Polonia ha saltado al tablero. En Bruselas y en el resto del continente desayunamos con una noticia que, como mínimo, nos despertó una auto-defensiva incredulidad como primera reacción. El titular: la justicia polaca ha declarado inconstitucional el tratado de adhesión a la UE.
Puede parecer una noticia cualquiera más en este maremágnum al que nuestra convulsa realidad actual nos ha acostumbrado. Y con el que ya estamos literalmente curados de espanto.
Los más avezados puede que incluso supiesen ver en ello el riesgo de otro euro-exit tras el Brexit, como sería el Polexit.
Pero sólo los más reflexivos habrán sabido ver que, tras esta supuesta sentencia, se podría estar escondiendo toda una carga de profundidad minuciosamente calculada. No para explotar ahora, sino para hacerlo más adelante. La deflagración ocurriría en el peor y más destructivo momento para la UE. Y no, el tema no es ninguna tontería, y reviste la más extrema gravedad para todo europeo que ame nuestros valores y nuestro régimen de libertades, además de su vida.
Toca ir tapando las grietas que nos van abriendo en el edificio europeo
Todo albañil sabe que toda obra tiene grietas, y que lo verdaderamente importante en la obra es taparlas convenientemente antes de que vayan a más. Y ahora mismo, una vez que el exitazo del Brexit ya es evidente y patente, plantear abiertamente irse de Europa es un auténtico suicidio político para cualquier líder de la Europa post-Brexit.
Hasta los partidos más reconocidamente eurófobos han sacado rápida y hábilmente de sus viscerales discursos toda mínima mención al tema, a pesar de que antes incluso enarbolaban el Brexit como el camino hacia la libertad a seguir por todo el resto. Pero no se preocupen, que los partidos de este corte mantienen intacto su objetivo de destruir Europa desde dentro.
Tras la evidencia del catastrófico Brexit que ellos tanto ensalzaron, ahora simplemente están a la espera de encontrar otro “agujero” ideológico en nuestro sistema con el que seguir infiltrándose en las mentes de los europeos. Y cuando lo encuentren, volverán a mutar en apariencia con su misma hoja de ruta en la trastienda.
Con ello, ¿Cuál puede ser pues la nueva estrategia post-Brexit de los enemigos internos y externos de Europa (que muy probablemente sean la misma cosa realmente)? Pues una opción muy sibilina sería lo que hemos visto en Polonia. Donde ese poder judicial polaco, al que casualmente cada vez le va quedando menos de independiente, ha colocado una mina de alta potencia en los mismísimos cimientos de la Unión.
Y el movimiento tenía que venir desde esos países de la orbita del Este que llevan años moviéndose entre el giro autocrático y eurófobo de sus élites, y el fuerte europeísmo de su población.
¿Cómo podrían avanzar pues en desmontar Europa una vez visto ese desastre del Brexit, que sólo ha reforzado el europeísmo ciudadano por doquier?
Pues una posible opción obviamente sería algo como la vía polaca. El poder judicial es quien asume un riesgo político que realmente no tiene, porque no va a elecciones generales. Por ello, el judicial sería sin embargo el candidato ideal para plantar la semilla que permita seguir adelante con el desmembramiento europeo. Porque, como les decía, para cualquier político europeo ahora mismo es inasumible el coste de plantear por su cuenta un Polexit o el exit que fuera.
Así que la única opción de acabar de degradar la Unión sería conseguir “petarlo” todo en un Big Bang en el que unos cuantos al unísono diésemos la voz de «tonto el último» y que el último cierre la puerta. Sería un básico de la estrategia de guerra más clásica, por mucho que ahora sea no convencional: asestar a tu víctima un golpe rápido, seco, y fuerte que le deje tan aturdido que se convierta en mortal.
De ser así, la sentencia del judicial polaco sería sibilina al extremo, al abrir la espita con una posible herramienta para dinamitar Europa, y empezando a “chuscar” chispas que puedan prender todo el granero. Pero sin embargo, para que el navajazo entre bien hasta el fondo y alcance órganos vitales, lo estarían camuflando con esas declaraciones del gobierno polaco de que no van a aplicar la sentencia. Encima, así quedan de blanqueados europeístas ante su población tan pro-europea.
De ser cierta esta hipótesis, el asunto adquiriría todo el sentido, en lo que sería una doble carambola “a la polaca”. Y es que, más allá de efectistas declaraciones “cara a la galería”, la sentencia queda indudablemente ahí a su disposición para aplicarla y dar la puntilla a Europa en el momento más oportuno. Mientras tanto, estaría sirviendo de “inspiración” y de hoja de ruta para promocionar su contagio al resto de la Europa eurófoba. Y que vaya cundiendo poco a poco el (anti)ejemplo. Recuerden: Big Bang vs Polexit.
Lo que ha hecho la justicia en Polonia es nefasto para España
Todo esto serían nefastas noticias en concreto para una España hoy por hoy hiper-dependiente de las solidarias ayudas europeas. Sin las cuales España S. A. estaría literalmente quebrada, a pesar del pecho que algunos sacan de una recuperación. Desde luego que ésa es una recuperación sin mérito político, por ser gracias al dinero que nuestros hermanos europeos nos han querido dar tan solidariamente.
Pero es que, además, Europa y su infinitamente mayor ortodoxia económica y calidad ético-democrática han sido en incontables ocasiones la tabla de salvación de España. Y es Europa lo único que va evitando una y otra vez que España se convierta en una República Choricera todavía mucho peor de lo que ya somos. La pandemia y todo lo que hemos visto durante este oscuro período de nuestra política no hace sino confirmar este hecho tan incuestionable.
Pero este escenario que estaría diseñado desde Polonia también supondría obviamente nefastas noticias para toda Europa en su conjunto. Se vería abocada a ese Big Bang cuya potencia de destrucción socioeconómica podría dejar al propio Brexit en un simple juego de niños. De niños de champú “Johnsons” (nunca mejor dicho), por cierto, pero sin poder evitar el escozor en los ojos y el llorar sin parar.
Europa debe atajar desde ya y tapar de forma sólida y hábil la disimulada pero profunda grieta polaca. Y para ello una de las mejores bazas posibles en la mano de cartas que le han dejado a Bruselas es devolverle la pelota a la Europa eurófoba y autocrática. Para ello, deberían sacarles de su disimulada puesta de perfil, y obligarles a ponerse de frente retratándose ante el patio de butacas.
Y es que más vale ahora un Polexit a tiempo (para su propia desgracia), que un Euro-BigBang más tarde para mayor desgracia de todos.
Las dos opciones que tiene Bruselas con Polonia
Europa sólo puede redoblar el órdago polaco, y que Bruselas se plante ante el TNT deslizado por Polonia en la barrena y apague la mecha. Hay que decirles a los polacos que las normas legislativas del club europeo son las que son y las que han sido siempre. Y por mucho que el ejecutivo polaco diga que (por ahora) no va a aplicar la resolución judicial anti-europea, ésta es totalmente incompatible con la esencia europeísta.
Así, los polacos como país sólo tendrían dos opciones posibles:
- corregir el dislate del judicial polaco incluso vía referéndum y/o reforma constitucional si es necesaria,
- o tener que asumir que en estas condiciones son ellos mismos los se han auto-excluido del club europeo, y que con esa sentencia lo que han dinamitado es su propia integración en la UE. Y, de paso, su propia socioeconomía al más puro estilo cateto del Brexit.
No hay más opciones, ni para los españoles, ni para todos los europeos, ni para esos propios ciudadanos polacos que siguen siendo tan europeístas y que estarían intentando secuestrar desde su propio gobierno (otro más que casualmente hace estas destructivas cosas). El problema de nuevo son los políticos del mix populismo-autocracia que allí también padecen.
Están intentando destruir nuestro mundo delante de nuestras propias narices, y van ganando terreno con la connivencia de esos colaboracionistas que al final sólo son anti-patrias, eurófobos, y enemigos internos de la UE. Pero son enemigos también de ese pueblo europeo que, gracias a la UE, dejamos de matarnos por millones unos a otros continuamente. Como nos ha pasado el resto de nuestra Historia desde la caída del imperio romano hasta la unificación europea.
El transatlántico europeo se adentra en un mar oscuro y muy peligroso de navegar
El transatlántico europeo se adentra en un mar oscuro y muy peligroso de navegar, y su propia zozobra está existencialmente en juego. Dado que vivimos unos tiempos en los que la guerra no convencional es un hecho omnipresente y multi-flanco. Debemos optar como estrategia de supervivencia por tener en cuenta también socioeconómicamente tácticas pseudo-militares y totalmente auto-defensivas. También con Polonia.
Para navegar en ese lúgubre mar hostil. Aunque realmente no sepamos a si lo de Polonia podría ser un torpedo dirigido a nuestra línea de flotación, o una mina sumergida y durmiente a la espera de tener al alcance a su víctima. Lo cierto es que cualquier dragaminas sabe que toda mina hay que desactivarla, y todo marino sabe que ante los torpedos hay que soltar contramedidas.
Para que exploten antes de alcanzarnos y hundirnos. Y en ésas debe de estar nuestra Europa con Polonia y lo del Polexit: hay que jugar bien la doble jugada de forzarles a que sean sus dirigentes los que se radiografíen y elijan ellos su propio destino. Y, al mismo tiempo, cortar de raíz la posibilidad de que sean ellos los que elijan el (anti)destino de todos los europeos. Hay que cortar la gangrena de raíz, y es cien mil veces más preferible perder una mano a tiempo que dejar, por miedo, margen para que el mal se extienda por todo el cuerpo y nos provoque la muerte.
No hay alternativa. Personalmente un servidor ama Polonia y Europa. Pero esto no somos nosotros precisamente los que lo hemos buscado. Al buscar responsables, que los sufridos polacos miren para arriba dentro de sus propias fronteras.
4 Comentarios
Creo que lo importante es sentirse a gusto en un proyecto ante todo. Sea cual sea. Si decimos que Polonia hace esto, tambien deberemos recordar que los tribunales alemanes dijeron algo similar. La población europea, ni ninguna,, proque esta impregnado en el ser humano, lo que no va a tolerar es sentirse encerrada en un proyecto. Aunque las cadenas sean de oro, que no lo son, porque cada cual mira sobre todo por lo suyo, y la sociedad que promueven sea más justa, que si lo es, la población europea acabará rechazando una unión que desde arriba estigmatice a parte de la población. Lo hemos visto en los EEUU. Ante todo, el ser humano, criatura que vive pocos años, lo único que de verdad necesita para vivir, es la libertad, o al menos sentir que eres libre. Es nuestro único legado a las siguientes generaciones. Y las cadenas, de todo tipo, van creciendo. Al final romperán todas, las justas y las no tan justas. No hay que confiar ciegamente en que somos racionales. Primero sentimos emociones y luego las expresamos. Un saludo.
Hola Andoni O. G., gracias por su comentario y por participar en este debate.
No obstante, le hago un par de preguntas ante su reclamo de libertad intre-europea:
¿Es hoy por hoy Polonia un país libre de verdad, instalado como está en una fuerte deriva autocrática?
Dentro del actual sistema polaco, ¿Es el pueblo de Polonia libre de verdad, dado que se siente profundamente eupeista pero su elites gobernantes sólo le van apartando todo lo que pueden de Europa?
Obviamente, el sistema europeo en su conjunto es un sistema mejorable como todos, y que admite más y mejor libertad. Pero lo que empieza a padecer el pueblo polaco ya es otro nivel, y los responsables de su liberticidio están dentro de sus propias fronteras.
Polonia es un país hermano de España, siempre hemos estado juntos, con una historia paralela. Es muy interesante que repasaras la historia que tenemos en común. En este momento debieramos ser cercanos a ellos, como otras veces. Y creo que no lo estamos siendo. Debemos ayudar a que sigamos juntos con amor. No con guerra. Eso elevaría nuestra talla como Estado y además nos granjearía amigos en el norte, que es lo que necesitamos.
Y contestando a este otro comentario suyo, estimado Andoni O. G.
Tan sólo aclararle que como español amo Polonia, y es por eso por lo que he escrito sobre ustedes, con el único objeto de ayudarles a que conserven intacto su sistema de libertades, y que al mismo tiempo los ciudadanos polacos puedan ver cumplido su deseo de seguir siendo europeos.
Ahora ya sólo depende de ustedes mismos, mucho me temo.