Es frecuente escuchar la expresión de que los economistas piensan o razonan «en el margen», o en términos marginales, especialmente cuando analizan una medida o política económica, o intentan interpretar un evento o shock externo. La expresión hace referencia a que el impacto de un cambio en el entorno depende de la situación en el margen de indiferencia. Como esto suena un poco críptico, vamos a poner dos ejemplos, uno a nivel micro y otro a nivel macro.
- Nivel micro. Vas al supermercado a por agua mineral -en algunas ciudades, el agua del grifo es espantosa- y piensas cuantas botellas llevarte a casa. Como consumes unos dos litros al día, no quieres estar yendo cada día a por agua, así que te gustaría llevarte la máxima cantidad posible. Pero tienes que andar 400 metros del supermercado hasta casa. Y empiezas a razonar: «Una botella es muy poco peso, así que llevaré al menos dos. Dos es poco, así que llevaré tres. […] Seis empiezan a ser bastantes, pero podré con otra. Y quizás con otra. […] Ocho botellas ya es bastante agua, pero si pudiera cargar con otra… No, no quiero cargar con más de ocho botellas durante cuatrocientos metros». ¿Qué ha sucedido en tu razonamiento? Has ido intercambiando mentalmente el beneficio que te supone ir pocas veces al supermercado a por agua frente al coste que te supone andar 400 metros cargado de botellas. El punto en que decides no cargar con una botella más en cada viaje es tu punto de indiferencia. Y precísamente en ese punto de indiferencia es donde actuarán los cambios en el entorno. Por ejemplo, si abren un supermercado a 30 metros de tu casa es posible que en vez de cargar las botellas de ocho en ocho las cargues de diez en diez. Pensar en términos marginales significa pensar en los costes y beneficios de cada unidad adicional de aquello que se está ponderando.
- Nivel macro. En cada cambio en el entorno (legislación, precios, etc) hay personas que cambiarán su comportamiento en algún sentido. Ello es así porque cada cambio da lugar a un nuevo equilibrio. Una subvención para la compra de un coche eléctrico puede causar, por ejemplo, que se compren 1.200 nuevos coches eléctricos en detrimento de coches con motor de explosión.
Y es precisamente en el caso macro en el cual se confunde en ocasiones el razonamiento de muchas personas. Si el gobierno ofrece un cheque de 3.000 euros por cada recién nacido, seremos muchos los que en una primera instancia argumentaremos: “¿Y quién va a tener un niño a cambio de 3.000€?”.
Cuando estés a punto de caer en este error de razonamiento, piensa en ti mismo. Seguro que hay algún aspecto de tu vida en el que estés en el punto de indecisión o de indiferencia. Has de comprar una nevera pero no te decides entre un modelo normal o un modelo con eficiencia energética A+. Quieres cambiar tu TV pero crees que puedes esperar un poco a que baje el precio del modelo que te gusta. Dudas si pasar la semana santa con tus padres o en un hotel en Canarias. Quizás la última decisión del gobierno en un tema no te afecte en absoluto. Pero somos 45 millones de personas, y todos estamos cerca del punto de indiferencia en alguna decisión.
Pensar en términos marginales es, precisamente, tener en cuenta esta realidad. Ser conscientes de que, aunque una medida de política económica no vaya a afectar concretamente a nuestra decisión individual, existen millones de ciudadanos más, muchos de los cuales sí se encuentran muy cerca de su punto de indiferencia, a punto de cambiar de decisión, y que un pequeño «empujón» (nudge) puede conseguirlo.
2 Comentarios
Muy claro. Mas claro que mi profe de economia que se demoro dos clases para explicarnos lo mismo y quedamos viendo en blanco. Muchas gracias!!!
El catedrático Salazar Andreu especialista en materia de economía lo supo explicar de manera extraordinaria.