo de almacén. Rafael cogió a su familia, se fue al otro extremo de la península, a Priego de Córdoba, y compró un puesto de churros, de esos ambulantes que puedes enganchar a un coche como remolque, con plaza delante del mercado municipal. Pero Rafael no sabía hacer churros así que él y su mujer empezaron a hacer pruebas en su casa antes de abrir el puesto. Una vez hechas las pruebas y abierta la churrería se dio cuenta de que por las tardes la venta de churros bajaba, por lo que decidió diversificar y vender en esas tardes patatas fritas. Imagínense, patatas fritas hechas al momento y con el aceite de Priego de Córdoba, espectacular.
El caso es que la idea funcionó, las patatas gustaban y la venta aumentaba, por lo que Rafael decidió abrir una pequeña fábrica con los ahorros que tenía para comercializarlas. Empaquetó las patatas, creó la imagen y nació Patatas San Nicasio. Poco a poco fue mejorando el producto, eligiendo la modalidad de patata agria española, el aceite de las Almazaras de la Subbética y sal rosa del Himalaya. Y empezó a exportar, y a vender más y a necesitar mayor espacio, por lo que se fue primero a una nave alquilada a Almazaras de la Subbética y luego a construir su propia fábrica. La fábrica la estaba construyendo cuando lo visité a finales del año pasado, ahora ya está terminada. Necesitaba triplicar la producción. Y la fábrica la ha construido sin ayuda de los bancos, con ayuda de sus clientes, que han apostado por él.
Actualmente San Nicasio exporta a más de 12 países, entre ellos Estados Unidos y Canadá a través de un acuerdo de cobranding con José Andrés. Rafael llega todos los días a las 5 de la mañana a la fábrica y se va cuando ha anochecido, su mujer sigue regentando el puesto de churros, en el que trabaja Rafael los domingos, y ha sido capaz de realizar el sueño americano en España, como él dice.
Lo que me interesa del proyecto de Rafael, aparte de su experiencia personal, son las enseñanzas que de él se pueden sacar.
1.-No hay proyecto pequeño. Rafael empezó por una churrería y después se puso a freír patatas. No tiene glamour, no hay escuelas de negocio, no hay herramientas de pensamiento de diseño ni visual thinking. Pero hay realidad, remangarse y conocer el mercado, pico y pala, que a veces faltan a muchos emprendedores que no han sido capaces de conocer a un cliente en su vida.
2.-Si quieres crecer trabaja. Parece una tontería pero a veces me encuentro con emprendedores que piensan que basta con traer una idea y esperan que otro les haga todo el trabajo. Hay que trabajar y mucho para sacar adelante una idea, hay que pensar, patearse el mercado, salir a conocerlo, corregir, rehacer y aprender del error.
3.-Si quieres crecer trabaja bien. Pero no basta con trabajar, además hay que tomar las decisiones adecuadas y trabajar en la dirección correcta, y eso no es fácil, porque hay muchas variables. Muchos emprendedores se rompen la cabeza echándole horas y más horas cuando posiblemente estén remando en la dirección equivocada. A veces una retirada a tiempo es una victoria.
4.-Prueba y error. Por eso es bueno aceptar el error como parte de la gestión y aprender de él. Rafael avanzó así, desde no saber freír churros a crear patatas fritas espectaculares. Trabajar, trabajar bien y saber aprender del error forman parte del mismo paquete, y debería ir grabado a fuego en el ADN del emprendedor.
5.-El producto es fundamental. Yo estoy viendo cada vez más proyectos enfocados a la comercialización, la intermediación o la venta, pero pocos en los que se crea producto. Para Rafael es la base de todo. Por supuesto que es necesaria la intermediación y la venta, son claves, pero al final (lo he dicho otras veces) vamos a comercializar humo (algunos ya son expertos en eso) porque no va a haber producto.
6.-Sal con un producto mínimo y a partir de ahí mejora. Y mejora sin parar, escuchando al mercado y ofreciéndole lo que pide yendo incluso más allá. La calidad no está en dar al cliente lo que pide, sino en darle más de lo que te pide, en ser cada vez mejor y en comprender que no existe el producto perfecto. El dicho “si algo funciona, no lo cambies” ya no sirve, está desfasado. Si algo funciona, intenta mejorarlo y que funcione mejor.
7.-No todo es escalabilidad y proyectos digitales. Parece que si no somos capaces de sacar un proyecto con un producto o servicio escalable y en el que lo digital sea básico no estamos en el mercado. Ya lo comenté en otro artículo. A veces tengo la sensación de que estamos empujando a los emprendedores hacia un determinado tipo de producto y servicio creando guetos de productos de primera y de segunda.
8.-No pienses en los inversores. Si desde el primer momento desarrollas tu producto o proyecto pensando en los inversores sólo vas a desarrollarlo según lo que creas que ellos te van a pedir, que no siempre es lo mejor para el proyecto. Sé que es complicado salir sin inversores, pero a veces es mejor dar pequeños pasos en la dirección correcta que grandes pasos por el camino equivocado.
9.-Innovar no es caro, lo que cuesta es tener ideas. Y ni eso, lo que cuesta es tener las ideas adecuadas. Es un error pensar que la innovación implica desarrollar costosa tecnología y complicados procesos de implementación. Es hora de que empecemos a hablar de la microinnovación.
Llevo tiempo con este concepto y creo que podemos definirlo como “la introducción de una mejora en alguna parte de la cadena de valor, novedosa, única y relevante para la empresa o el producto pero que no supone una revolución en el mercado”. Es decir, estamos hablando de un cambio en alguna parte del proceso de creación, comercialización o distribución de un producto o servicio, cambio que no haya sido implementado anteriormente por otra empresa, pero que da a la que lo hace una ventaja competitiva o un posicionamiento relevante en el mercado. Además, con la introducción de la microinnovación, el mercado no sufre una revolución o un cambio o se crean mercados nuevos, no es un iTunes, pero sí permite a esa empresa dar un salto dentro del mercado existente.
Creo que el caso de patatas San Nicasio es claro. Rafael utiliza en la elaboración productos de primerísima calidad; el aceite está a menos grados, con lo que consigue una cocción más lenta; se introduce una sal distinta, más suave y que no invade el sabor de los otros productos, y utiliza un tipo de envase especial, más fuerte y que mantiene mejor el sabor y las características del producto (si compran una bolsa de patatas San Nicasio, hagan una prueba, pongan la bolsa en el suelo y súbanse a ella, no se rompe).
En este caso estamos hablando de un modelo de microinnovación de proceso, en el que se introducen pequeños cambios en cada parte del mismo. Algunos de estos cambios ya han sido introducidos por otras empresas similares, otros no, pero al final la suma de esos cambios crea un proceso de creación de producto (recordemos que para Rafael el producto es clave) relevante, mejorado, que da un resultado excelente y permite una posición líder en el mercado.
La microinnovación, como digo, no transforma el mercado, no obliga a las demás empresas a hacer las patatas fritas como lo hace San Nicasio, ni crea un mercado sustancialmente distinto, pero sí puede abrir nuevos segmentos y permitir un posicionamiento único y sostenible. La simplicidad o humildad del producto no es necesariamente un obstáculo para la innovación, ni siquiera los pocos recursos con los que puede contar una empresa. Las claves están en:
1.-Conocer los recursos de que se dispone, tanto de los que carecemos como aquellos recursos que podemos aportar.
2.-Conocer muy bien el mercado, para ser capaz de ver los puntos donde podemos centrar nuestro trabajo de innovación.
3.-No tenerle miedo a la innovación, no pensar que es algo ajeno a nosotros.
4.-Pensar, reflexionar, probar y fallar.
5.-No querer cambiar el mundo, sino cambiar tu empresa, es necesario focalizar correctamente cuáles han de ser nuestros objetivos.
Ni la innovación es exclusiva de las grandes empresas ni sólo se puede centrar en tecnología y grandes modelos de negocio, también es posible una innovación más útil para las PYMES y empresas pequeñas que tienen muchas posibilidades de lograr el éxito a través de la microinnovación, como San Nicasio.
14 Comentarios
Excelente post y caso, me ha encantado Juan. Gracias por compartirlo. Saludos y buen día
Estimado Juan, muchísimas gracias por el tiempo que le has dedicado a mi empresa. Si este artículo tiene nota, no puede ser otra, 10.
Muchas gracias, Iván. Pero el mérito es de Rafael y su ejemplo.
Rafael, como digo, tú sí que eres un 10. Sigue dando ejemplo.
Muy sugerente este post e instructivo el caso. Enhorabuena a Rafael por su empresa y ejemplo. Pero lo de la microinnovación no lo acabo de ver, ¿en qué se diferencia de la innovación incremental, o incluso, de la mejora continua de los defenstrados sistemas de gestión de calidad?
Gracias Madelon.
Si, efectivamente tienen puntos en común la innovación incremental y la microinnovación, se podría decir que son dos caras de una misma moneda. hay dos elementos que creo que identifican a la microinnovación, el primero es metodológico/conceptual y el segundo de comunicación.
La microinnovación está enfocada fundamentalmente para las PYMES y microPYMES, incluso para los autónomos o startups que trabajan con pocos recursos y no pueden ni deben renunciar a la innovación pero esta ha de ser una innovación low cost. Es una innovación de lo pequeño, de elementos puntuales de la cadena de valor, muy concretos y muy entendibles por el propietario o empresario de ese pequeño proyecto, que evidentemente luego puede crecer como en el caso de San Nicasio. Yo entiendo que la innovación incremental no es exclusiva de las pequeñas empresas, sino que puede estar circunscrita en un proceso y proyecto más amplio y buscar un impacto mayor. Puede incluso generar un efecto en el mercado que sin llegar a cambiarlo sí incida en su modelo. Por ejemplo, desde mi punto de vista iTunes es un ejemplo de innovación disruptiva, mientras que Spotify lo es de innovación incremental. En ninguno de estos casos hablamos de microinovación porque su efecto en el mercado es muy potente y en el caso de Spotify se ha demostrado que el cambio de su modelo de negocio se ha demostrado clave para conseguir una posición dominante.
No es el caso de la microinnovación, que no te da ninguna posición dominante a corto plazo. Y como te digo se podría definir como una innovación humilde (permíteme la expresión), de lo cercano, de lo asible.
Hay también una voluntad de comunicación, como te digo, de conseguir que la innovación pierda el halo de exclusividad y de objetivo inalcanzable que parece tener la innovación para determinado tipo de empresas pequeñas. Cuando hablo con estos empresarios parece que ponen una barrera cuando hablas de innovación, como si les estuvieras pidiendo dinero,como si pensaran que esto es complicado y muy caro. Todos los ejemplos que utilizamos suelen ser de empresas más o menos grandes, con un número determinado de trabajadores, con recursos para dedicar a la innovación. Pero lamentablemente esa no es la realidad, hay muchos que se autoexcluyen de cualquier estrategia de innovación.
Como te digo, hay espacios comunes entre la microinnovación y la innovación incremental, no necesariamente son excluyentes. Se puede considerar como distintas visiones de un mismo modelo, al menos de algunos modelos.
Saludos
Interesante post, e importante conocer estos casos de éxito, no sólo los del sueño americano. (y también conocer los casos de no éxito). Los puntos con los que me quedo, por mi parte son:
– Movilidad y capacidad de empezar allí donde haga falta.
– versatilidad, empezo con prueba y error, vio que su producto no tenia tirón en las tardes y busco nuevos productos.
– escalabilidad (difiero un poco de Juan) si creo que hay escalabilidad, pero cuando es necesaria, no hay que crear los proyectos escalables, pero si hay que ser capaz de escalarlos bien cuando sea necesario.
Genial post!
Gracias por tu detallada respuesta Juan, se ve que tienes bastante pensado y desarrollado este concepto. Me gusta, la verdad, sobre todo porque puede que contribuya, efectivamente, a que las micropymes acaban identificándose y familiarizándose con casos y estrategias de microinnovación (que no mini-estrategias de innovación aunque esa es otra opción conceptual ;)). Y desde luego mucho más cercano Rafael que Steve Jobs! Ahora, te pregunto: si tuvieras que definir una serie de criterios por los que identificar casos como el de San Nicasio, ¿cuáles serían? Precio (low cost) y alcance (de la implementación) reducido son dos que deduzco de tu post, ¿quizás también el impacto? ¿La microinnovación cosecha microéxitos? ¿O pequeños éxitos sucesivos y graduales según avance el ritmo de implementación de las microinnovaciones? Podríamos entonces hablar del top 3 de la innovación: radical, incremental y micro con inputs y outputs decrecientes según bajamos en la escala. Bueno, da que pensar desde luego, muy interesante.
Por casualidad (o no, que la cosa es estar con el radar puesto) hoy encontré las patatas de San Nicasio… en la farmacia!! Las compré, claro, y las acabo de degustar. Riquísimas, la verdad, aunque si soy sincera, un poco caras: 4,65€ (en Tenerife, no sé si cuestan igual en península). Pero si se comercializa como producto gourmet, sobre todo en mercados exteriores como es el caso, a la vista del éxito de la empresa de Rafael está que la gente lo compra y que tiene una demanda creciente.
Bueno, lo dicho, encantada de «conversar» sobre este tema, muy sugerente repito 🙂
Gracias Madelon.
Interesante la matización entre «estrategias de microinnovación» y «mini-estrategias de innovación» 🙂
Sobre los criterios, para mí los que comentas tienen mucho sentido. Evidentemente el coste, que ha de ser low cost, lo que no quiere decir que no pueda ser tecnológico; luego el alcance, es decir, el objetivo planteado, que ha de ser no una revolución del mercado, sino un buen posicionamiento de la empresa en el mercado, sabemos sin embargo que una innovación que aparentemente es limitada puede tener efectos más disruptivos y transformadores, creo que en este caso habría que diferenciar el origen del resultado final. Tengamos en cuenta q
Tengamos en cuenta que toda innovación tiene un componente de autonomía o vida propia. Quiero decir que una innovación sólo lo es si la podemos llevar al mercado y si, en cierto modo, este mercado la acepta, de modo que en cierto modo al final es ese mercado el que decide qué es innovación y qué no.
Yo no veo que haya una relación entre innovación disruptiva, incremental y microinnovación. Desde mi punto de vista la microinnovación tiene mucho de innovación incremental. Aunque te reconozco que cuanto más investigo y pienso en ello más caminos se abren.
No sabía que las San Nicasio se vendían en farmacias!!!! 🙂
Yo encantado de hablar contigo y de seguir reflexionando juntos
Gracias Juan, pues sí, la microinnovación tiene mucho de la innovación incremental, pero creo que es un término más sugerente para denominar la innovación en servicios y en España, y en general en el entorno de micropymes europeo. Te seguiré leyendo y aprendiendo 🙂
Ante un tejido empresarial escaso de recursos tanto económicos como humanos y alejado de una cultura innovadora me parece que la micro innovación también puede ser vista como una estrategia adecuada para crear cultura innovadora.
Mostrar a las pymes las posibilidades de obtener cierta ventaja en el mercado mediante nuevas posiciones de sus productos (mediante mejoras incrementales o disruptivas, cualquiera de ellas) pero realizadas mediante innovaciones lowcost puede generar la confianza necesaria para que más adelante la empresa dedique de manera habitual parte de sus recursos a la innovación dentro de la empresa.
Me gusta mucho este planteamiento para aplicar la estrategia de informar/formar/transformar mediante actuaciones «mini» innovadoras.
Gracias Juan por compartir esta experiencia.
¿y porqué encontré este artículo casi un año después de haber sido escrito?
pues porqué recién terminado el foro de innovación de Tenerife fi2 rondaba mi pensamiento lo lejos que veía el tejido empresarial canario de los espacios de innovación.
Así que comencé a pensar posibles estrategias de acercamiento y pensé en acciones de micro innovación.
googleando este término apareció esta interesante entrada donde además hay dos personas con las que he disfrutado en fi2, Juan Sobejano y Madelon.
un saludo,
Abel
Gracias, Abel!
Excelente desarrollo del modelo de negoció, con una estructura horizontal y flexible, que puede adaptarse perfectamente a los cambios del entorno. No ha creado unas barreras difíciles de imitar, pero sus competidores también lo tienen difícil para diferenciarse en un mercado menos complejo.