La economía española está en una situación complicada, con una deuda externa entorno al 170% del PIB que hay que amortizar mientras se refinancia otra parte. Para desarrollar este proceso de desapalancamiento sin sobresaltos son necesarias reformas que eleven el potencial de crecimiento del país para intentar acelerar el incremento de la renta disponible y con ello ir pagando deudas sin ahogar el tímido proceso de recuperación.
Si no se hacen reformas o se hacen con retrasos, nuestros acreedores piden nuevas pruebas de que vamos a poder pagarles y por eso se anuncian ajustes del gasto. Así, los mercados no nos obligan a hacer reformas, pero sí a reducir el gasto en ausencia de las primeras porque quieren pruebas de que vamos a podremos devolver las deudas. Sin embargo, no hacer reformas y ajustar mucho el gasto es el peor de los escenarios, porque la caída del gasto ceteris paribus también contrae la actividad.
En fin, el grueso de las propuestas que ha presentado hoy el Presidente formaba parte de la Ley de Economía Sostenible, que lleva largo tiempo entre los pasillos del Congreso. Así pues, damos la bienvenida a la privatización parcial de Aena y Loterías del Estado, la reducción del tiempo para los trámites empresariales, la eliminación de pago obligatorio a las Cámaras de Comercio y al resto de medidas que van a ayudar a elevar el crecimiento potencial del país. Están en la buena dirección y responden a la solicitud de activar las reformas.
Por otra parte, la entrada de agencias privadas de colocación es también una buena noticia. Esta medida estaba contenida en la reforma laboral del pasado verano y queda ahora por conocer sus detalles. Sin duda, la gestión de las agencias públicas deja mucho que desear. Apenas son una cosa distinta que en registro de parados. Durante los últimos años se han sucedido reformas del propio INEM y se han transferido las competencias a las Comunidades Autónomas pero su gestión no ha mejorado sustancialmente.
Permitir la entrada en este mercado a entidades privadas puede ayudar a mejorar la colocación de los parados. La posibilidad de éxito merece la pena del intento. Además, dada la no renovación de la ayuda a los desempleados de 426 euros está medida es imprescindible y se une al incremento anunciado hoy también del número de orientadores laborales. Con todo, el país necesita una reforma profunda del seguro de desempleo para mejorar la empleabilidad y reducir la probabilidad de exclusión.
Por último, me resulta extraña la rebaja del impuesto de sociedades. Sin duda, bajar impuestos puede ayudar a animar la actividad, como lo hace igualmente mantener el gasto público. Sin embargo, en estos momentos la mejor opción para lograr tal objetivo es activar reformas estructurales y mantener el proceso de saneamiento de las cuentas públicas.