Mis amigos de Uno500 han producido recientemente un interesantísimo documental, The Entrepreneurship Journey, de obligada visualización a los que nos interesa esto de emprender en España. Mi socia Giselle Della Mea y yo tuvimos la suerte de participar en el reportaje dando nuestra opinión sobre el tema.
Como lo interesante es ver el video sólo voy a comentar algunas ideas que he ido apuntando, de manera algo caótica, al visualizarlo.
Una de las primeras cosas que llaman la atención es ya una de las primeras frases de Imran Jina, el conductor del documental: España está por detrás de Yemen y Sudan en la facilidad para crear empresas. Al hilo de esto me parece espectacularmente desalentadora la frase de Iñaki Ortega, Director de Madrid Emprende, cuando dice que “hay muchos obstáculos en España, por supuesto, ¡somos Europa! ¡Hay mucha burocracia!”. ¿De verdad esa es una razón? ¿Esa es la explicación y la justificación a lo que tenemos que aguantar los emprendedores? Luego el propio Ortega y los demás miembros de las administraciones que participan reconocen la necesidad de simplificar esos trámites y de abaratar los costes que los emprendedores soportan.
La verdad es que si nos quedáramos ahí tendríamos un panorama verdaderamente sorprendente. Por un lado tenemos un gobierno y unas administraciones que fomentan el emprendedurismo, pero por otro no hacen más que poner trabas legales y económicas a esas iniciativas. Ya digo yo en el video que esto está generando una burbuja que tarde o temprano estallará.
Menos mal que se ven iniciativas y modelos de gestión realmente interesantes. Por un lado está Hub Madrid, explicado magníficamente por su director Max Oliva. El poder de las redes se está volviendo fundamental. La capacidad que tienen las personas de conectarse, colaborar (fundamental el libro de Yochai Benkler) y crear esas redes ha de ser un factor de apoyo para el éxito de los proyectos. Llámalo economía crowd, sharing economy o como sea, al final de lo que se trata es de compartir riesgos y potenciar nuestra capacidad de generar ideas y oportunidades.
Igualmente brillante me parece la participación de los representantes de la Cooperativa Mondragón. Mikel Lezamiz dice algunas frases memorables y que dice mucho del éxito de la cooperativa. Me quedo con la importancia que dan al saber, al conocimiento, hasta el punto de decir que «la Cooperativa Mondragón es un proyecto educativo que utiliza la economía como recurso”. ¡Brillante!
No es extraño que José María Luzárraga, Team Coach del Grado Leinn de la Universidad de Mondragón, siga con el mismo discurso. Conecta su discurso también con lo que decía antes de la importancia de la colaboración. Así el modelo Leinn (recomiendo a los que estén formándose en emprendedurismo y gestión de empresas que lo tengan como una opción muy a tener en cuenta) tiene entre sus lemas “ordinary people doing extraordinary things in teams”. Otro par de ideas fundamentales de Luzárraga y que conectan con el modelo de gestión Lean: La clase es el mundo, hay que salir de la oficina para aprender (learning by doing), y la empresa una herramienta para aprender.
Esto me lleva a otra idea que se repite varias veces en el documental: el miedo al error, al fracaso o a equivocarse. Lo dice Luisa Alemany, Directora del Instituto de Iniciativa Emprendedora de ESADE, y algunos emprendedores. Creo que es fundamental que seamos capaces de comprender que el error forma parte del aprendizaje y de la emprendeduría. “Fracasar para emprender”, se dice en el documental.
Nicola Cerantola dice algo que me parece muy interesante: hay personas que tienen talento para ser ejecutores y otras para ser iniciadores de proyectos, el problema es que estamos corriendo el peligro de meter a todos en el mismo saco y empezando a estigmatizar a los no-emprendedores, identificando a estos como los que desarrollan proyectos empresariales. Lo dice Luisa Alemany, un emprendedor no es necesariamente el que monta una empresa, pero tiene razón Cerantola al comentar esa incipiente tendencia a idealizar a los emprendedores, cosa a la que como digo yo el gobierno está ayudando mucho.
Ana Belén García comenta al principio algo que me paree fundamental. Ella habla de que uno de sus miedos es el perder el control del proyecto, el tener la sensación de que haya procesos que no controla. Creo que es un error en el que caen muchos emprendedores. En mis clases a emprendedores siempre les digo que sus ideas no valen nada, que lo que de verdad tiene relevancia es la forma en la que sean capaz de gestionarlas, y para eso es posible que requieran de ceder parte del control para mejorar su acceso a mercados.
Al final Giselle y yo lanzamos algunas ideas que brevemente comento. Por un lado la necesidad de trabajar más el intangible, pero de manera racional, no como producto (miles de cursos, iniciativas formativas y masters peleando por acceder al mercado), sino como factor clave de la innovación y el emprendedurismo.
Hay que trabajar más proyectos que creen producto y menos aquellos que buscan la intermediación. Veo y trabajo con muchos emprendedores. En un altísimo porcentaje los proyectos, sobre todo si son de base tecnológica son herramientas de intermediación. Hay muy poco producto final. Medio en broma medio en serio siempre digo que al final no vamos a tener producto que intermediar pero sí muchos canales y herramientas para llevar al mercado la nada.
Es importante tener en cuenta que las ideas no valen nada por sí mismas, como he dicho, que lo que de verdad vale es la utilidad que le damos y cómo las gestionamos. Ahí está la clave.
Para terminar Imran Jina habla de tres claves para mejorar el emprendedurismo en España: educación (adecuada, racional y enfocada a objetivos), coordinación del apoyo al emprendedor (con unas administraciones que trabajen de manera conjunta) y mejora del acceso a la financiación (fundamental para que los proyectos pasen de la fase semilla).
Como digo, un video interesantísimo que merece mucho la pena ver y del que sacar muchas e interesantes ideas.
1 Comentario
Articulo y video muy bueno. Aunque me asusta cuando los funcionarios y quasi-funcionarios empiezan a hablar tanto de formación a los emprendedores, y tan poco de aligerar la gran carga que llegan a suponer en muchas ocasiones los diferentes trámites burocráticos.