Hace algunos meses (demasiados, la verdad) David Herce nos retó a Sebastián Puig y a un servidor a escribir sobre las (escasas) similitudes entre física y economía. En aquel entonces, recogimos el guante y aceptamos el desafío.
El motivo por el que lo hice venía reflejado en un post del año pasado. En él expresaba las mayores dificultades para transmitir ciertos conceptos a personas muy formadas. Literalmente:
“Aunque sea contraintuitivo (como ocurre a menudo en economía), resultó mucho más difícil transmitir las ideas subyacentes al doctor, probablemente porque su pensamiento está entrenado para seguir unos cauces concretos, fruto del tipo de estudios que ha realizado.”
Ocurre exactamente lo mismo cuando intentas transmitir conceptos de economía a un físico, matemático o un ingeniero, por ejemplo. Su pensamiento está entrenado para seguir ciertos cauces, y el de un economista (marketiniano, psicólogo, antropólogo, etc.) otros distintos. Porque sí, existen diferencias de raíz entre ciencias humanas y ciencias naturales. Diferencias que llevan incluso a algunas personas a considerar que las ciencias humanas… no son ciencia.
Termoeconomía
Hace casi dos años, escribí en esta casa los siguientes párrafos: “La aplicación más radical de las ciencias exactas a las ciencias humanas es la Termoeconomía, que trató de aplicar física y matemáticas a la economía. Y fracasó. Porque siendo el ser humano el objeto de estudio, las valoraciones y las escalas son subjetivas, personales, y están en continua revisión.
No crean que estoy afirmando que en las ciencias sociales no se puede medir nada, o que medir es inútil siempre. Por supuesto que se pueden medir propensiones, tendencias, porcentajes,… Pero la unidad de medida siempre es el individuo y, como en física, al estudiar al individuo hay un principio de incertidumbre.”
No existe metáfora buena
Como bien advierte el Profesor Rodríguez Braun, conviene evitar el uso de las metáforas en economía, porque resulta muy peligroso. El uso de metáforas intenta presentar más sencillo lo que en realidad es más complicado. En sus propias palabras: “la economía es infinitamente más complicada” y “el lenguaje metafórico nos engaña y engaña al otro”.
Por este motivo, el juego mental que les propongo es deformar la física para imaginar cómo se comportaría… si fuese economía.
Energía como coste
Como tengo que partir de algún punto, vamos a pensar que la energía tiene las características de eso que llamamos coste (o incluso renta).
Por de pronto, no existe el cero absoluto, no existe la constante de Boltzman. No hay una situación de mínima energía (ya hemos perdido la referencia en nuestra escala). Y la escala, además, es subjetiva. No hay una unidad estándar porque cada cual la valora de forma distinta según la percepción de su propia situación y sus expectativas. Consecuencia de lo anterior es la necesaria reformulación de los principios de la Termodinámica económica:
- El principio cero dirá que si ponemos dos agentes económicos en contacto, estos mejorarán su situación de coste si deciden realizar intercambios, pero no si deciden no hacerlo.
- El primer principio dirá que los costes se crean y se destruyen, no sólo se transforman.
- El segundo principio dirá que la intensidad de los costes tiende a bajar con el tiempo… siempre que tengan sistemas abiertos. Cuando los sistemas son cerrados, los costes tienden a aumentar. Es decir, que todo sistema cerrado tenderá a la mínima entropía (aumentarán los costes y disminuirán las rentas), y todo sistema abierto, a la máxima (justo al revés que en la física).
- El llamado tercer principio, simplemente no existe al no existir el cero absoluto.
Primer Principio de la Termodinámica Burocrática: «La burocracia se crea y no se destruye, y raras veces se transforma».
Sebastián Puig
Masa como riqueza
La siguiente deformación de los conceptos de la física será transformar el concepto de masa para que se comporte como el de riqueza.
De nuevo, no existe el cero absoluto. Igual que el bebé más desvalido nace sabiendo llorar de forma que crispe los nervios de cualquier adulto a su alrededor y lograr atención (ojo con el capital humano instintivo), no existe la masa nula ni despreciable. La unidad de medida de la masa ahora será de nuevo subjetiva; cada cual la valora de forma distinta según la percepción de su propia situación y sus expectativas.
Pero es que incluso alcanzando cierto consenso entre los cuerpos para utilizar una unidad subjetiva de masa (riqueza), la masa de todo cuerpo varía con el tiempo. Hay cuerpos tendentes a crecer en masa porque generan energía y no la disipan sino que la almacenan en forma de masa (aunque lo parezca, no hablo de los michelines tras la navidad). Y por el contrario hay cuerpos que parecen empeñados en permanecer bajos de masa o incluso en perderla. Más aún, dado que existe la posibilidad de tomar masa prestada, algunos tienen una masa aparente menor que la real (han prestado masa) y otros tienen una masa aparente mayor que la real (han tomado prestada masa ajena). Hasta el punto de que hay cuerpos… ¡con masa neta negativa! Una última vuelta de tuerca: A todos los cuerpos hay un mecanismo que les quita masa periódicamente, luego tienen incentivos… ¡para tener parte de su masa escondida!
Ay! Si en física la energía fuera subjetiva, los cuerpos ocultarían su masa, y el rozamiento sería más fuerte que inercia…
SimónGRT
E=m*c2
La ecuación más reconocida, y la que más profundamente ha cambiado el mundo, también habrá de ser deformada convenientemente. Así, y siguiendo con nuestro divertimento, cambiaremos la habitual formulación:
E=m*c2 energía es igual a masa por velocidad de la luz al cuadrado
Por esta otra:
r=K*e*? renta=riqueza(capital)*esfuerzo*suerte
Para entender la economía física hemos de aceptar que la constante c2 es ahora el producto de dos variables, y por lo tanto cualquier cosa menos constante. Porque lo que hemos tomado como constante para siquiera poder escribirla es un último concepto: las instituciones económicas físicas.
No es cierto que los habitantes de España… o de Uganda sean menos laboriosos o tengan menos suerte (en promedio) que los alemanes o los suecos, y por ello resulten ser más pobres (menos masa) y con menor renta (energía). Resulta que las instituciones económicas son distintas entre esos países, con estas consecuencias.
El objeto de estudio
Con este divertimento quiero, además de responder al reto planteado, trasladar una idea. El objeto de estudio de ambas disciplinas científicas, y sus características son TAN distintas, que cualquier comparación no tiene ningún sentido. Y el tono de superioridad con que se señala con el dedo al otro (–Eso no es ciencia, no predice. –Eso es demasiado sencillo), absurdo.
De hecho, lo importante en el estudio de la economía no es la potencia predictiva (escasa y sólo posible a corto plazo), sino la potencia explicativa.
Un punto en común sí tienen, ambas disciplinas estudian fenómenos, no ausencia de ellos. En palabras de Anxo Bastos:
“estudiar la pobreza es como estudiar la oscuridad”
6 Comentarios
Siempre me han gustado estas «conexiones improbables». Conectar estas dos disciplinas es muy interesante, sobre todo como ejercicio de inspiracion. Por cierto, discrepo con el profesor Rodriguez Brown. Las (buenas) metaforas no simplifican, sino «condensan» la complejidad. Prescindir de las metaforas es renunciar a casi el unico lenguaje trans-disciplinar que tenemos. La clave esta en elegir las metaforas adecuadas, que las hay para cualquier aspecto de la economia, por complejo que parezca. Enhorabuena por la reflexion.
@amalio rey
Las metáforas en economía son siempre peligrosas porque la economía es mucho más compleja que el objeto de la metáfora, y en consecuencia lleva a tomar medidas como si fuera más sencilla de lo que en realidad es. Vea estos dos vídeos del Prof. Rodríguez Braun:
http://newmedia.ufm.edu/gsm/index.php?title=Nuestro_lenguaje_envenenado
http://newmedia.ufm.edu/gsm/index.php?title=Rodriguezbraunretorica
Un saludo
Hola Simón.
Aunque el objeto y las características sean tan distintas ello no es óbice a que determinados principios, teorias o leyes sean extrapolables.
O bien puedan ser usadas para intentar comprender el funcionamiento de determinadas situaciones.
Así p.ej. la mecanica de vibraciones y las frecuencias de resonancia nos expondrian que en determinadas situaciones económicas las decisiones en economia producen efectos de mayor entidad que las mismas decisiones en otras circunstancias. Continuando con las vibraciones para equilibrar un motor (sistema económico) no solo hay que tener en cuenta las frecuencias de primer orden, sino frecuencias de segundo y tercer orden. Es decir, que en economia cuando se pretende equilibrar unas cuentas no existen solo las políticas de primer nivel, sino que hay politicas de segundo, tercer y cuarto nivel que hay que tener en cuenta.
Saludos.
Gian-Lluís.
@Gian-Lluis
Gracias por tu comentario. No me canso de explicar que la visión válida de la economía es como un sistema dinámico, y por ello es completamente cierto que necesita análisis de segundo, tercer o cuarto orden.
Pero el mero hecho de pensar que un sistema económico se puede «equilibrar» desde fuera como un motor, o que se puede parar y reparar, es un terrible error. Y el motivo es el mismo: los agentes económicos… reaccionan!
Un abrazo.
Muchas gracias por dedicarme el esfuerzo de escribir.
Con lo de las metáforas…lo siento, admito mis limitaciones, he sido incapaz de imaginar la física no siendo física ni de seguir tus analogías energía/coste, masa/riqueza sin duda porque, coincido contigo en que la comparación de objetos de estudio tan distintos no tiene sentido.
No estoy tan de acuerdo con que el fracaso de la termoeconomía resida en la variabilidad, subjetividad y continua revisión de las valoraciones y escalas del objeto de estudio, el ser humano. La incertidumbre no es un problema para las ciencias naturales ni para las ciencias exactas. Más bien creo que tiene que ver con la flecha temporal de los procesos naturales que llevados a las ciencias humanas limita notablemente (si no lo impide en algunos casos) la reproductibilidad y por tanto, la confirmación o refutación de hipó tesis. para mí la impredictibilidad no es incertidumbre.
Esta flecha temporal tiene el sentido de la entropía y sobre esto es sobre lo que planteaba el reto/pregunta no tanto una comparación entre la física y la economía (que me parecen disciplinas casi antagónicas).
[sic]»…Aprovecho la idea sobre el orden espontáneo y los marcos de referencia informales para haceros una pregunta que creo que está relacionada ¿qué crédito tiene en la comunidad económica el concepto de entropía? ¿Podríais dedicar una entrada a esto?»
Me alegró la respuesta de Sebastán Puig porque no confirmó mi impresión de que, efectivamente puede haber correlación y, quizá hasta alguna relación de causalidad
[sic] «Entropía y economía están estrechamente relacionadas, David. Aunque el análisis de dicha relación viene de lejos, está plenamente vivo y vigente. Es un tema apasionante pero complejo, del que recojo el testigo para escribir algo comprensible en Sintetia. O al menos intentarlo.»
Esta hipotética relación me hace pensar que aunque pueda criticarse el enfoque de los termoeconomistas la idea subyacente de limitaciones en los procesos económicos merece algún análisis.
Reitero mi agradecimiento.
@David_Herce
Gracias por tus comentarios.
Al respecto, creo que mezclas dos conceptos que, en economía y empresa, son distintos riesgo e incertidumbre. Además, insisto, las valoraciones son subjetivas y constantemente revisadas (también las de riesgo e incertidumbre).
Para ti la impredictibilidad no es incertidumbre pero, ¿te das cuenta de que son las dos caras de la misma moneda?
Por otro lado, si me he centrado en deformar las leyes de la termodinámica es precisamente para aplicar el concepto de entropía a la economía. El «segundo principio de la termodinámica económica» es precisamente el resultado de ese esfuerzo.
Como ya expliqué en varias entradas, nos gustan los números. Nos gustan MUCHO.
En economía a menudo las relaciones que podemos establecer son direccionales, pero NO dimensionales (podemos establecer el sentido de la relación pero NO adjudicarle un valor numérico). Conceptos con este enfoque en economía son, por ejemplo, «propensión marginal», «aversión al riesgo»… o «utilidad». Eso no la hace menos científica, sólo menos numérica.
Un abrazo